En el colmo de la perversión, Cozzani negó ser violador aduciendo que las detenidas-desaparecidas, una vez sometidas a maltratos y privadas de comida y de agua, se entregaban «voluntariamente». Y añadió que por lo tanto, las relaciones sexuales eran por «consenso», siendo que el antónimo de «consenso» es «coerción». JS
Un torturador en libertad
Télam
El torturador y violador Norberto Cozzani permanece en libertad desde hace cuatro meses, a pesar de que la Cámara Federal de La Plata revocó la decisión de excarcelarlo.
Cozzani fue el principal “interrogador» de Lidia Papaleo y otros detenidos-desaparecidos en el marco de la llamada «Causa Graiver» que sirvió para encubrir la apropiación de la empresa Papel Prensa.
Víctima de los tormentos que le produjo Cozzani, la viuda de Graiver, Lidia Papaleo, denunció la aplicación de picana en sus genitales que le produjeron la pérdida de los ovarios. Su ensañamiento incluyó la violación reiterada de la víctima.
Obsesionado con una delirante conspiración llamada «Plan Andinia» -dirigida una hipotética apropiación de la Patagonia por parte de «los judíos»-, entre sus múltiples prisioneros también estuvo el director del diario “La Opinión”, Jacobo Timerman, padre de Héctor, el actual ministro de Relaciones Exteriores.
Su contracción a la aplicación de tormentos lo volvió tristemente famoso, junto a otro puñado de verdugos como el ya fallecido Juan Antonio del Cerro, alías “Colores” y el convicto Héctor Simón, alías “El Turco Julián”, ambos de la Policía Federal.
El corpulento Cozzani salió del cárcel de Marcos Paz hace exactamente cuatro meses, el pasado 27 de enero por disposición del juez federal de La Plata, Arnaldo Corazza.
«Corazza lo liberó en plena feria judicial y sin esperar a que se cumpliera el plazo para apelar, por lo que cuando el fiscal Hernán Schapiro presentó la apelación, Cozzani ya estaba en su casa», puntualizó un vocero de la Fiscalía nº 7.
En un diálogo con Télam Investiga, el juez Corazza argumentó, en su defensa, que la Cámara revocó la prórroga de la prisión preventiva de Cozzani que él había dictado.
Explicó que la Cámara le ordenó que computara el tiempo que llevaba en la cárcel desde su detención efectiva, en el marco de otra causa, y no desde cuando le dictó la prisión preventiva en el caso Papel Prensa, sin darle otras indicaciones.
De esa manera, continuó diciendo, Cozzani llevaba seis años de prisión sin sentencia y sin fecha cierta para la iniciación de su juicio por lo que, dijo, no tuvo más opción que ponerlo en libertad.
«Schapiro interpuso el recurso de apelación inmediatamente y como transcurría la Feria Judicial, pidió la habilitación de día y horario para que la apelación suspendiera la liberación», dijo el vocero de la Fiscalía.
La Sala III de la Cámara Federal de La Plata con la firma de los jueces Carlos Nogueira, Antonio Pacilio y Carlos Vallefín, resolvió el 24 de febrero revocar la decisión de Corazza y prorrogar por seis meses la preventiva de Cozzani.
Sin embargo, la Cámara también indicó que la detención deberá hacerse efectiva recién cuando la resolución quede firme.
«Una resolución queda firme cuando expira el plazo para apelar o luego que los tribunales superiores resuelven y no queden más instancias para apelar», explicó la fuente.
«Así fue como la defensa de Cozzani -la defensora pública María Inés Spinetta- apeló y la causa fue a Casación», concluyó.
Proveniente de la ultraderecha, Cozzani colaboró activamente con el golpe cívico-militar desde el mismo 24 de marzo de 1976, y particularmente con el general Ramón «Chicho» Camps, nombrado jefe de la Policía Bonaerense, y su lugarteniente, el comisario Miguel Etchecolatz, de quien fue chofer con el rango de cabo 1º.
Reivindicó abiertamente la llamada «lucha antisubversiva» y sus métodos, incluyendo la aplicación de tormentos. Estando preso lo hizo a través de voceros y de un libro que tituló «Yo asumo».