CHACRAS DE CORIA – GASPARINI. Gils Carbó le pidió a la Corte que revoque una condena a Juan Gasparini, escritor y periodista residente en Suiza
Por aplicación de la doctrina de la «real malicia»
Procuradora pide a la Corte Suprema que revoque la condena a Juan Gasparini, periodista y escritor
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La Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, pidió a la Corte Suprema de Justicia que revoque la sentencia que condenó a un periodista y escritor por las críticas que formuló en un medio periodístico a un hijo de desaparecidos. Gils Carbó produjo su dictamen en el recurso de queja que Juan Alberto Gaspari (más conocido como Gasparini), residente en Suiza, presentó contra el fallo de la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza que lo condenó a pagar 50.000 pesos más intereses y costas judiciales ante la demanda promovida por Federico Gómez Miranda. Gasparini criticó la posición asumida por el demandante sobre las circunstancias que rodearon a la apropiación de terrenos en la localidad mendocina de Chacras de Coria por agentes de la última dictadura militar.
El fallo de la Cámara, dictado el 26 de mayo de 2011, fue firmado por Otilio Romano (destituido por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar), Julio Petra, que renunció tras ser imputado por su actuación en causas sobre violación de derechos humanos, y Alfredo López Cuitiño, quien también dejó el cargo luego de haber sido denunciado por acoso sexual y laboral.
Cuando revocaron la sentencia de primera instancia, que había sido favorable a Gasparini, Romano, Petra y López Cuitiño consideraron que los dichos del periodista habían sido injuriosos y lesionaron el honor de Gómez Miranda.
Según una entrevista que publicó el diario local El Sol el 16 de agosto de 2005, Gasparini dijo, refiriéndose a Gómez Miranda y la apropiación de tierras de Chacras de Coria, que “al pibe no le interesa la justicia; le interesa hacer plata”.
La Cámara consideró que Gasparini había efectuado manifestaciones sobre “un tema de extrema sensibilidad para el actor, como la desaparición de su padre».
En su dictamen ante la Corte, Gils Carbó recordó la doctrina de la “real malicia” del máximo tribunal, según la cual los funcionarios públicos sólo reprochar daños generados por la divulgación de información de interés público si prueban su falsedad, que la difusión fue realizada con conocimiento de dicha falsedad o con notoria despreocupación por su veracidad”.
Gils Carbó recordó que la Corte aplicó la doctrina de la “real malicia” también a particulares que hubieran intervenido en cuestiones de interés público, lo que, afirmó, es aplicable a este caso.
“El debate amplio y desinhibido sobre esos acontecimientos tiene un valor instrumental para garantizar la dimensión colectiva del derecho a la verdad, memoria y justicia, que ha sido consagrado por los distintos sistemas de protección de derechos humanos”, expuso la Procuradora.
Agregó que el “interés público -suscitado sobre la posible apropiación durante la última dictadura de una finca que pertenecía a una sociedad integrada por víctimas del terrorismo de Estado que permanecen desaparecidas- demanda evitar la aplicación de estándares de responsabilidad civil que traigan aparejado un posible efecto de silenciamiento sobre hechos aberrantes”.
La Procuradora dijo que la importancia del asunto y el hecho de que tanto Gómez Miranda como Gasparini hayan expuesto sus diferencias en los medios de comunicación, “llevan a concluir que la acción de daños y perjuicios sólo puede prosperar si se prueba que el demandado divulgó información falsa con conocimiento de su falsedad o con notoria despreocupación por su veracidad”.
Como Gils Carbó consideró que “las constancias probatorias no demuestran que el demandado haya divulgado información falsa a sabiendas de su falsedad o con total despreocupación al respecto”, pidió que se revoque la sentencia condenatoria.
Gasparini, que estuvo detenido-desaparecido en la ESMA, reside en Ginebra, Suiza, desde 1980. Ha escrito en solitario o como coautor una docena de libros, entre los que se destacan La pista suiza; La delgada línea blanca; Graiver, el banquero de los montoneros; La injusticia federal y Montoneros, final de cuentas.
Nadie jamás entró «sucio» en la ESMA un año y salió al año siguiente «limpio» por el aeropuerto, con pasaporte legal y plata en el bolsillo, sin antes haber dejado su alma adentro. Por eso quiero aclarar que no lo señalo al Indio por haber flaqueado en situaciones tan terribles, y no quisiera haber estado en su pellejo, pero no se puede ignorar que desde hace 36 años ha dedicado toda su energía a ensañarse más con sus compañeros que con sus verdugos.
Esta si es una canallada imperdonable, una cuchillada infame que duele, lastima y lo manda derechito a la trinchera del enemigo. Digo esto, porque por suerte, tenemos con quien compararlo, ya que la mayoría de los ex – detenidos en la ESMA en similares y peores condiciones que él, fueron infinitamente más generosos y dignos.
¿A quien le aporta su testimonialismo antimontonero?…5 años de este lado y 36 del otro, totalmente dedicados a blanquear su moral impoluta desde Berna, Ginebra o la casa de Heidi…¿no es mucho?