BANCOS CENTRALES: Una pieza clave en la lucha contra la globalización financiera
Vaya contradicciones tenemos; mientras el FMI, en nombre de las finanzas globales aboga por la completa independencia de los bancos centrales de los gobiernos nacionales, Milei proclama querer destruir el BCRA creado por el poder británico y nacionalizado por el peronismo. JJS
El FMI advierte contra las políticas que intentan sustraer a los bancos nacionales del control financiero global
En casi todos los países occidentales los bancos centrales han aumentado las tasas de interés con el pretexto de combatir la inflación. Esta política ahoga la economía y causa recesión. Pero aunque políticos, empresarios y ciudadanos, la vean cada vez más contraproducente, los gobiernos no pueden hacer nada porque los bancos centrales son, desde su nacimiento, instituciones «independientes».
En el siglo XIX los defensores de los intereses del capital en efectivo convencieron a la sociedad de que el Estado no debe participar en el control monetario porque, según ellos, caería en la tentación de imprimir billetes para aumentar el gasto presupuestario. Sin embargo, a partir de la crisis financiera mundial de 2008, los bancos centrales occidentales aumentaron imprudentemente la emisión monetaria. Así lo hicieron la Reserva Federal de EEUU, el Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón, y los demás los imitaron. Como resultado, promovieron la inflación en el mundo, que ahora intentar «corregir» cayendo en el extremo contrario.
Un reconocido economista ruso, el profesor Valentín Katasonov, señala que la «independencia» de los bancos centrales está protegida por los grupos de presión de los propietarios del dinero. Y el Fondo Monetario Internacional debería incluirse entre estos grupos de presión, dice Katasonov, que destaca que la «independencia» de los bancos centrales del control de los gobiernos es necesaria para que el mundo financiero internacional, administre libremente estos bancos centrales.
A principios del siglo XXI aun había unos pocos bancos centrales fuera del control de los propietarios del dinero. Eran los bancos centrales de Sudán, Libia, Cuba, Corea del Norte, Irán, Irak, Afganistán y Siria. En 2003, Irak y Afganistán pasaron a tener banco central «independiente». En 2011, también Libia. Hoy, sólo quedan fuera del control globalista, el banco central de Cuba, el de Corea del Norte, el de Irán y el de Siria.
Pero hay gobiernos que están librando una batalla, de momento tímida, para rescatar a sus bancos nacionales del control financiero global de modo que sus políticas monetarias no perjudiquen la economía del país. Es el caso de Sudáfrica, Tailandia, Turquía (al particular modo del presidente Erdogan), Hungría y hasta Polonia, que llevará ante la justicia al director del banco central del país, por manipulaciones del valor de la moneda polaca a fin de debilitarla, entre otros cargos penales. Katasonov dice que de alguna de esas batallas podría surgir el precedente de nacionalización del banco central.
El FMI está en alerta pidiendo abiertamente a los bancos centrales que enfrenten los intentos de los Estados de limitar su «independencia».
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