BITÁCORA. Paranoia compensada por alegrías
Me escribe un lector, Gabriel Claverie, de Coronel Dorrego. Me informa que el 29 de abril pasado, luego de participar en el acto de las centrales obreras, fue a la Feria del Libro, a la presentación de «El Caso Nisman: Secretos inconfesables», volumen 1.
«En el diario de la Feria no figuraba la presentación de tu libro. Llegué a las 19 hs. a la Sala Roberto Arlt donde me informaron que esa presentación no estaba programada (¿casualidad?), recorrí el pabellón y a la 20 pasé nuevamente; en la fila me confirmaron su realización. Estuve en primera fila y al final intenté saludarte pero estabas rodeado y a mí se me iba el micro. El acto de presentación fue tan bueno como el libro». Gabriel me adjunta una foto tomada ese día, en la manifestación hecha en torno al Monumento al Trabajo. Y yo agrego una de la noche, a puro festejo, en El Turf (devenido Taberna de Roberto) de Castro Barros e Inclán, en el glorioso barrio de Boedo.
Hace diez días presenté El Caso Nisman en Paraná y en Rosario. En Paraná lo hice en la CTA a un mes de que se suspendiera a último momento la presentación programada en la municipalidad de la ciudad a causa de fortísimas presiones de la DAIA. Dormí en un sorprendente hotel que la CTA local tiene en Santa Fe, con una vista maravillosa, quizá demasiado rodeada de agua –además de por el Paraná y el Salado–, a causa de unas aguas desbordadas que no acaban de volver a su cauce habitual.
En Rosario tuve la dicha de estar en manos de los jóvenes que integran la agrupación La Cooke, muchos de ellos provenientes de una agrupación de la Facultad de Psicología, La Masotta (por Oscar, el psiconalista lacaniano-peronista que murió en el exilio barcelonés en 1979). Estaban exultantes porque acababan de ganar las elecciones del Colegio de Psicólogos local, que tiene más de 5000 afiliados. Me sentí muy a gusto festejándolo entre ellos y sentí vívidamente que no tienen absolutamente nada que envidiarles a los mejores exponentes de mi generación, la de los desaparecidos. Dicho de otro modo, sentí que los vejetes tenemos relevo, lo que nunca me pasó con los dirigentes de La Cámpora y o de HIJOS, algunos de los cuales, como ya saben y/o intuyen, me parecen una calamidad. Sentí físicamente que sí, que volveremos, y que muy posiblemente lo hagamos mejor, con más cosas claras.
Para rematar este baño de optimismo y mientras espero que los muchachos de La Cooke-La Masotta me manden alguna foto de la presentación en la plaza grande del Che (en Rosario hay dos dedicadas al gran revolucionario nacido allí), les dejó aquí la que me sacaron hoy en la sede del Partido Justicialista de San Isidro, a donde fui a hablar de mis libros (El Caso Nisman… y también Narcos, banqueros y criminales, cuya 3ª edición acaba de aparecer) invitado por César San Juan (quien está a mi izquierda, es decir, a mi derecha en la foto). Buenas noches
Me sorprendió tu critica y distancia a HIJOS y La Campora.
Que has visto que te lleva a decir eso?
Una nots seria una buenisima respuests
Me gustaria un comentario tuyo sobre HIJOS Y LA CAMPORA.Sorprendido sobre tu opinion.Saludos
Da vos primero tu opinion e iniciamos una conversación.
Que bueno seria leer tu opinion sobre HIJOS
¿Guatavo? Se me hace que sos un troll tamaño monumental. Hay muchos HIJOS, H.I.J.O.S y HDP. Poné vos tu opinión y ahí vemos de iniciar un diálogo ¿no te parece¿