AVRUJ – DDHH. La izquierda se burla de que escriba en Página/12
Tal como se publicó. Con Aranguren en Energía y Avruj en Derechos Humanos extraña que no se haya puesto al cura Grassi al frente de Minoridad. En la foto, Avruj, a la derecha, con la ex embajadora de Israel Doris Shavit y su socio Guillermo Yanco, pareja de la ministra Patricia Bullrich. A la hora de subir esta nota, Avruj no ha dicho una palabra sobre las torturas reiteradas de adolescentes de 15 años de la Villa 21 (Barracas) por parte de prefectos. JS
POR DANIEL SATUR / LA IZQUIERDA DIARIO
“Somos iguales”. Con ese título el diario porteño Página 12 publicó el viernes 30 de septiembre una columna cuyo autor a más de una persona desprevenida descolocó. Se trata nada menos que de Claudio Avruj, el licenciado en organización institucional que desde el 10 de diciembre de 2015 ocupa el cargo de secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación y que desde hace años es un delfín de Mauricio Macri en la materia.
El texto publicado es, en rigor, un aviso de Avruj sobre un evento organizado por su Secretaría ese mismo viernes en la ciudad de Rosario, bautizado como “Primer Congreso Nacional de Diversidad Sexual y Derechos Humanos”. Evento que, curiosamente, no contó con la cobertura y difusión que Avruj pretendía por parte de los medios de comunicación masiva, como Clarín o La Nación, que acompañan con esmero la gestión de su jefe.
¿Pluralidad o conveniencia?
No fueron pocas las personas a las que sorprendió la integración de semejante personaje al staff de “columnistas de opinión” de Página 12. Y hasta provocó más de un resquemor en lectoras y lectores ver ese día en el listado “escriben hoy” el apellido Avruj junto a otros de reconocidas plumas progresistas.
La razón de semejante “incorporación”, a costa de caer (un poco más) en cierto descrédito, radica muy probablemente en los cambios producidos en la propiedad de Página desde hace un tiempo. Quizás alcance con mencionar que el máximo responsable de lo que publica o no publica hoy Página 12 es Víctor Santa María, quien entre otras cosas es diputado del Parlasur y jefe del peronismo porteño, jefe del sindicato de porteros de edificios Suterh, jefe del grupo de medios Octubre y, como para entretenerse, jefe también del club Sportivo Barracas.
Quienes lo conocen más o menos de cerca dicen que Santa María “no le hace asco a nada”. Por eso, quizás, la presencia de Avruj como columnista obedezca a algún tipo de convenio entre la gerencia de la empresa periodística “Editorial La Página S.A.” (o su grupo madre, Octubre) y el funcionario de Cambiemos.
Para quienes desde años siguen la línea editorial del diario, sobre todo en un tema sensible como el de los derechos humanos, resultaría paradójico que todo se deba, sencillamente, a una invitación a “opinar” en un medio que tanto se ha dedicado a mostrar el verdadero rostro de uno de los funcionarios a los que, al menos, el mote de defensor de los “derechos humanos” le queda bastante grande.
Prontuario
El 3 de diciembre de 2015, en una especie de “prontuario” sobre quienes conformarían el gobierno de Macri, Página 12 publicó una columna en la que se decía que los antecedentes de Avruj “son coherentes con el resto del gabinete, conformado por empresarios, CEO de multinacionales y actores de las ONG devenidos en puristas gestores del Estado”.
Allí se recordaba que Avruj fue un discípulo de Rubén Beraja, el extitular de la DAIA que está procesado y enjuiciado “por encubrimiento en la causa AMIA”. Y que además de ser nombrado por Beraja como director ejecutivo de la DAIA (cargo que ocupó entre 1997 y 2007), Avruj fue “quien recomendó al Fino Palacios a Macri para su nominación como jefe de la Metropolitana. Cuando la empresa de Fino Palacios y Ciro James, dedicada a las escuchas telefónicas, se convirtió en un hecho público, Macri se justificó afirmando que consultó al Mosad y al FBI acerca de la conveniencia de la designación del Fino. Quien medió para las consultas con los organismos de inteligencia extranjeros fue Claudio Avruj”.
Como si eso fuera poco, desde el mismo diario se leía que Avruj había disuelto, como subsecretario de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires, el área de violencia de género del gobierno porteño. E incluso de haber vaciado de recursos financieros al Parque de la Memoria, ubicado frente al Río de la Plata.
La descripción del pasado de Avruj guarda una total coherencia con su presente, expresado públicamente en sus acciones al frente de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
Dos demonios
El mismo diario de Víctor Santa María tuvo durante estos meses palabras muy poco elogiosas con su “flamante” columnista. Y razones no le faltaron. Sobre todo porque Avruj viene defendiendo cada avanzada del Gobierno nacional en temas de relacionados con los derechos humanos, muy especialmente lo referido a la dictadura cívico-militar y estas largas décadas de impunidad para miles de genocidas. Y además viene cubriendo con tesón a cualquiera que, desde la Casa Rosada o los ministerios (empezando por el propio Presidente), intenta reflotar sin tapujos la nefasta teoría de los dos demonios.
Son varios los hechos que muestran qué entiende Claudio Avruj por “derechos humanos”, “genocidio”, “Memoria, Verdad y Justicia”. A mediados de enero el secretario recibió, nada menos que en las instalaciones de la ex ESMA, al Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), una ONG de familiares de represores. La organización es prima hermana de la que creó Cecilia Pando, quien en mayo se reunió a su vez con el jefe de Avruj, el ministro de Justicia Germán Garavano.
El 24 de marzo, al cumplirse 40 años del golpe genocida, Avruj participó exultante de la visita al Espacio de la Memoria (en la costanera porteña) por parte de una figura más que emblemática: el presidente del país que gestó, impulsó, financió y sostuvo el genocidio perpetrado por las juntas militares y el empresariado, tanto en Argentina como en América Latina. Barack Obama tiró flores al río aquel día, en un supuesto “homenaje” a los detenidos-desaparecidos. Luego vendrían los discursos de ocasión del líder imperialista y de Macri. Y más tarde las reuniones bilaterales para reforzar las intenciones entreguistas de Cambiemos.
Meses después vendrían las declaraciones presidenciales sobre la cifra de personas desaparecidas durante la “guerra sucia” (según la definición progenocida del propio Macri). Y también la sucesión de escandalosas prisiones domiciliarias otorgadas por jueces prestos a secuestradores, torturadores, asesinos y desaparecedores de personas. En ambas circunstancias Avruj intentó minimizar lo grave y justificar lo patético. Para él las definiciones oficiales alineadas con la “teoría de los dos demonios” que desechan el reconocimiento del genocidio e intentan amparar a los represores, son apenas “opiniones” de quienes las emiten.
Y no hay que olvidar que fue el propio secretario de Derechos Humanos y Diversidad Cultural quien impulsó que se retire de la ex ESMA y se traslade a otro lugar el Monumento a la Mujer Originaria, ya que considera que no tiene “nada que ver” una cosa con la otra, es decir el homenaje a los primeras víctimas de genocidio del continente con el espacio de la memoria que ocupa el ex centro clandestino de detención de la Armada.
Progresismo complejo
Cada nueva situación que obliga a Claudio Avruj a manifestarse públicamente se convierte en una nueva oportunidad para confirmar lo que piensa y por qué está dispuesto a trabajar.
Sin embargo, y ya que está, no se priva de lanzar, en el espacio donde se lo deje, algunas generalidades políticamente correctas. “Nuestra sociedad fue avanzando lenta pero inexorablemente en el camino hacia el afianzamiento del respeto por los derechos humanos”, y “estamos involucrados plenamente con esa tarea y la adoptamos como guía para nuestra gestión”, escribió por estos días Avruj. Y lo hizo nada menos que en Página 12.
La libertad de expresión es, ante todo, un derecho básico que hay que defender incondicionalmente. En ese sentido, que el diario referenciado durante décadas con las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo le abra las puertas a columnistas como Avruj es, centralmente, una cuestión para el debate y el intercambio de opiniones. Eso sí, habrá que ir poniendo sobre la mesa la discusión de qué es el “progresismo”, porque así la cosa se va a complicar.
Señor Salinas:
estoy totalmente de acuerdo con la columna de…Daniel Satur. Todo lo que dice es absolutamente cierto. Es más: tiene la honestidad -que no es poco- de recordar que «Página 12» cuestionó y con razón a este despreciable individuo por recibir a la caterva de Pando, en un lugar que «cobijó» tantos crímenes como la ex ESMA. Y en lo que hace a hechois recientes¿es necesario reiterar que ante las tropelías de los criminales prefectos este excecrable «funcionario» todavía nada dijo?
¿Que podría cuestionarse a La Izquierda Diario por realizar reportajes a personajes patéticos como Carlos Pagni o al «corresponsal de guerra mediático» Julio Blanck? Es probable. Despiertan el mismo sentimiento de rechazo, al menos en mi persona. Porque no creo que hoy Telam publique una columna de Horacio Verbitsky o que La Nación brinde espacio a Myriam Bregman, para que relate qué piensa acerca de lo sucedido con los chicos de Garganta Poderosa.
Puntos de vista ¿comprende usted?