Ante el fallecimiento de David Viñas (se me quedó en el tintero)
Viñas dio un par de clases magistrales sobre literatura argentina en la Casa ídem de Barcelona. Fueron tan pero tan buenas que me precipité sobre su obra posterior a la desaparición de sus hijos. Editada por Siglo XXI en México, Cuerpo a cuerpo me pareció una novela extraordinaria, posiblemente la mejor escrita en el exilio, acaso por encima de otras dos novelas muy buenas, De dioses, hombrecitos y policías, de Humberto Constantini y, cómo no, de No habra más penas ni olvido y Cuarteles de invierno, de Osvaldo Soriano.