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AMIA II: La DAIA derrapa en Mitre

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El jueves, día de inicio del juicio por el encubrimiento de los asesinos de la AMIA, el secretario general de la DAIA Jorge Knoblobitz fue a Radio Mitre donde, en ausencia de Lanata, fue entrevistado por Magdalena Ruíz Guiñazú y el Leucocito, oportunidad en que se dijeron tonterías solemnes. Increíblemente, Knoblobitz NO fue a la primera audiencia del juicio por el encubrimiento a los asesinos que volaron la AMIA. ¡No fue ningún dirigente de la DAIA ni de la AMIA! El mismo Knoblobits distrubuyó aquella grabación… ¡en shabat!, que le fue rápidamente alcanzada a Pájaro Rojo por Daniel Schnitman, editor de «La Voz y la Opinión» y conductor de «Los Gauchos Judíos» (Radio Libre, domingos a las 15).

A continuación, la grabación y su correspondientre crítica:

http://www.daia.org.ar/micro/knolanata7-8-15.mp3

 

Jorge Knoblobits. -Habla «de los encubrimientos… si es que los hubo», de la misma manera en que los negacionistas hablan de la Shoá («el genocidio judío… si es que existió»). Que hubo encubrimientos es cosa juzgada, archiprobada y juzgada. Las que se ventilan ahora son algunas responsabilidades en algunas maniobras de encubrimiento (de las que hubo decenas) no si hubo encubrimientos, hecho que es el basamento mismo de este juicio tal como lo preparó… ¡el difunto Nisman!.
Después, contradiciéndose, y tras mencionar que uno de los procesados es Beraja (al que la DAIA no acusa sino que apaña) Knoblobits dijo que la DAIA pidió siempre que se investigue el encubrimiento «incluída la pista siria». Seguramente se refiere al trabajo de los juristas contratados para opacar mi libro. Planeta sacó primero mi «AMIA. El Atentado», al mes uno hecho por destacados juristas y firmados por la DAIA-AMIA, «La denuncia». De modo que cuando se pedía la reposición de mi libro, Planeta se «confundía» y mandaba el otro… Una genialidad de la dupla Luis Dobniewski-Guillermo Schavelzon.
Fue aquella, en 1997, la primera y última vez que la DAIA (a fin de no desautorizar a los juristas que había contratado de apuro, León Arslanian, Raúl Zaffaroni, Andrés D’Alessio y Ricardo Gil Lavedra) pidió formalmente la captura de Monzer al Kassar y Gauth Pharaon. Jamás volvió hacerlo.
Knoblobits dice que no es cierto que la DAIA sólo esté interesada en culpabilizar a Irán… Pero no dijo que lo otro que le interesa es cuidarle el tujes a Beraja… y a sus muchos complices.

A la Moulinex

Entonces Magdalena le recuerda que en el juicio se va a hablar del contenedor de Kanoore Edul… lo que demuestra el mal que ha hecho ex profeso en los últimos días Tuni Kollmann, que escribió sendas notas aseverando falsamente que el terreno de la calle Constituición 2657 (ahora numerado 2266 o 2659 para despistar) donde se cargó el contendeor que explotó en la puerta de la AMIA era del sunní Edul. De ahí a que Magdalena se equivoque (supongo de que de buena fe) y diga que el volquete era de Edul hay un solo paso. Lo cierto es que el terreno era municipal y el que dispuso quien entraba y salía de él fue el médico de Menem, Alejandro Tfeli, conocido de Edul… y gran amigo de Monzer al Kassar. Y que el volquete era de la empresa Santa Rita, del libanés Nassib Haddad e hijos, muy católicos todos. Haddad estuvo detenido con su hijo Jorge (entre los dos habían comprado diez toneladas de amonal) y fueron liberado como por arte de birlibirloque luego de que el entonces ministro del Interior Carlos Rucjkauf citara al juez Galeano a la Casa Rosada.
Knoblobitz dice luego que la DAIA «no tiene ningún inconveniente en que esté un presidente de la DAIA como imputado» y agrega que la decisión «que no la tomó esta comisión directiva de no acusar ni a Beraja ni a los fiscales sino que hace muchos años otra comision directiva pero que la hacemos propia» (¿para qué, entonces, tantas aclaraciones) fue estrictamente jurídica y no de contenido político (?), Enseguida minimiza el proceso oral y público al decir que «éste es uno de los tantos juicios que tenemos que seguir».

Cambalache

Poco después aparece Magdalena que vuelve a mezclar «cosas sin respuesta» como «una reunión de militares carapintadas» cerca de la AMIA, en alusión a quienes evidentemente se habían enterado de que habría un atentado (segun las escuchas, a través de fuentes del Ministerio del Interior y de la Policía Federal dependiente de aquel); del estacionamiento frente al Hospital Clínicas de la Trafic que luego supuestamente habría servido de vehículo bomba (dejada allí por dos muchachos saltelminos vinculados a Alejandro Monjo y la Policía Federal, Tomás David Lorenz y el agente Carlos Alejandro Martínez. quienes fueron detenidos, interrogados… y prestamente liberados); si apareció o no apareció el ticket del estacionamiento (hecho irrelevante ya que pagaron una estadía por varios días, tal como quedó asentado, haciendo aspavientos para que nadie se olvidara de ellos). Knoblobitz agregó que también hay que dilucidar si correspondían las partes (aportadas por los bomberos) a una misma camioneta porque, recordó, la habría habido «mellizas» y farfulló algo acerca de «si hubo restos humanos» del supuesto conductor suicida de la inexistente camioneta bomba, chofer supuestamente inmolado cuya existencia ya había sido tajantemente desmentida ¡en 1997! por el propio abogado de la AMIA, Luis Dobniewski, en una nota de tapa de la revista «Pistas» que dirigía Mario Moldovan Lo recuerdo muy bien porque asistí a esa entrevista junto a Moldovan y Rubén Furman. La frase, junto a otra que hizo fortuna («La única pista siria que conozco es la de Anillaco») salió precisamente en esa tapa. Cito de memoria: «Está absolutamente descartado que haya habido chofer suicida».

Perforaciones y cráteres

Knoblobitz suena perverso cuando dice que es muy difícil, casi imposible «perforar» la conexión internacional «más en la Argentina donde no teníamos la vinculación con los servicios de inteligencia que podían tener otros poderes centrales», cuando cada vez está más claro que esos servicios (los estadounidenses y los israelíes) están involucrados hasta la coronilla en el encubrimiento e incluso hay fundadas sospechas de que pueden estarlo también en la colocación y detonamiento de las cargas explosivas.
Magdalena vuelve a mezclar las cosas al referirse al bombazo a la Embajada de Israel y recordar que el Mossad le mostró fotos del (supuesto) crater hecho por el (supuesto) coche-bomba, contradiciendo así a quienes decían que se había tratado de una «implosión» en el sótano del edificio, sótano que, agrega, de acuerdo a Gendarmería Nacional (es decir, al segundo comandante Osvaldo Laborda, cuya vida cambió súbitamente a partir de entonces) estaba «impecable», dejando de lado «pequeños detalles» como que el jefe del Departamento de Explosivos de la Policia de Tel Aviv, Jacob Levi, dictaminó que no había tal crater y que el que apareció luego tenía toda la apariencia de haber sido cavado mecánicamente. Y que puesto que absolutamente nadie había visto la camioneta-bomba y el Shin Beth que custodiaba el edificio se había negado olímpicanente a darle las cintas de video en las que deberia vérsela, llegó a la conclusión de que no existió.
Por supuesto, nadie recordó que hubo una pericia encargada por la Corte Suprema a la Academia Nacional de Ingeniería que, utilizando dos métodos y por vías diferentes llegó a la conclusión de que la explosión se produjo adentro del edificio y cerca de la puerta… (en la planta baja, no en el sótano) dónde se habían dejado bolsas supuestamente conteniendo cerámicos y klaukol (el edificio, vale recordar, estaba en refacciones).

No hay peor ciego…

Después, Knoblobitz dijo que al nazismo «no hay manera de entenderlo, y menos de justificarlo por causas económicas», en alusion a los dichos de CFK recordando que en la base del crecimiento del nacionalsocialismo estuvieron las condiciones draconianos y en la práctica imposibles de cumplir que se le impusieron a Alemania, como perdedora de la Gran Guerra Europa, en el Tratado de Versailles. CFK lo dijo, obviamente, para advertir que el extrangulamiento de Grecia por parte de una Europa comandada por Alemania solo puede provocar el resurgimiento nazi y neonazi… como lo demuestra, en Alemania, la xenofobia de masas que quedó patente en Dresde, y en Grecia el crecimiento de Aurora Dorada.
En cambio rechazó el convite de decir alguna palabra crítica sobre la Mercedes Benz que le habían ofrecido expresiones no del todo afortunadas de la Presidenta. El limitado presidente de la DAIA dijo que el nazismo sólo es atribuible a «razones de conducta del pueblo alemán», que es ñlo mismo que no decir nada, y a la creencia alemana de constituir una raza superior, sayo le puede caber perfectamente a la mayoría de los israelies sionistas. «Fue un delito de lesa humanidad y los delitos de lesa humanidad no se comprenden, se condenan lisa y llanamente», dijo, parafraseando la vieja consigna resistente de que «con el fascismo no se dialoga sino que se lo combate»… consigna que que no impedía diseccionarlo y entender cuales era sus mecanismos internos, tarea a la que se dedicaron, sin ir más lejos y entre otros muchos, Trotsky, Gramsci y Lukács. Pero bueno, es pedirle peras al olmo. El hombre de Hacoaj, el mismo que estuvo a un tris de candidatearse por el FR massita, por lo visto lo ignora casi todo.


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