BERAJA Y AVRUJ: Un buen alumno
Por Daniel Schnitman / daschn@gmail.com
Rubén Beraja nació al mundo de la judeidad argentina, desde una pequeña cueva bancaria que operaba con el mundo judío sefaradí (oriental).
Llegó a presidir el Banco mas protegido por el gobierno menemista (Mayo), la DAIA, las instituciones sefaradíes y la Universidad Bar Ilan.
Condujo el Hospital Israelita y, a través de su entidad financiera, penetró en varias provincias argentinas asociándose con los líderes locales.
Presidió el Congreso Judío Latinoamericano, fue copresidente del Congreso judío mundial y, para cantar bingo, tituló la Federación de Bancos Cooperativos con sede en Panamá, ese hermoso país donde a nadie le preguntan nada.
Además, asesoró a varias instituciones, judías y no judías, argentinas y del exterior,y fue tentado con el cargo a diputado nacional. Sus colaboradores especiales fueron Carlos Corach (el ministro más importante de Menem) e Ytzjak Aviran (el embajador israelí que ocupó más tiempo su cargo).
Por supuesto que hay más conquistas en su haber: Todo lo que fundó, lo fundió. Quebró (vació) el Banco Mayo, dejó su puesto en la dirigencia judía y prontamente será juzgado por encubrimiento del atentado a la AMIA.
Varios investigadores pensamos que el bombazo fue contra el presidente de la DAIA (sus oficinas estaban y están en Pasteur 633) por mexicaneadas con dinero»pesado», devoluciones no efectuadas y esas cosas que suelen pasar entre grandes gentes y grandes negociados.
Claudio Avruj, su joven director ejecutivo, funcionario fiel, bien aprendido y militante PRO, consiguió al dejar la DAIA, un puesto en el gobierno de Mauricio Macri: Subsecretario de derechos humanos de la ciudad de Buenos Aires.
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