Libia: el Pentágono conduce su arrasamiento

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Lo tomé de Loboalpha. La fuente es IAR-Noticias, es decir la gente de Lyndon Larouche.

El Pentágono conduce las operaciones
EEUU disimula su jefatura en el despedazamiento aéreo de Libia

EEUU no quiere pagar con el bombardeo a Libia el costo político de Irak o Afganistán. Operativa y organizativamente tanto la fracasada “revuelta popular”, como la también fracasada “revolución libia” llevan su sello. Pero Washington se escuda en sus dos aliados más leales, Gran Bretaña y Francia, para centralizar el comando estratégico de la llamada operación “Odisea al Amanecer”.  Una acción militar en gran escala para derrocar a Kadafi despedazando a Libia con bombas y misiles de última generación.

Hay un discurso perverso de la prensa y los analistas internacionales orientado a deformar la comprensión de los verdaderos actores responsables de la carnicería desatada en Libia con la intervención militar para derrocar a Kadafi.

En este escenario, la participación de EEUU como potencia rectora de las operaciones para terminar con Kadafi y poner bajo control imperial al petróleo libio aparece oculta bajo la fachada de “comunidad internacional” o “coalición aliada”.

Y no se trata de una “coalición aliada” sino de tres potencias centrales que han emprendido acciones militares contra Libia sin esperar una desición de la OTAN para cumplir con la resolución de la ONU

El almirante americano Samuel Locklear dirige la operación, a bordo del buque de mando “USS Mount Whitney”,  junto a quince oficiales de enlace británicos, franceses y canadienses.

Hillary Clinton se desplazó tanto a Túnez como a Egipto en una visita relacionada con las operaciones dirigidas contra Libia. Tanto el régimen de Túnez como la junta militar de El Cairo están abierta y secretamente apoyando la guerra imperial en Libia. Los colaboracionistas pro-EEUU del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) señalaron también que enviarán fuerzas militares para atacar el país norafricano.

En total, una flota aliada compuesta por más de 25 buques y submarinos se encuentra en posición en aguas del Mediterráneo, junto a numerosos aviones de combate facilitados por miembros de la Alianza Atlántica.

Pero el portaaviones más cercano de la Armada de EEUU se encuentra en la zona del Golfo Pérsico, como parte de las operaciones militares en Afganistán. Aunque si fuera necesario, los 45 cazas F-18A a bordo del “Enterprise” serían capaces de alcanzar objetivos en Libia repostando en el aire.

El secretario de Defensa Robert Gates afirmó que EEUU tiene previsto renunciar al control de la misión “en cuestión de días” para cedérselo a otros países de la coalición.

“Tenemos un papel militar en la coalición, pero no un papel dominante”, dijo, explicando que los distintos países discuten la organización de quién asume el mando.

Gates se mostró muy prudente con la operación “Odisea al Amanecer” señalando que no está previsto aumentar los objetivos del ataque. “Si comenzamos a agregar más metas, se van a plantear muchos problemas”, dijo.

“No sería prudente establecer objetivos que no está claro que vayamos a conseguir”, en clara referencia a la posibilidad de apuntar directamente a Kadafi.

Una opinión que no comparte su homólogo británico, el ministro de Defensa, Liam Fox, quien afirmó que Kadafi podría convertirse en un blanco militar.
Explicó que “hay una diferencia entre el hecho de que alguien sea un blanco legítimo y la decisión de pasar al ataque” porque para esto último “habría que tener en cuenta qué puede ocurrirles a los civiles que haya en la zona”.

Francia aportó su portaaviones “Charles de Gaulle” a las operaciones contra Libia.

La nave, con una tripulación de 1800 militares y veinte aviones a bordo, partió el domingo del puerto de Toulon, acompañada por un grupo de combate en el que figura un submarino de ataque, tres fragatas y unidades de apoyo logístico. En cuestión de 36 a 48 horas, estos adicionales recursos aeronavales podrían tomar posiciones frente a las costas de Libia.

La aviación militar francesa -responsable de las primeras acciones de combate en esta operación- continuó durante el domingo realizando misiones dentro del espacio aéreo libio. Pero según el gobierno de París, los quince cazas que han participado en estas patrullas no han encontrado resistencia.

Tras revisar los resultados de los ataques realizados el sábado, incluida una salva de más de cien misiles de crucero lanzados desde unidades navales de EEUU y Gran Bretaña, fuentes militares americanas insisten en que los daños causados en las fuerzas a disposición del líder libio son significativos y sustanciales.

Especialmente en todo lo referente a la defensa aérea de Libia de origen soviético y sus baterías de misiles tierra-aire SA-5 que representan una cierta amenaza, aunque el Pentágono, siguiendo los deseos de la Administración Obama, insiste en que piensa mantenerse más bien en un segundo plano, tal y como demuestra la ausencia de portaaviones de la “Navy” en esta operación.

Pero, y pese al ocultamiento del verdadero objetivo de la masacre aérea en Libia, EEUU y sus aliados más cercanos se han embarcado en otra operación de cambio de régimen para apoderarse del petróleo libio.

El primer ministro canadiense Stephen Harper dijo que la intervención militar  equivale a un “acto de guerra” que es fundamental para sacar a Muamar Kadafi del poder “antes de que siga masacrando a su propio pueblo”.

El primer ministro británico, David Cameron, ha dicho repetidamente que “Kadafi tiene que marcharse”, pero otros miembros del gobierno de coalición británico aclararon el domingo que la salida del dictador libio no es el objetivo último de la operación contra su régimen.

Mientras, el jefe del Pentágono aseguró que la campaña militar en marcha es un “esfuerzo internacional” cuyo objetivo es implementar la resolución aprobada el jueves pasado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que impuso una zona de exclusión aérea sobre el país norteafricano.

Destacó que España, Dinamarca y Qatar se han sumado también a la operación y dijo esperar que otros países árabes entren a formar parte de la misma aunque no ofreció detalles concretos.

El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el almirante Mike Mullen, dijo el domingo a la cadena NBC que las fuerzas occidentales habían puesto en marcha una zona de exclusión aérea en Libia y que no hay muestra de que aviones libios estén sobrevolando el país.

Mullen añadió que no había informes de muertes de civiles hasta el momento tras las redadas de las fuerzas aliadas iniciadas el sábado y que la operación había logrado “avances significativos en 24 horas”, al detener a las fuerzas de Kadafi en Bengasi.

Pero los costos humanitarios y en vidas civiles de la operación “Odisea al Amanecer”  ya están saliendo a la luz.
Horas después de que se iniciaran los ataques, fuentes libias informaron que los bombardeos mataron a 64 civiles, hirieron a otros150, y  destruyeron dos hospitales y una clínica sanitaria.

Resultaron alcanzados por los misiles el Hospital Al-Tajura y el Hospital Saladin, en Ain Zara. La clínica bombardeaba estaba también situada en las proximidades de Trípoli, la capital libia. Eran estructuras civiles que estaban lejos de la zona de los combates.

Además del bloqueo económico y del aislamiento internacional que ya padece Libia, las fuerzas de la coalición atacante EEUU-Gran Bretaña-Francia han impuesto un bloqueo naval y aéreo que puede conducir a un desastre humanitario en el país petrolero.

El presidente de la Liga Arabe, Amr Musa, dijo el domingo que los ataques aliados fueron más allá de lo que la organización apoya.

“Lo que ocurrió difiere de los objetivos de la zona de veda de vuelos”, dijo Musa a reporteros en El Cairo. “Lo que queremos es la protección de civiles, no el bombardeo de más civiles”.


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