Atentado a la AMIA: A Nisman le queda el harakiri o fingir demencia
Como era harto previsible ante la radical imposibilidad de comparecer ante una comisión independiente de juristas para defender el mamotreto con que el 2006 compiló las puras invenciones del Mossad y la CIA para culpabilizar a Irán del atentado a la AMIA (y muchísimo menos de viajar a Irán y sostener públicamente las acusaciones que hizo al ex presidente Rafsanjani y otros altos funcionarios y ex funcionarios) el inefable fiscal Alberto Nisman, puesto entre la espada y la pared, salió a denunciar el memorando de acuerdo argentino-iraní por… «anticonstitucional».
El tenaz José Petrosino, que tiene como hobby la investigación de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA (tarea que desempeña mucho mejor que quienes se supone que se dedican profesionalmente a ella) envió anoche una nota titulada «Nisman entró en pánico» en la que señala que «como último manotazo de ahogado para evitar que la Comisión de juristas internacionales de terceros países neutrales, llamada ‘de la Verdad’ que se creará ad-hoc por el acuerdo con Irán (…) revise su ridícula acusación a Irán» por el ataque a la AMIA, Nisman «pretende que el tal acuerdo sea considerado inconstitucional».
Recuerda Petrosino al respecto que «no se habló inconstitucionalidad cuando en 2009 el jefe de Interpol, Ronald Noble inició una gestión de buenos oficios entre Argentina e Irán para lograr lo mismo que pretende ahora el acuerdo de marras».
Entonces -continúa- los buenos oficios de Noble no llegaron a buen puerto porque la misión argentina en Lyon (sede de Interpol) estaba encabezada por Nisman «que por cuenta de quienes lo teledirigen, los hizo fracasar con su irreductibilidad.»
Señala que Interpol dejó clara esta situación en un comunicado del 12 de marzo de 2010: «Interpol acoge una reunión entre Argentina e Irán para facilitar la continuación del diálogo sobre el atentado terrorista contra la AMIA, perpetrado hace 15 años» ; que es justamente Interpol la que presiona ahora para que se aplique el memorando, como lo hicieron público sus funcionarios al apoyarlo sin reparos y que, como es obvio, si el acuerdo se cayera «por culpa» de Argentina, las «notas rojas» también se van a caer.
Fue un papelón menor frente al que debería soportar Nisman si se viera obligado a tratar de probar sus embustes y embelecos (más imaginativos aún que el «Best-seller» del gran Fontanarrosa, lo que es decir). Por eso digo que antes que poner en manos de una comisión de juristas notables su indigerible mamotreto, Nisman, si le quedara alguina pizca de dignidad, tendría la alternativa del suicidio. De lo contrario, le resta o bien hacerse el loco, o provocar que lo echen. Esta ha sido, por lo visto, la via de escape escogida. Véase «LLAMA LA ATENCIÓN LO DEL FISCAL«, www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-233629-2013-11-15.html ).
Igualmente, Argentina es un país muy generoso: el ex juez Galeano no está en la cárcel, y menos (ni siquiera está procesado) el encubridor sistemático de los autores del atentado a la Embajada de Israel, Esteban Canevari. Por lo que Nisman debe aspirar a que con el tiempo se olvide el papel que ha desempeñado.