AMIA-NISMAN. Verbitsky le endereza la plana al NYT y frena una campaña destituyente
Sólo Horacio Verbitsky podía hacerlo. Bajo el influjo de los lobbys sionistas y de la CIA, el NYT se sumó al coro destituyente organizado a partir de la providencial (para ellos) o acaso provocada muerte del fiscal Nisman (los que puedan, lean Dossier 51, de Gilles Perrault). Solamente HV tiene el prestigio suficiente en los Estados Unidos como para frenar esa campaña y lo hizo. Es cierto que su presentación de la llamada «pista siria» es más que descafeinada, errónea (ya que apenas menciona vaguedades a la hora de describir posibles móviles, e incurre en un error importante) pero descuento que no ha de ser fácil evitar irritar a la poderosa colectividad judía de NY y alrededores (que se niega siquiera a enterarse, por ejemplo, que durante largos años Pablo Escobar lavo el dinero que le proporcionaban sus exportaciones de cocaína, a través de una red de sinagogas e instituciones judías de la Costa Este de los Estados Unidos), me consuelo pensando que acaso sea lógico el gradualismo en aras de que el juicio por el encubrimiento en el Caso AMIA se haga este año y se haga bien. Ojalá.
Objeto el párrafo en el que HV sostiene que el presidente sirio Hafez al Assad le dio apoyo financiero directo a Carlos Menem para su victoriosa campaña electoral de 1989 y que «la participación argentina en la Operación Tormenta del Desierto contra el aliado de Siria, Irak, en 1991 arruinó ese romance», lo que habría dado paso a los atentados.
No es así. No sé si hubo una asistencia económica significativa de Hafez al Assad (no me parece probable porque Siri atravesaba una grave crisis económica) aunque si que en aquella visita se organizó una «joint venture» con Monzer al Kassar para lavar en conjunto fardos de dólares producto de la venta de drogas en la Costa Este de los Estados Unidos a raíz de la obligación de los depositantes de sumas de 10 mil dólares o mas de presentar una declaración jurada sobre su procedencia. Mi hipótesis es que esto (*), más, probables incumplimientos en los acuerdos que Menem había hecho con Al Kassar respecto a las ventas clandestinas submarinos y de armamento a Croacia y Bosnia, estuvieron en la base del primer ataque. Pero de lo que no hay duda es de que Siria e Irak fueran aliados. Al contrario, eran enemigos. A pesar de provenir ambos del panárabe, laico y socializante partido Baath, Al Assad y Sadam Hussein estaban tan enfrentados que Siria participó, al igual que Argentina,en la Operación Tormenta del Desierto. La decisión de Menem de enviar dos fragatas a participar del bloqueo a Irak pasando por encima del Congreso fue simbólica, puesto que Irak apenas si tiene litoral marítimo en el Golfo Pérsico y cuenta con un solo puerto de importancia, el de Um Qasr, que la US Navy redujo rápidamente a escombros. La de Siria tambien, ya que los oficiales sirios no estaban en absoluto motivados para matar iraquíes. Siria y Argentina tomaron la misma actitud: tratar de congraciarse con los Estados Unidos, por lo que es absurdo tener como hipótesis que Damasco pudo fogonear los atentados de Buenos Aires por esta razón. Sin embargo, mientras la colectividad sirio-libanesa en Argentina mayoritariamente consideró que al Assad estaba muy coaccionado por las circunstancias, vio en la sobreactuación de Menem (nadie le había pedido tanto) una traición que provocó fisuras y grietas incluso en su propia familia y allegados.
Verbitsky le reprocha dos veces a Cristina su tardanza en meterle mano a la Secretaría de Inteligencia : «Llevo casi una década que la viuda de Kirchner, que ahora conduce al país, comenzara a cumplir ese compromiso (modificar la ley de inteligencia para impedir cualquier interferencia con la justicia)» en «un retrasado intento de limpiar la casa», reproche que también se le puede formular a él mismo, que tardó toda una década entera en hacer un aporte importante a la causa AMIA: probar que las acusaciones con Irán fueron producto de un acuerdo entre un enviado del premier israelí, Isaac Rabin, y el presidente Menem, para desviar las investigaciones y responsabilizar a Irán,
En fin, más vale tarde que nunca: Si se hace bien, el juicio por el encubrimiento (del que no pueden estar exentos Carlos Corach y Hugo Anzorreguy, sus artífices visibles, a menos que se los considere dementes) permitirá descubrir a los encubiertos. Porque las bombas no fueron colocadas y detonadas por moros con chilaba ni kamikazes libaneses ni persas con babuchas, sino por mercenarios locales que hasta ahora están envejeciendo en completa impunidad.
Dice Verbitsky en su epístola a los neoyorkinos que «El gobierno argentino ignora quienes son los culpables pero quiere permitir que la justicia los descubra». Yo estoy seguro, en cambio, de que algunos ex subordinados del depuesto ingeniero Antonio Horacio Stiuso (del que HV escribe que «podría estar involucrado» en la muerte de Nisman), quien llevaba las relaciones con la CIA y los servicios de informaciones de Israel y garantizaba el encubrimiento, tienen una clarísima idea, sobre todo, de quienes fueron los autores materiales. Y también estoy convencido de que Cristina -que vale recordar integró como senadora y luego como diputada la Comisiòn Bicameral de Seguimiento de las Investigaciones de ambos ataques- tiene una idea definida al respecto.
Claro que una cosa es saber genéricamente quienes fueron los asesinos, y otra distinta probarlo a más de 23 y 21 años de cometidos aquellos asesinatos masivos. Por eso el próximo juicio será tan importante.
Nota:
*) Me refiero al affaire de «Las valijas de Amira», aquel incesante trasiego de maletas Samsonite repletas de dólares que ella organizaba, y su entonces marido el oficial de inteligencia sirio Ibrahim al Ibrahim recibía y pasaba a Uruguay, dónde el contador cubano anticastrista y de la CIA Ramón Puentes Patiño los depositaba y (supongo que triangulándolos con el Panamá ocupado por los yanquis) blanqueaba, introduciéndolos en el sistema bancario de los Estados Unidos donde tenían cuentas los narcos colombianos, trasiego que fue cortado por el juez Baltasar Garzón a partir de la confesión de un subordinado de Puentes Patiño, el contador panameño Andrés de la Cruz Iglesias.
Con respecto a quienes desean descrubrir la verdad sobre el atentado a la AMIA y quienes no…quiero comentar aquí algo de lo que fuí testigo.
Hace unos años yo hacía con dos amigos un programa en Radio Jai (FM), el programa se llamaba «Los visitantes de la noche» y lo hacíamos en vivo de lunes a jueves de 21 a 23 hs. El día que Rubén Beraja fue puteado y silbado en el acto recordatorio anual del atentado, el CEO de Radio Jai (Miguel Steuerman) nos cita a los productores de todos los programas de la emisora. Cerca del mediodía nos recibe muy molesto por el hecho de la silbatina a Beraja…»No podemos silbar a nuestra propia dirigencia en público…este tema está poniendo en peligro la estabilidad de la dirigencia comunitaria, encima dentro de poco son las elecciones en la DAIA (..)
No quiero que se reproduzcan en esta radio las voces de los organismos de familiares y amigos de las víctimas (..) solo quieren ver correr sangre (..) ¡¡Cómo van a decir que la «pista local» es el Estado Argentino!!…¡¡Acá no se habla más de todo ésto!!…»
Esto fue un domingo (no recuerdo ahora el año)…El lunes Steuerman se queda hasta la noche (cosa que casi nunca hacía) para verificar si la hacíamos caso o nó..
No le hicimos caso, expresamos nuestras opiniones (cada uno la suya, porque generalmente no coincidíamos)..Se lo notaba molesto…A partir de ese día las cosas se pusieron feas para nosotros..y poco tiempo después decidimos levantar el programa por nuestra cuenta expresando los motivos por los cuales lo hacíamos (otra vez no coincidíamos, mis otros dos compañeros pertenecían a la comunidad judía y no querían problemas, «no podemos quedar como «tirabombas» me dijeron.)
Ya lo habían rajado a Herman Schiller por temas parecidos…
Si algo me quedó muy claro en ese año que hice radio en esa emisora es que la dirigencia comunitaria no quería saber la VERDAD sobre el atentado…No querían, ni quieren saber nada con la VERDAD y la JUSTICIA, por más que cacareen (a voz en cuello) lo contrario…Además es obvio que no representan los intereses de la mayoría de los judíos-argentinos ó argentinos-judíos, sólo los intereses del Estado de Israel en la Argentina..
Durante mucho tiempo quise comentar ésto enviando mensajes a varias radios y programas considerados «progres» y/o de «izquierdas», dando mis datos personales…pero nadie se hizo cargo de mis comentarios…Sólo se les escapó algo de lo que aquí expongo en el programa «Mate Amargo»..
Muchas gracias Juan!!
http://www.pagina12.com.ar/1998/98-07/98-07-09/pag13.htm
http://www.diversidadcultural.net/articulos/nro001/01-02-brauner-susana.pdf
Nadie más destituyente que el partido oficial. Treinta y dos años lo demuestran.
H.V esta en su trinchera como digno heredero de Rodolfo Walsh que es, el ve venir el peligro no solo para el gobierno de CFK, sino para Argentina como nación , no olvidemos el hambre que tiene USA de recursos naturales, y que todavía estan con la sangre en el ojo con el ALCA, asi que no necesitan muchas escusas…
el les tira a la opinion publica norteamericana que lee el NYT,algo fácil de digerir, Menen es descendiente de sirios, 2×2=4, es descafeinado si pero efectivo.
El ya hizo todos los cálculos y anticipo todas las jugadas, su brillantez periodistica aqui no sirve de mucho con una clase media absolutamente coptada por los medios y que siempre , siempre quiere ser clase alta, no quieren saber otra cosa! estar con CFK es ser negro choripanero ,punto, de ahi no los sacas!.Escribir para ellos es gastar polvora en chimangos!.
Asi que HV lucha donde hay que luchar! aplausos para el ,lo felicito!
La misma impronta se esparció en la nota de la revista New Yorker, donde citan a HV
nyr.kr/1Ac0bwz
Hola, Juan
Cuando leí el artículo de Verbitsky me quedó la impresión de que estaba ante un texto inteligentemente diseñado para lograr comunicar a un público reacio a aceptar lo que se deseaba comunicar. Si hubiera escrito un artículo como los que habitualmente publica en Página lo único que habría logrado es que los lectores del NYT se pusieran automáticamente en contra.
Como no tengo conocimientos fuertes en el tema, me resultó muy interesante leer las precisiones que hacés en esta entrada. Leyendo y leyendo durante este enero, si algo me ha quedado medianamente claro es que estamos viviendo no sólo una operación en toda la regla, sino también el que aflorara, a la superficie, esos primeros años del menemismo, que parecen pasados pero no pasaron; y no pasaron por la incapacidad judicial y política de poner sobre la mesa la densa trama de corrupción generada, sostenida y afianzada a nivel institucional en esos años (entiéndaseme: no estoy, con esto, afirmando que el resto de los gobiernos desde el 83 hasta ahora estuvieran compuestos por carmelitas descalzas). La verdad es que cuando uno empieza a tirar de los hilos de la trama del caso Nisman encuentra conexiones sobre conexiones sobre conexiones, y todas remontan a esos años y a sus consecuencias. Dejamos la historia atrás, olvidamos, pero eso es inútil: la historia no puede dejarse atrás recurriendo al olvido.
Abrazo,
Esther
Estimado señor Salinas: Rechazar, a través de la moderación, un comentario es, le guste a usted o no, censura. Y eso es, precisamente, lo que hizo usted -paladin de la libertad- con mi comentario acerca de la vocación destituyente del justicialismo. Lo saludo, eppur, con cordialidad republicana. Hay lugar para todos bajo el cielo de la patria.
Fernando: No sé a que comentario se refiere, puede reenviarlo, si le parece. Pero usted incurre en un error conceptual. Este es -al menos hasta ahora- un blog personal, y aqui se publica lo que a mi me parece. No tengo obligación de publicar insultos ni tonterías. No digo que éste sea el cvaso porque no recuerdo haber vetado un comentario suyo, pero si insisto en que lo suyo es un error conceptual.
Tomo por buena su respuesta. Tal vez mi comentario se le pasó por alto. En todo caso no contenía insultos -hay que evitar esos sistemas de comunicación- aunque tal vez si fuera tonto. Sigo con interés sus investigaciones del atentado contra la AMIA. Sin embargo, me cuesta entender su apoyo a Verbitsky – un buen periodista, a pesar de su estilo ripioso y arcaico-, de quien se puede decir cualquier cosa excepto que de puntada sin hilo y proceda con ingenuidad
. Lo saludo
En este tema, no puedo dejar de coincidir en términos generales con Verbitsky, ya que durante casi dos décadas estuve clamando en el desierto, y ahora Verbitsky, que apenas si intervino (excepto su gran nota del décimo aniversario del ataque, «La InfAMIA») en el asunto, comienza, paulatinamente, a darme la razón. Es decir, a jugarse por el fin de la impunidad de los asesinos y sus mandantes. Acaso sea ingenuo, pero aspiro a la Presidenta y Verbitsky -a quien, a pesar que me ha hecho mucho daño considero con mucho el mejor periodista argentino- completen el giro que emprendieron y dinamiten la piedra basal del encubrimiento: que los ataques a la Embajada de Israel y la DAIA se efectuaron mediante vehículos-bomba. A ese objetivo mayor, el de acabar con la impunidad de los mercaderes de la muerte, me someto.
Valoro su comentario. Muestra pluralismo y ausencia de rencor, elementos poco habituales en estos tiempos. No le oculto que no simpatizo con el gobierno. Tampoco que reconozco que se hicieron cantidad de cosas que, más allá de las razones, significaron avances que van a quedar para siempre. Las políticas de inclusión, derechos humanos, los modos de enfrentarse a los responsables de años de expoliación. Sin embargo, no puedo estar de acuerdo en sus apreciaciones sobre Horacio Verbistky. No me parece que un gran periodista sea alguien que escribe desde un púlpito tan elevado que imagino que se apuna, sin dejar espacio al disenso o la duda. Tampoco creo que la aridez de su estilo – entre la enumeración y el prontuario- ayude mucho. Pero respeto su opinión de experto.
Creo, sin embargo, que su prédica en el desierto fue mucho más esclarecedora que una muy buena nota de efemérides.
En otro orden de cosas, le pido me disculpe haberme extendido tanto, quisiera saber en dónde puedo conseguir su libro sobre la AMIA que hace años, equivocadamente, presté. Atentamente
Me alegra mucho su comentario. Mi libro de 1997 tenía algunas cosas equivocadas. En él no llegué a impugnar la existencia de la supuesta Trafic-bomba auqnue, por suerte, le di más importancia al volquete que se colocó en la puerta. El libro se consigue en Mercado Libre.
Me borraron mi comentario.
Estimado Salinas: lo molesto nuevamente para señalarle que la intervención de Verbitsky en el congreso me pareció importante y necesaria. Esto no implica, naturalmente, que no siga suscribiendo mis opiniones previas. No obstante, reconozco la valentía y el mérito de la actitud. Tal vez sea más razonable escucharlo que leerlo. Al margen, ya compré el ejemplar de AMIA. Si usted me lo permite, me gustaría hacerle algunos comentarios hacia el fin de semana, una vez que haya terminado esta relectura. Atentamente. FR
Dejen de comparar a HV con Walsh, por favor.
No me parece que Salinas compare a Verbitsky con Walsh. Al contrario, se refiere, en todo momento, a Verbitsky como un gran periodista – materia, como todo juicio, opinable – y a Walsh como un escritor fundamental en la literatura argentina. HV ha escrito infinidad de notas pero ningún, verbigracia, «Irlandeses detrás de un gato». En ese sentido, no se le puede imputar a Salinas que no escinda un oficio terrestre de un talento.