Un comisario cordobés fue asesinado por sus camaradas del D-2 por no aceptar el Terrorismo de Estado

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Muy interesante. 

El policía al que sus camaradas del D-2 mataron por no aceptar el terror

Por Dante Leguizamón / Miradas al Sur

Una foto antigua y una actual de Charlie Moore, publicada en el libro Una búsqueda. Acusado de “quebrado” echó luz sobre el caso. || El D2 fue el principal centro clandestino de detención de Córdoba. Robles había trabajado allí. (TELAM)

Sucedió en 1975. Su hijo, también policía, investigó el caso por más de veinte años. Y publicó un libro con la historia. 

Todos los días de su infancia Miguel Robles se sentaba sobre la escena del crimen de su padre y viajaba rumbo a la escuela. En lugar de mirar por la ventanilla los letreros de los negocios, Miguel se la pasaba observando los agujeros que las balas que asesinaron a su papá habían dejado en el Renault 6. La falta de dinero le había impedido a su madre cambiar el auto y no quedó más remedio que tapar los orificios con masilla. Pero la masilla se hundía y las huellas de la muerte siempre volvían a quedar en evidencia.
 

El homicidio del padre de Miguel había ocurrido una tarde de fin del año 1975. José Elio Robles, comisario principal de la Policía de Córdoba, tenía apenas 42 años y era un avanzado estudiante de medicina de la Universidad Nacional. El día de su muerte, así lo publicaron los diarios de la época, “un comando Montonero” lo asesinó apenas estacionó cerca de la facultad de Ciencias Químicas. 

Como desde hacía unos meses lo habían pasado a retiro, no portaba armas y eso le quitó toda posibilidad de defensa.
 

Carlos Raimundo Charlie Moore es un cordobés descendiente de ingleses y galeses que en 1974 –a los 24 años– estaba señalado como uno de los miembros del ERP que participó en el copamiento a la Fábrica Militar de Pólvora y Explosivos de Villa María, en la provincia de Córdoba. El 13 de noviembre de ese año, en un allanamiento ilegal, Moore fue detenido junto a su esposa, Mónica Cáceres, y trasladado a un destacamento conocido como la D2, dependiente de la Policía de Córdoba. En realidad se trataba de un centro de exterminio.

Tras la caída de Moore, su nombre se convirtió en una figura repetida en los diarios locales, y más odiada por la militancia revolucionaria cordobesa. La razón también puede leerse en los diarios de la época. Tras la captura del militante la policía comenzó a difundir extensos comunicados en los que indicaba que “gracias a la inestimable cooperación de Moore” se había podido detener a integrantes de diferentes organizaciones revolucionarias.

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