TÉLAM – DESPEDIDOS. Diez historias de vida

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Diez historias detrás de los despidos masivos en Télam

Luego de que la agencia de noticias estatal argentina despidiera a casi el 40 por ciento de su personal, hablamos con algunos periodistas, administrativos y técnicos que perdieron su trabajo. ¿Quiénes son? ¿Cuál era su función en la agencia?

 

VICE Argentina

La agencia de noticias del Estado argentino despidió entre el martes y miércoles a 357 empleados, el 40 por ciento de su personal. Algunos recibieron los telegramas por correo y otros se enteraron de otras formas: recibieron la indemnización en su cuenta bancaria, no pudieron ingresar al edificio cuando se presentaron en su horario de trabajo o no lograron ingresar al sistema web propio de la agencia. Mientras esto ocurría, otros empleados recibieron un mail donde se les daba la bienvenida a la nueva Télam.

“Hoy ganó el periodismo y ganaron los ciudadanos. Los ciudadanos porque recibirán de la Agencia Télam información objetiva, veraz e independiente. El periodismo porque podrá desplegar, sin presiones ni chantajes, su noble oficio”, dijo Hernán Lombardi, el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos a través de su cuenta de Facebook.

El recorte de personal no sólo afecta a periodistas, también a técnicos, fotoperiodistas, y personal administrativo, de todos los rangos y antigüedades. Con esta medida, de las 27 corresponsalías en las provincias argentinas cinco quedaron sin personal: Formosa, Catamarca, Posadas, Resistencia y Viedma.

El directorio de la empresa compuesto por Rodolfo Pousá, Ricardo Carpena y Pablo Ciarliero anotició también el despido de 43 trabajadores de las 21 provincias que aún mantienen corresponsables. Los trabajadores de Télam están con medidas de fuerza para revertir la situación. Esta son sólo 10 historias de las 357 que hay en el país.

Albina

Albina Cabrera, 30 años, locutora

Entré el 10 de diciembre de 2013, acaba de recibirme de Locutora en ETER después de haber hecho la licenciatura en Comunicación en la Universidad Nacional de Cuyo, porque soy mendocina. Hacía un par de años estaba viviendo en Buenos Aires. El día que entré me cambió la vida, para mí fue un orgullo formar parte de una agencia que cubría noticias de todo el país y para cada provincia. Arranqué en un área que estaba desarrollándose que se encargaba de producir, ejecutar y compaginar especiales que eran micros producidos para las AM y FM de toda la Argentina, que eran abonadas al servicio. También trabajé en el servicio noticioso en el turno desde las 6 de la mañana. Después hice los podcasts diarios que incluía entrevistas y especiales de cultura y espectáculos. Después estuve en la co-conducción del programa político de la mañana cuando se habilitó en la radio en vivo por Radio Télam, hasta que con el cambio de gobierno me sugirieron continuar con las tareas de espectáculos que venía realizando. Desde el primer momento tuve mucha libertad para desarrollar el formato podcast, del cual me gustó especializarme. Todo el equipo de radio hace contenido de primera calidad que sirve de usina y herramienta para las radios de toda Argentina. Yo soñaba con entrar ahí porque los contenidos públicos me parecían los más plurales y federales de los medios. Quería seguir aportándole mirada federal a los contenidos. Ingresé a un servicio de radio que se estaba robusteciendo, porque crecían los abonados.


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Me enteré de mi despido el martes a las 10.15 cuando llegó el telegrama. En estos días hemos pasado emociones muy fuertes recolectando hora tras horas cuántos de nosotros fueron los que nos quedamos sin trabajo. Sé que voy a volver a Télam, tarde o temprano.

Eduardo Kragelund, 68 años, secretario de redacción

Trabajé 12 años en Télam como Secretario de Redacción. Empecé en 2006, un mes después de haber decidido volver al país tras 30 años de trabajar para otras agencias. Estuve 17 en la Agencia Reuters y 8 en la Agencia France Presse. Les interesaba mi experiencia porque no es lo mismo una empresa periodística que una agencia de información estatal. Télam es una agencia del Estado, no del gobierno. No fue creada para dar ganancia, el objetivo es informar.

Durante estos últimos 20 años hubo un gran cambio en el periodismo impulsado por la digitalización. La adaptación de los medios tradicionales a la era digital fue enorme y Télam fue parte de eso. En la agencia se crearon áreas especiales para crear contenido para medios online, videos, podcast, materiales para dar servicio a los teléfonos, tablets, computadoras. El trabajo que más me enorgullece no es tan interesante para otros pero para mí sí, yo escribí Apuntes para un Manual de Estilo de Télam. Para mí fue una de las cosas más lindas que hice. Esta gente que nos echó alega por un lado que somos incompetentes y por otro lado que hay gente contratada de más, y no es así. Debemos ser una de las agencias estatales más chica del mundo.

El martes me tocaron el timbre y era el cartero. Lo esperaba, era raro ya que no nos hubieran tocado porque el gobierno fue ajustando por todos lados para cubrir su ajuste. Por lo que estamos pasando ahora ya lo pasaron varios sectores. El 40 por ciento de la agencia fue despedido. Fue como una gotera, hubo muchas irregularidades a su vez. Hay dos o tres personas que van a ser reincorporadas porque se confundieron, y otras que recibieron la indemnización pero no el telegrama.

Lombardi no puede cuestionar la idoneidad de un periodista si él no lo es. Hay algunos que piensan que se va a cumplir el anhelo del presidente Mauricio Macri, quien ya intentó cerrar la agencia durante el menemismo. Yo creo que van a mantener una cierta actividad. Mas publicitaria, completamente propagandística.

Carolina Balderrama, 45 años, periodista audiovisual

Carolina

 

Entré en Télam en enero de 2010, soy periodista del área de audiovisual que tiene un poco más de 10 años en la agencia. El mayor aporte que hemos logrado hacer en esa área es empezar a cubrir la agenda de los derechos de las mujeres, lesbianas, travestis y trans. Una agenda que la impusimos con mucho trabajo, mucho esfuerzo. El primer Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) que cubrimos con el equipo audiovisual de la agencia de noticias fue el de Paraná en 2010. La gestión de gobierno de Cambiemos nos desplazó de las coberturas. En 2016 recibimos el premio Lola Mora por la cobertura del 30° ENM que fue en Mar del Plata en 2015. Ese fue uno de mis grandes logros dentro de la agencia. También los informes que hicimos sobre matrimonio igualitario, cupo laboral trans, y colectivos que no tenían espacio en otros medios y nosotras fuimos punta de lanza. De las periodistas con perspectiva y capacitación de género sólo queda una en toda la agencia.

Estoy despedida, me enteré porque hace unos días me llegó el telegrama de despido. Soy jefa de familia, tengo una hija de 17 años, estoy divorciada. Soy de Santiago del Estero, vivo hace 20 años en Buenos Aires, estudié Comunicación en mi provincia, acá hice una Maestría en Planificación y Gestión de Procesos Comunicacionales en Universidad Nacional de La Plata, siempre fui docente de medios comunitarios. Soy integrante de la Red de Periodistas de Argentina por una Comunicación no Sexista. Siempre milité por la comunicación. Cuando entré a Télam me cambió la vida en todos los sentidos, me permitió ser herramienta para contar todo lo que pasaba en estos colectivos que no encontraban voz en otros medios y me ayudó a hacerlo con el entendimiento de la comunicación como un derecho humano. Es un dolor tremendo lo que pasa ahora.

Carlos Brigo, 60 años, fotoperiodista

Carlos

Entré a trabajar en el 2010, en 1980 empecé a trabajar en periodismo Gráfico. Tengo 60 años, trabajé ocho en Télam y 38 en toda mi carrera profesional. Siempre como reportero gráfico, trabajé 18 años en el diario Crónica, y luego me llamaron para trabajar en el diario Perfil, después fui al diario Popular y estuve allí 12 años. Paralelamente trabajaba de noche en El Gráfico cubriendo deportes. Tengo algunos premios internacionales de fotoperiodismo, cubrí cuatro mundiales del mundo, giras presidenciales. Entré a trabajar con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. En diario Popular cubrí los festejos por el Bicentenario de la Patria y creo que hice una foto que gustó mucho, medio icónica, es una caminata presidencial rodeada de los presidentes latinoamericanos. Gustó tanto que me llamaron y me ofrecieron trabajar en Télam. Para mí fue un orgullo trabajar en el Estado en un gobierno popular. La responsabilidad y el compromiso fue mayor porque era un empleo público.

Cuando asume el gobierno de Mauricio Macri me quitaron el equipo y me impidieron salir a hacer fotos a la calle. Yo soy un animal de calle, siempre ando con la cámara pegada al cuerpo, no puedo estar encerrado, estaba muy triste y deprimido, a los dos o tres meses me pusieron a editar fotografía. Uno de esos días estaba mirando por la ventana, Télam queda en Av. Belgrano 333, en San Telmo, y veo una familia en la esquina, un chico de 30 años, una mujer un poco más joven, un nene y un cochecito con un bebé. Estaban sentados tomando mate. Los vi y le saqué una foto. Al cabo de las horas seguían ahí, me generó curiosidad saber por qué estaban ahí, no desde lo malsano sino con el verdadero interés por el otro, como es el periodismo. Me acerqué con la cámara, que la tengo siempre conmigo, y les pregunté si podía conversar con ellos. Me dijeron que los dos se habían quedado sin trabajo, que estaban en situación de calle y que se encontraban en la esquina para estar el día juntos, para no perder los lazos con la familia, porque de noche se iban a refugios de mujeres y de hombres. Se juntaban todos los días en esa calle para estar juntos. Les pedí hacer una foto y la publiqué con esta historia en las redes sociales mías. Me empezaron a llegar mensajes, que querían llevarles ropa, comida, que los invitaban a la casa. Al final consiguieron una vivienda y trabajo en Ciudad Evita, él es cuidador y ella cocinera. Ese fue mi mayor logro profesional en Télam porque es muy satisfactorio que por una simple foto se logre una empatía así.

Lucía Ríos, 32 años, técnica radial

Con 24 años, en febrero de 2011, entré a trabajar en Télam al área de radio. Primero como compaginadora técnica de los boletines informativos, después empecé a hacer contenidos especiales, hacer entrevistas. Editaba los especiales y los boletines. El año pasado fui a producción de radio. El último mes pasé al portal web donde hacía contenido exclusivo para ahí. Siete años y medios en una sección sólo te genera crecimiento si tenés vocación. Nosotros representábamos a la Agencia de Noticias del Estado, y eso contenía una mística para nosotros. Para los militantes está ligada a lo que implica trabajar en el estado de manera reivindicativa. Aprendí a trabajar en una redacción, estar en el día a día de la noticia y el país, reconocer la responsabilidad de informar a todas las provincias, me obligó a pensar de manera federal, conocer qué pasaba en cada lugar.


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El área de radio no existía, fue creada y articulada en el momento en el que entré, durante el gobierno de Cristina Fernández. Me tomaron por una recomendación, tuve entrevistas y tuve que hacer pruebas, edité ahí mismo varias piezas y quedé. Me enteré del despedido de una manera particular, a través de una amiga a la que quiero mucho y hacía un tiempo no hablaba pero que vive en mi ex casa. Me mandó un mensaje que decía “¿podemos hablar?”, ahí mismo tuve miedo y entendí. Me dijo que cuando llegó a su casa se encontró con un aviso de carta documento del correo.

Paulo Pécora, 47 años, periodista especializado en cine

Paulo

 

En 1993, durante el gobierno de Carlos Menem entré a Télam en el turno de madrugada, desde las 12 pm a 7 am. No sabía nada de periodismo y aprendí todo durante ese año como aspirante en el que estuve a prueba. Me tocó cubrir todo tipo de noticias: crímenes, asesinatos, incendios, cubrí muchas cosas durante esas madrugadas. Me promocionaron a cronista de policiales, donde trabajé durante seis años en el turno diurno. Luego me ascendieron a redactor y empecé a trabajar en la sección espectáculos, donde escribí específicamente sobre cine argentino e internacional. Desde entonces trabajé ahí haciendo entrevistas, estrenos semanales, noticias de rodajes, crítica, cubriendo la participación argentina en todos los festivales internacionales relevantes y los nacionales. Paralelamente trabajé en la revista Haciendo Cine. Realicé como director dos largometrajes y varios cortos. Tengo 25 años de trabajo en Télam, para mí fue un logro haber servido para la mejor difusión del cine argentino, tanto películas de gran producción, medias e independientes. Nos interesaba cubrir realizaciones de todo tipo, hacer de Télam un lugar donde se escuchen todas las voces, sobre todos los nóveles y federales. Aprendí a escribir en la agencia, a entender la noticia, y el rol de la agencia del Estado.

Me enteré del despido el miércoles por la mañana, ya sabíamos que esto podía pasar porque había rumores muy fuertes, estaba esperando que no me tocara, pero el miércoles en el chat de whatsapp de la sección Espectáculos empezó a circular la noticia de los primeros. Mientras desayunaba sonó el timbre y era el cartero, mientras bajaba en el ascensor ya sabía qué era lo que estaba yendo a buscar.

Emilia Racciati, 36 años, redactora política

Emilia

 

Entré a Télam en 2012, soy licenciada en Comunicación en la UBA, trabajé en la sección Política como redactora y hace dos en Cultura. En una agencia de noticias son muy diversas las coberturas: desde manifestaciones hasta cuando la fragata llegó a Cuba. Cuando estudiaba pensaba en la comunicación pero no en el periodismo, y en Télam encontré un oficio, eso es bastante fuerte y emocionante para mí.

El martes salí de mi casa muy temprano cuando me enteré de los primeros telegramas y vine a la agencia a una gran asamblea. La situación era desesperante porque muchos compañeros se acaban de enterar que habían sido despedidos y otros recibían el mail de bienvenida a la nueva agencia al mismo tiempo. Estamos defendiendo la Télam que ellos quieren desmantelar.

Cuando entré yo venía trabajando con educación y la juventud, así que mis primeras notas fueron sobre las políticas públicas de programas como Conectar Igualdad. En ese momento me impactó el sistema de la agencia, porque entendí que resolver con rapidez el texto es parte del servicio. También me interesaba el trabajo en equipo, porque siempre fue en dupla con un editor y después una mesa de redacción la publicaba. Acá había que resolver el texto de a dos, a veces yo estaba cubriendo algo y por teléfono enviaba la información, mi editor la completaba y el texto era de los dos. Además la agencia te da una revancha inmediata, al otro día podías seguir cubriendo el mismo tema desde esos espacios.

Julio Pantoja, 57 años, fotoperiodista

Julio

 

Mientras miraba el partido de Argentina empezaban a despedir gente y veía eso con mucha indignación y bronca, pero me sonaba como lejano. Yo vivo en Tucumán y soy parte de la corresponsalía de Télam en la provincia. Esto le estaba pasando a mis compañeros de Buenos Aires. Muchos amigos me escribían para solidarizarse, pero no caía que yo también estaba en el ojo de la tormenta. Rápidamente caí en cuenta de eso y compartí esas 48 horas de ansiedad, movida por la perversión que implica no saber, esperar noticias y no tenerlas. Finalmente llegó la confirmación, llegó el telegrama.


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Mi vínculo con Télam empezó, como el de la mayoría de mis colegas de cualquier medio gráfico, primero como colaborador externo; años después vino el “ascenso” a colaborador permanente y más tarde pasé a ser miembro del staff de la agencia. Pierdo la cuenta, pero en total son alrededor de veinticinco años. El trabajo de fotografía en una corresponsalía es como el de los bomberos. O como siempre digo “como piloto de tormentas” porque implica una aparente calma hasta que estalla todo y hay que estar en condiciones de responder a las necesidades de la sección Fotografía las 24 horas del año, los 365 días del año. Como sea. Lo importante es resolver y que la foto esté en tiempo y forma. Eso es algo que lo aprendí apenas empecé como reportero gráfico. Hice decenas de coberturas importantes para el servicio de Télam, como los juicios por María Soledad Morales, cumbres presidenciales, etc.

Sabino Cabrera, 27 años, archivista fotográfico

Sabino

 

Entré a comienzos de 2015, tengo 27 años y hace 3 años trabajo en la Agencia. Me desempeño en el área de archivo fotográfico. Lo que hacemos es relevamiento y catalogación del archivo de material fotográfico de Télam en las distintas coberturas de la agencia a lo largo de la historia, habiendo situaciones donde fue el único medio que cubrió algunos casos, como en la Guerra de Malvinas. El material que hay ahí sirvió, por ejemplo, para que la Justicia dictamine que en el Copamiento del cuartel de La Tablada se llevaron gente con vida y eso se probó con material fotográfico de la agencia. También subimos todo lo que se produce en el día a la web y a la cablera, para que los abonados puedan bajarse las fotografías diarias. Este sector contaba con 14 personas y 2 jefes, después del inicio del gobierno de Mauricio Macri quedan 3 personas, lo que genera un mal funcionamiento del sector. Lo vaciaron y ya no puede cumplir su función.

Me enteré del despido cuando me depositaron la indemnización en mi cuenta bancaria, sin haber recibido el telegrama, como si fuera un número, como lo que somos el conjunto de los trabajadores para este gobierno.

Vanina Alfonso, 43 años, administrativa

Vanina

 

Despidieron a mi marido y a mí, a los dos juntos. Hace 20 años trabajo en el área de publicidad y él hace 25 años en el archivo general de Télam. Entré porque necesitaban gente, me hicieron una serie de entrevistas y trabajé varios años en el jardín maternal. Cuando lo cerraron pasé al área administrativa. Recibimos el aviso de la carta documento a nombre de los dos, después cada uno su telegrama de despedidos. Mi hijo de 8 años encontró la carta y, como siempre hace cuando recibimos correspondencia, nos dijo “papá y mamá recibieron un regalo los dos juntos”, y era esto. Tenemos tres hijos, uno con discapacidad: 14, 8 y 2 años.

Mi trabajo constaba de chequear que los proveedores cumplieron la pauta solicitada. Es decir, si nosotros encargábamos una publicidad en radio, papel o televisión teníamos que controlar que fueran los minutos, centímetros y contenidos contratados.

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