MENORES & DELITO, un asunto de vida o muerte. Encendido debate entre Lanata y Juan Grabois

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Lanata en la escuela. Entonces parecía zurdo.

En momentos en que recrudece la campaña para tratar a los niños como mayores para encarcelarlos, y hay policías que los asesinan, envalentonados por el “clima de época” creado por el presidente Macri y la ministra Bullrich, hay cosas que, decididamente, no se pueden dejar pasar.

Tengo el íntimo orgullo de haber sido el primer periodista en enfrentar a la topadora Lanata. Fue a comienzos de 1985 en la primera redacción del mensuario El Porteño editado por una cooperativa de periodistas, en la calle Sarmiento, frente al Centro cultural San Martín. Si mal no recuerdo, hubo tres asambleas desde que Lanata, que no quería ser parte de un consejo de redacción integrado por pares (junto a Ernesto Tiffemberg, Eduardo Blaustein, Daniel Molina, Eduardo Rey y, brevemente, menda) pidió y obtuvo mi cabeza, hasta que consiguió  –no que se lo nombrara director, como pretendía (por entonces no tenía más mérito que haber secundado a Eduardo Aliverti en Radio Belgrano y haber hecho unas pocas notas de tapa en la etapa anterior de El Porteño, cuando la revista era propiedad de Gabriel Levinas)– pero si que se lo elevara a corresponsable de la publicación con el mismo rango que Tiffemberg.

Muchos años después alguna cooperativista insigne negaría haber auspiciado el ascenso de Lanata, y un cooperativista se arrepentiría de haberme apoyado a mi y le chuparía las medias a él. Hubo luego, ya en la redacción de la calle Perón, otras asambleas en las que nos seguimos enfrentando hasta que él y Tiffemberg se fueron a fundar Página/12 llevándose consigo a la mayoría de la redacción.

Ya entonces Lanata era autoritario, egocéntrico, homofóbico y brutal, pero también se veía que llegaría muy lejos, la principal razón de su arrastre. También ya entonces revelaba falta de escrúpulos: nunca dejó que la realidad le arruinara una nota. Siempre fue un buen titulero, aunque para mi gusto un poco zafio y ordinario. Se oponía la despenalización del aborto pero era capaz de titular “No al aborto: coja por el orto”.

Lanata tiene el antecedente de haber atacado al niño Casey Wander por la única razón de que este se manifestó kirchnerista.

Y basta por hoy: he escrito mucho, demasiado sobre el monstruo (¡toda una serie!), pero hace mucho me libré de él como de un mal vicio y no escucho ni veo sus programas.

Pero no pude excluirme del tremendo alboroto que se armó en las redes a partir de la entrevista que uno de sus adláteres (y chupamedias: miren como le hace de claque y festeja sus zafiedades) el periodista de Policiales del diario Clarín Rolando Barbano, le hizo a un niño de 12 años que todo indica les sirvió en bandeja la policía bonaerense, con el evidente propósito de hacerle el caldo gordo a quienes quieren disminuir la edad de imputabilidad de los menores.

Y es que Juan Grabois, referente nacional de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) vinculado también con el Papa Francisco, se cruzó con él de manera muy dura. Es un diálogo, una encendida discusión entre Grabois y Lanata y sus adláteres que en mi opinión no tiene desperdicio y permitirá que quienes lo vean extraigan sus propias conclusiones.

Recomiendo ver antes una síntesis de la entrevista con el pibe, tal como se ofrece a continuación.

http://https://youtu.be/lLLOxn1gZNU

 

 


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3 comentarios

  1. JOAQUIN BERTRAN3 minutos atrás – 22 Feb 2017, mie
    DICEN ALGUNOS que Jorge Lanata, en su reciente columna en Clarín, lo “destrozó” a Macri. En realidad, para mí, este fumador empedernido e irrespetuoso (que así va a quedar “patas para arriba” en cualquier momento) es un botarate que hoy está aquí y mañana allá. Para demostrar esta afirmación basta con ver una foto en la que está abrazando a Mauricio. Pero lo que más me indigna, como antiguo practicante del noble juego ciencia, es que diga que maneja el país como jugar una partida de ajedrez. Ojalá que fuera así, porque el ajedrez bien jugado es una actividad pensada, coherente y lógica, y no solo eso, sino que reproducir una partida de grandes jugadores como Morphy, Capablanca, Fischer, Kasparov, etc., es lo mismo que contemplar un obra de arte, un cuadro o una escultura del Renacimiento. Si Macri gobernara el país como jugando una buena partida de ajedrez, no tengo ninguna duda de que estaríamos mucho mejor de lo que estamos
    Finalmente, estoy absolutamente seguro de que el obeso polucionador ambiental Lanata ni siquiera sabe como se colocan las piezas sobre el tablero en su posición inicial. Por eso dice la tontería que dice.

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