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COMUNICACIONES. Buscando la soberanía en el fondo del mar

POR NAHUEL COCA
En febrero de 2008, mientras en la isla iraní de Kish se preparaba la entrada en servicio de una bolsa de valores para los índices petroleros, algo raro pasaba en el fondo del mar. En apenas once días, seis cables submarinos de fibra óptica que abastecían tanto a Irán como a sus países vecinos se cortaron en el fondo del mar, dejando sin comunicaciones externas a muchos de ellos. Este artículo, acaso el único escrito en castellano sobre el evento, cuenta el resto de esta historia, que apenas sirve como introducción para el problema que enfrenta América Latina.
Internet funciona gracias a los 885 mil kilómetros de los 285 cables submarinos de fibra óptica que conectan países y continentes. Cada vez que se escribe una dirección en un navegador, la petición viaja a altísimas velocidades hasta el servidor donde está alojada la información, que la entrega como respuesta. A veces navegamos por Internet sin detenernos a pensar en que estamos accediendo a información que físicamente se encuentra en Estados Unidos, Europa o Asia, y que lo hacemos a velocidades que no serían posibles por otro medio a excepción de la fibra óptica.
Mapa al 2014 de cables submarinos, incluyendo los programados entre Brasil y Angola.
Mapa al 2014 de cables submarinos, incluyendo los programados entre Brasil y Angola.

 

Estos cables, compuestos por varias capas de material aislante y acero, suelen cortarse. Pueden hacerlo por efecto de la fricción con el fondo rocoso del mar, o por el choque con en el ancla de un barco. También pueden ser cortados deliberadamente por obra de un sabotaje submarino, como el que se sospecha tuvo lugar en 2008 en la isla de Kish. En todo caso, la interrupción del tráfico que viaja por un cable podría ser de menor interés que el hacerse del mismo, interceptando las comunicaciones. La forma más conveniente de hacerlo no es “pinchando” el cable, como se pinchaban antiguamente los teléfonos. Hace años que la SI (ex SIDE) ya no sube a sus agentes a los postes de teléfono, disfrazados de operarios de Entel. En cambio, es más fácil tener acceso a las redes digitales de la empresa que opera el servicio. Lo mismo ocurre con los cables submarinos.

Luego de que se hiciera público mediante Wikileaks el espionaje de EE.UU. las comunicaciones de varios mandatarios de todo el mundo, dos de las personas más afectadas decidieron tomar medidas en nombre de sus países que le aseguren la soberanía comunicacional, un concepto que a principios de la revolución de las TICs resultaba impensado y que ahora, en un mundo que regresa a la multipolaridad, parecen ser la única garantía para no perder, en el futuro, las guerras de inteligencia de antemano. La canciller alemana Angela Merkel hizo serios reclamos a Barack Obama, en calidad de principal aliado en Europa y sostén económico de su región o, por decirlo de otro modo, principal cómplice en varios de los entuertos militares, económicos y políticos del Imperio a lo largo y ancho del viejo continente.

Por su parte Dilma Rousseff, otra de las espiadas, aceleró un proyecto de ley que busca garantizar tres pilares fundamentales para evitar ese tipo de inconvenientes en el futuro: la neutralidad en el acceso a la red, cables y protocolos nacionales para el intercambio de mensajería instantánea y la obligación para las empresas prestadoras de servicios (como Google) de ¡Tomá mate! La presidenta se enojó, y mandó a parar.almacenar los datos de los usuarios nacionales de su país en suelo patrio, sujeto a las leyes de la república vecina.

“La libertad de expresión, la privacidad de los individuos y el respeto por los derechos humanos; gobernanza abierta, multilateral y democrática; universalidad que asegure el desarrollo social y humano y la construcción de una sociedad inclusiva y no discriminatoria; diversidad cultural, sin la imposición de creencias, costumbres y valores; y neutralidad de la red, guiada solo por criterios técnicos y éticos, fijando como inadmisible restringirlo por aspectos políticos, comerciales o religiosos”

El discurso de Dilma de septiembre de 2013 sobre este tema fue contundente: Internet es un derecho y no debe usarse para perjudicar un país en beneficio de otros. Aunque no sólo la correspondencia de una presidenta puede ser blanco del espionaje: también pueden ir por tu cabeza, usuario común y silvestre de la red de redes.

El proyecto Prisma y el acceso irrestricto a toda tu información

A mediados de 2013 se conoció la existencia de un programa de espionaje masivo llamado Prism (prisma, en inglés) que permitía a la NSA (National Security Agency), acceder a toda la información de cuenta de los usuarios de Google, Facebook, Microsoft, Yahoo, Skype, You Tube y Apple. Según Wikipedia, dicha agencia está encargada de “monitorear, recolectar, decodificar, traducir y analizar” la información que luego se usará en operaciones de espionaje y contra espionaje, pero además también tiene el permiso legal y el poder de conocer la vida de cualquier ciudadano, cuya privacidad se viola de antemano de forma preventiva y en nombre de la seguridad nacional.

Prisma no representa ninguna novedad. Desde 1971, los países que forman parte del tratado de seguridad entre el Reino Unido y los Estados Unidos (UKUSA) tenían acceso a las telecomunicaciones globales, desde señales de TV o llamadas de teléfono hasta faxes, emails o comunicaciones satelitales. La diferencia entre aquella red de espionaje global, llamada ECHELON, y la actual era el soporte: gracias a la tecnología digital no sólo pueden acceder a las comunicaciones en curso sino también a las que hiciste en un pasado muy remoto. La información se acumula indefinidamente en algunos casos, y desde las conversaciones telefónicas hasta mensajes de texto o de Whatsapp, todo queda guardado en la memoria del imperio.

Las empresas, que suelen destacar la importancia de la confidencialidad de la información privada, negaron a rajatabla haber habilitado una “puerta trasera” a la NSA para que accediera a sus bases de datos. Algunas, como Facebook, admitieron que suelen brindar la información de sus usuarios ante pedidos individuales concretos de alguna agencia de seguridad o de la justicia, pero de ninguna manera aceptaron dar acceso irrestricto y mayorista a sus bases de datos. Al hacerse pública la existencia de este programa, también se supo que al igual que ECHELON era desarrollada en conjunto con los británicos, padres putativos de los norteamericanos en lo que a inteligencia se refiere.

Gracias a Edward Snowden, mal llamado “topo”, supimos que hay más de 500 estaciones de monitoreo de

Boundless informant (informante sin barreras) muestra en verde oscuro los países con más registros compilados.
Boundless informant (informante sin barreras) muestra en verde oscuro los países con más registros compilados.

telecomunicaciones en todo el mundo y que esa información es analizada constantemente. Uno de esos análisis, que brinda información cruda cuantitativa a nivel global, se conoce comoBOUNDLESSINFORMANT y puede recolectar, sólo en un mes, más de 3 mil millones de registros de conexiones de Internet y de teléfonos de línea. Sólo de Alemania recolectó casi 500 millones de registros en el mes de junio de 2013, lo que despertó las demandas públicas de la canciller Merkel para que se detengan ese tipo de acciones.

Inglaterra, lejos de solidarizarse con sus vecinos más cercanos, hacía uso de PRISM a través del Government Communications Headquarters (GCHQ), agencia par de la NSA. Ya que los ingleses son muy celosos del espionaje gubernamental sobre su información privadísima, el GCHQ accedía a la misma por medio de PRISM, en servidores norteamericanos, lejos de la jurisdicción de su Majestad. Por su parte, la revista WIRED reveló la existencia de bases espías en el golfo pérsico operadas por el GCHQ exclusivamente dedicadas a espiar el tráfico de Internet.

De un lado y del otro del Atlántico, no terminan de ponerse de acuerdo. Algunas autoridades dicen que Prisma no existe, mientras otras aseguran que su funcionamiento es totalmente legal. Espionaje masivo de Estados policiales, siempre legal.

La endeble conexión con el mundo exterior

Países enteros se conectan al mundo por delgados cables de fibra óptica que cada tanto, se cortan o son cortados. Del otro lado de la línea, el hermano mayor vigila todo, incluyendo las comunicaciones de los presidentes y presidentas elegidos por los pueblos ¿libres? El esquema de las comunicaciones internacionales está configurado para continuar la dominación de los países periféricos por parte de los centrales.

No sólo el esquema tecnológico y el modelo de negocios conspiran contra la soberanía. También es endeble el tendido físico de los principales cables de fibra óptica. Segúneste artículo de Infobae, nuestro país está conectado al mundo por medio de tres cables: el South America 1, propiedad de Telefónica, el Atlantis 2, de un consorcio de empresas europeas y estadounidenses, y el Bicentenario, de la uruguaya Antel y Telecom. Los tres cables son mantenidos por la misma empresa, la norteamericana Level 3, socia y contratista del departamento de defensa de EE.UU.

Cuando a finales de 2012 la empresa Global Crossing fue comprada por la israelí Team Telecom, los abogados del FBI y la NSA movieron cielo y tierra para que la adquirente mantuviera la relación entre la gestión saliente y los organismos de seguridad de EE.UU. Las negociaciones, publicadas por The Washington Posts, develaron que las grandes empresas mayoristas de telecomunicaciones que controlan cables de fibra óptica deben tener al menos una base dentro de suelo norteamericano que le permita acceso al tráfico de sus redes globales. También debe contratar a un grupo de oficiales de inteligencia que estén protegidos por juramentos de confidencialidad y debe darles acceso irrestricto a la información que transportan. Se supo que los directivos de estas empresas operadoras de cables submarinso no pueden pedir explicaciones o información a estos agentes en comisión, que se mueven como Francisco por su casa.

¿Será similar la situación en Level 3, la compañía que maneja las telecomunicaciones mayoristas de Argentina? No deja de resultar curioso el hecho de que la empresa opere desde la pequeña ciudad balnearia de Las Toninas, cerca de San Clemente del Tuyú, de donde salen al mar los tres cables que nos conectan al mundo. Un pequeño bombardeo a sus instalaciones, totalmente desguarnecidas, devolvería nuestro país al siglo XIX, a pesar del orgullo nacional que implica el ARSAT-1.

Los lazos sur-sur

Brasil puso manos a la obra para asegurarse la soberanía comunicacional. En un comienzo se planteó la idea de crear centros de datos propios y conexiones a Internet nacionales para blindarse contra el espionaje. De esta forma, los datos de los internautas brasileños serían guardados en servidores en su país y no en territorio norteamericano. Esta idea tuvo que ser abandonada por ciertas imposibilidades tecnológicas, la presión de las empresas de telecomunicaciones y los altos costos que significaría para el país. Sin embargo, se siguieron pensando políticas para matizar los efectos del espionaje o al menos combatirlo con inteligencia. Una serie de proyectos de ingeniería están marchando para garantizar, al menos, una mejora en la calidad del acceso a Internet, similar a la que poseemos en Argentina, y en sus costos.

Por un lado, se asoció a Google en la construcción de un nuevo cable que unirá Maldonado, en Uruguay, con Santos y Fortaleza en Brasil hasta hacer punta en Miami. El cable, que tendrá una capacidad de transmisión de 64 teras por segundo, será operado también por la carioca Algar Telecom y la uruguaya Antel. Es interesante la jugada de Google, responsable del descenso en los precios del mercado de cables desde que empezó a competir en 2010. Los otros cables, entre China y Japón y Estados Unidos, también fueron tendidos en sociedad con nuevos actores de la comunicación que buscan bajar costos en sus servicios, como TIME dotcom. Se espera que el costo de transmitir entre Brasil y Estados Unidos, actualmente diez veces más caro que transmitir con Europa, baje considerablemente.

El tendido del South Atlantic Cable System 1 (SACS-1), entre Brasil y Angola

Por otra parte, la compañía Angola Cables anunció la construcción del primer cable a través del Atlántico Sur, desde Fortaleza hasta Sangano, en la costa angoleña, cerca de Luanda. Para sorpresa de muchos, el país africano se está convirtiendo en uno de los hubs de telecomunicaciones más importantes entre los países emergentes que contratan sus servicios. El costo del tendido Sur-Sur no es tan desorbitante, considerando las ventajas: apenas 160 millones de dólares, y la influencia de Brasil en la otrora colonia portuguesa es mayor que la que podría tener entre los tecnoesbirros de la CIA.

Quizás más importante que tender cables propios con otras naciones del hemisferio es contar con un nodo de telecomunicaciones bajo control de UNASUR y la Celac. En abril de este año, poco después del escándalo, tuvo lugar en Brasil el encuentro NETmundial. El documento final determinó, entre otras cosas, que Internet debe estar regido por principios derivados de la declaración universal de los Derechos Humanos. Libertad de expresión, de asociación, de privacidad, de

Celso Amorim, ministro de defensa del Brasil. Orden y progreso.
Celso Amorim, ministro de defensa del Brasil. Orden y progreso.

accesibilidad, de información y acceso a la misma y de desarrollo; todos entran en el esquema social que introdujo Internet, y están librados a los vaivenes de los mercados de cada país, sin una unidad de criterios ni estándares. Como principios rectores de la estructura de Internet, el documento señala que deben ser definidos por los distintos sectores involucrados, incluyendo a los gobiernos, al sector privado, la sociedad civil, la comunidad técnica y académica y los usuarios. La discusión de estos principios debe ser abierta, participativa y consensuada, transparente, confiable, inclusiva y equitativa.

El documento final, en resumen, plantea la necesidad de firmar una carta magna mundial para Internet, algo muy necesario para asegurar el futuro de la soberanía comunicacional. En una entrevista reciente, el ministro de defensa de Brasil, Celso Amorim, me comentaba la importancia de aprender a defendernos de las guerras del siglo XXI: “Tenemos la intención de tener una escuela nacional de defensa cibernética que estaría abierta a la Argentina, para que vengan a estudiar la materia”.

Quizás más importante que contar con una enorme infraestructura hacia el exterior del continente, el desafío esté en controlar de forma soberana el tráfico de datos dentro de Sudamérica. El costo de tender cables por tierra es mucho más alto, pero los beneficios quedan en tierra, y no se exportan. Para conectarnos a Colombia, por ejemplo, la información debe pasar por Puerto Rico. La conectividad submarina está en manos de empresas extranjeras, por lo que es apremiante crear nuestras propias y soberanas vías de comunicación internacional. Quizás exista la forma de contrarrestar todos los riesgos del sistema vigente con nuevos lazos de fibra óptica que al mismo tiempo requieran una aceitada red de relaciones entre nuestros países. Si a todo esto sumamos el riesgo probable de cataclismos climáticos permanentes, la importancia de contar con sistemas de telecomunicaciones soberanos se hace innegable.

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Un comentario

  1. Esperemos que en esto Dilma no de marcha atras tambien como hizo en econompia nombrando a Levy y a Barbosa

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