ESMA – GENOCIDA & APROPIADOR. Ahora si, dicen que Vildoza, prófugo durante 40 años, murió en Sudáfrica

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Su condenada esposa había dicho que habia muerto en 2005

Jorge Vildoza, que fue jefe segundo jefe de la ESMA y apropiador, murió prófugo en Sudáfrica

  • Memoria Verdad y Justicia - Télam
    Única foto pública que se tiene de Vildoza tras su retiro.

    TÉLAM

    El capitán de navío (R) aviador Jorge Raúl Vildoza, que fue el segundo jefe de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) entre 1976 y 1980, falleció en Sudáfrica a los 86 años, informó hoy el Departamento Interpol de la Policía Federal Argentina al juez federal Sergio Torres, a cargo de la megacausa que investiga secuestros, torturas, homicidios y otros delitos de lesa humanidad cometidos por el “grupo de tareas” que actuaba en la ESMA durante la última dictadura. Su mujer y también el bebé del que ambos se apropiaron, hijo de la detenida-desaparecida Cecilia Viñas (que estuvo viva en la base naval de Mar del Plata semanas hasta comienzos de 1984) habían mentido que su muerte habría ocurrido en abril de 2005.

Vildoza, que utilizó el alías de “Gastón” al participar en el “grupo de tareas” que acuaba en la ESMA, habría sido luego jefe del Servicio de Inteligencia Naval (SIN) y era el prófugo más antiguo de todos los que actuaron en la ESMA y uno de los más de cuarenta por los que el Estado ofrece recompensa, en su caso de 500 mil devaluados pesos.

El Departamento Interpol de la PFA notificó hoy al juez Torres la supuesta muerte de Vildoza. Ni la embajada Argentina en Sudáfrica ni fuentes de la Armada confirmaron oficialmente el fallecimiento de Vildoza, aunque en este caso, extraoficialmente, consideraron veraz la noticia.

Su esposa, Ana María Grimaldos, había declarado en 2012 que Vildoza había muerto el 27 de mayo de 2005 en Johannesburgo (Sudáfrica), al declarar como única imputada en un juicio por la apropiación de un hijo de desaparecidos en el que en 2015 fue condenada a seis años de prisión. La Justicia no le creyó.

En mayo último la Sala III de la Cámara de Casación confirmó la condena a Grimaldos por la apropiación de Javier Penino Viñas, un delito por el cual su marido y ex jefe del Servicio de Inteligencia Naval (SIN) y de fuerzas de tareas represivas de la ESMA, no pudo ser juzgado por hallarse prófugo.

El matrimonio había huido del país en 1984, en la etapa inicial de la causa por apropiación impulsada por Abuelas de Plaza de Mayo y Javier, nacido en la ESMA en 1977, recuperó recién en 1998 su identidad como hijo de los detenidos-desaparecidos Cecilia Viñas y Hugo Penino.

El caso de Cecilia Viñas es singular, porque se comunicó telefónicamente con su familia desde la Base Naval de Mar del Plata hasta abril de 1984, cuando Raúl Alfonsín ya llevaba cuatro meses ejerciendo la presidencia.

Entre otros crímenes del terrorismo de Estado, Vildoza también estaba acusado de haber sido el jefe directo de quienes emboscaron y asesinaron al periodista, escritor y militante montonero Rodolfo Walsh cuando caminaba por la avenida San Juan casi esquina Combate de los Pozos.

Según informaciones periodísticas, en Sudáfrica Interpol constató el fallecimiento de Vildoza por las huellas dactilares pese a que portaba documentos en los que figuraba como “Roberto Sedano”, identidad falsa que ya había utilizado en el pasado, en su huida primero a Paraguay y después a Sudáfrica.

Javier Penino Viñas dijo en su momento a periodistas que lo entrevistaron, que su apropiador le había contado que participó en la “lucha antisubversiva”, incluyendo la tortura a prisioneros y “los vuelos de la muerte”.

“Fue piloto en vuelos de la muerte. Él volaba. Y tenía alto rango. Siempre cuando le tocó hacer el vuelo estaba a cargo del avión. Parece que hubo una cierta influencia religiosa. La idea era que ser tirados delavión vivos aunque dormidos era una forma humana y cristiana de llevar a cabo la ejecución. A mí me pareció un horror. Creo que se dio cuenta de que era algo difícil de explicar”, relató Javier, residente en Londres, en una entrevista al diario Página/12.

Como otros represores de la ESMA, Villdoza llegó a Sudáfrica antes de la extinción del régimen del apartheid racista en ese país.

En septiembre de 2014, el entonces agregado militar argentino en Sudáfrica encontró Actas de Incineración de documentos de la Armada firmadas por dos emblemáticos represores de la ESMA y la dictadura: el contralmirante Rubén Jacinto Chamorro -quien como jefe de la ESMA era el superior directo de Vildoza- y el capitán Alfredo Astiz, quienes fueron agregado naval y agregado naval adjunto en ese país, respectivamente, cuando en la Argentina la dictadura comenzaba a vislumbrar su final.

Adriana Marcus, sobreviviente de la ESMA, declaró que Jorge “El Tigre” Acosta les dijo cuando estaban en cautiverio que, en caso de retorno a la democracia, “no lo iban a encontrar porque iba a estar en Sudáfrica”, país al que efectivamente viajó en 1981.

Hay indicios de que Vildoza vivió clandestinamente en Paraguay y Austria, e indicios precisos y concordantes de que vivía en Ushuahia a comienzos de este siglo.

Así lo denunció con lujo de detalles el abogado misionero Roberto Beccaluva en octubre de 2012 Beccaluva dijo, entre otras cosas (ver abajo) que lo conocía personalmente; que Vildoza había lavado dinero presuntamente de desaparecidos al establecer sendos casinos electrónicos de propiedad familiar en Ushuahia y Río Grande, Tierra del Fuego; y que gozaba de protección tanto de la Armada como de la policía y justicia fueguina, aunque advirtió que tambiñen lo extorsionaban, por lo que terminó radicándose en Sudáfrica.

En abril de 2013, Beccaluva murió a poco de llagar a su estudio jurídico en Posadas, al parecet por un estallido de la aorta a consecuencia de un ataque de presión.

Estos son algunos de sus dichos:

“El casino que poseía Vildoza en Tierra del Fuego empezó gracias al dinero que robó de los bienes de los detenidos desaparecidos en la Esma”.

“Vildoza era una pata más de todo el sistema. Creo que acá nadie sienta bien la investigación. Creo que hay que mirar a los otros”.

“Parte de las cosas que se apropió Vildoza las administraba Massera y su staff, y con eso comenzó con los casinos. Otros se dedicaban a otras actividades, agropecuarias, ganaderas”.

“Rata de mierda, te voy hacer desaparecer”, le habría dicho Vildoza a Beccaluva en mayo del 2002, la última vez que ambos mantuvieron contacto.

“Te utilizan y después te eliminan. Primero dicen te necesitamos y en este afán de trabajar vos te metés a hacer las cosas, después vienen por vos, para poder ir eliminando rastros. Creyeron que me iban hacer cejar con las amenazas. Uno de los abogados conocidos en Tierra del Fuego me dijo: ¿Vos estás loco?. Y yo le respondí: ¿Por qué me voy asustar?


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