Brasil-Irán. De la «guerra fría» a la cooperación

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Publicado en la portada del diario Kayhan de Irán, el 6/3/2011. Supongo que traducido del farsi al español por los propios iraníes aunque, quien sabe: también puede haber sido retraducido del portugués, idioma al que el gobierno de Brasil lo hizo traducir.

La presidenta de Brasil, Dilma Rusoff, en respuesta a la carta documentada por parte de la Comisión parlamentaria de Derechos Humanos de la República Islámica, pidió disculpas por haber vertido su opinión apresurada sobre el tema de los Derechos Humanos en Irán sin suficiente información y bajo la influencia de algunas iraníes feministas secularistas y contrarias al gobierno islámico, que en el momento de asumir su presidencia, le mostraron un panorama muy negativo de la situación en Irán.

Dilma Rusoff dijo: “De ahora en más, vamos a incrementar el intercambio con la Comisión parlamentaria iraní de Derechos Humanos y aumentaremos la cooperación en este asunto con Irán. Los países occidentales, especialmente, Estados Unidos debe esperar una condena más fuerte de parte de Brasil por sus violaciones a los Derechos Humanos”.
 

El grupo de mujeres feministas, secularistas, contrarias  a la revolución han desplegado un gran esfuerzo en los últimos tiempos para envenenar el ambiente en  Estados Unidos y en Europa con respecto a la situación en Irán, difundiendo una serie de mentiras acerca de supuestas violaciones de derechos humanos en la República Islámica de Irán, con el objeto de crear el clima necesario para el incremento de sanciones y boicots económicos y científicos al país persa.

En este contexto, ni bien asumió su cargo la flamante presidenta de Brasil, las iraníes contras le presentaron informes negativos sobre la situación de los derechos humanos en Irán.  La presidenta, entonces, emitió una opinión negativa con respecto a estas supuestas violaciones de los derechos humanos pero, la misma Dilma Rusoff reconoce ahora, en un escrito oficial, en respuesta a una carta explicativa por parte de las autoridades iraníes, que su opinión fue apresurada.

Dicho escrito oficial fue entregado a  la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento iraní presidido por una mujer, Zohre Ilahian, quien  es, además, diputada por Teherán.  Esta Comisión funciona en la órbita de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento iraní que también preside la misma Zohre Ilahian.

La acción conjunta de estas feministas iraníes con activistas norteamericanos en derechos humanos (lástima que no hicieron escala en Guantánamo), sobre la presidenta de Brasil ,hizo que ésta, en una declaración inesperada, acusase a Irán de violaciones y conjuntamente con una sanción a Irán del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, a la que Brasil dio su visto bueno. En aquella oportunidad la presidenta de Brasil afirmó que emplearía sus esfuerzos en mejorar la situación de los presos políticos en Irán y lograr su liberación, como la de aquellos que, según creyó Dilma Rusoff en ese momento, estaban detenidos por sus creencias contrarias a las del gobierno.
 

Estas declaraciones motivaron a la Comisión del Parlamento iraní de Derechos Humanos a enviar una carta muy documentada acerca de las mentiras vertidas por este grupo de contras iraníes y por el contrario, a mostrar el sufrimiento que sus connacionales tienen que padecer en las prisiones de Europa y Estados Unidos.

En su carta oficial, la presidente de la Comisión parlamentaria de Seguridad Nacional y Política exterior, explicó con detalle, lo referente al caso de Sakina Muhammady. En dicha carta, la Sra. Ilahian le preguntó a la presidenta de Brasil si ella estaba al tanto de los crímenes de Abdul Malik Rigi, un terrorista iraní secundado secretamente por la CIA, el MI6 y el Mossad, que asesinó a cuatrocientas personas en Irán.

La presidenta de la Comisión parlamentaria iraní le ofreció a la presidenta brasileña documentación probatoria de éste y otros casos semejantes, así como el rol  de algunas embajadas, como las de Inglaterra, Francia y Alemania, en los disturbios de los contrarrevolucionarios en las calles de Teherán luego de las elecciones del año pasado en que triunfara por un margen de 11 millones de votos el candidato y actual presidente, Ahmadineyad.

La carta enviada por la Comisión parlamentaria iraní fue rápidamente traducida al portugués por la embajada de Brasil en Teherán y enviada por canal diplomático urgente a Brasil. La presidenta Dilma Rusoff, llamó a sus asesores en el área internacional de la cancillería brasilera y a especialistas en el tema iraní para revisar el contenido del documento enviado, tras lo cual expresó que de ahora en más, el intercambio de información entre Brasil e Irán en lo referente a los Derechos Humanos se incrementará y, los países occidentales, especialmente Estados Unidos, deberán esperar de parte de Brasil una condena a las violaciones de los Derechos Humanos en sus territorios.


Brasil está mostrando el rumbo de una política soberana, donde no le dictan quiénes han de ser sus enemigos, sino que analiza por su cuenta y de primera mano para no caer presa de manipulaciones de los países interesados en que los pueblos no logren fortalecerse para ejercer su independencia y soberanía.
 

La presidenta de la Comisión parlamentaría iraní de Seguridad Nacional y Política exterior, la Sra. Ilahian, afirmó que este intercambio directo es fundamental ya que después de la derrota del golpe blando contra el gobierno iraní en las elecciones del 2010, que fuera teledirigido por Estados Unidos y potencias europeas al estilo de las “revoluciones” de color en Europa del Este,  los enemigos de la revolución se han esmerado en intentar crear una falsa imagen violenta y autoritaria del gobierno iraní, especialmente en el tema de los derechos humanos y el trato a los opositores.


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