CASO MALDONADO. Si hay algo que está claro es que Gendarmería se lo llevó.

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Una nota del atinado Ricardo Ragendorfer, y otra del portal cordobés Streaptease del poder firmada por Javier Llorens. Pido disculpas por la publicación de fotos del cadaver del muy amado por multitudes Santiago Maldonado, pero son estrictamente necesarias a fin del relato de Llorens, del mismo modo que las escenas de sexo entre Jessica Lange y Jack Nicholson eran imprescindibles en la remake de El cartero llama dos veces, basada en la novela de James M. Cain.

La aparición forzada

El fantasmal “Testigo E” subraya las dudas en torno a una causa cruzada por operaciones y encubrimientos y realza los puntos oscuros que quedan por resolver.

 

POR RICARDO RAGENDORFER / ZOOM

Envalentonada por su victoria en las urnas, Elisa Carrió, la vaca sagrada de la alianza Cambiemos, se apuró en arrancarse el bozal que oportunamente le había colocado el equipo de campaña, para insistir: “Yo no me arrepiento de lo que digo”, y acusó a los familiares de Santiago Maldonado de “construir un desaparecido”. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a su vez silenciada por expresa orden presidencial, supo expresarse a hurtadillas al respecto con un “me gusta” en el tuit de una tal @Eugeniamorocha, que exigía al hermano de la víctima un pedido de disculpas por acusar del hecho a los gendarmes. Lo cierto es que cavernícolas de toda laya, y también trolls en idílica armonía con opinadores televisivos y editorialistas de los diarios más influyentes del país, se permitieron pareceres semejantes. En cambio, más mesurado se exhibió el ministro de Justicia, Germán Garavano, al señalar: “Escuchamos la conclusión del juez y los peritos sobre la ausencia de lesiones. Eso despeja muchas cosas; pone en crisis muchos testimonios que dijeron que hubo golpes y lesiones”. Un desvío “gradualista” de la culpa hacia la comunidad mapuche, matizada por una hipótesis tan previsible como disparatada: la “muerte accidental” en medio de un ataque represivo atroz y desaforado. Un dislate sólo comparable a suponer que alguien puede congelarse en un incendio.

No hay dudas de que esta tormenta conceptual está enlazada por los enigmas que rodearon el hallazgo del cuerpo de Santiago, cuyas circunstancias alientan la idea de una “aparición forzada”.

“Un desvío “gradualista” de la culpa hacia la comunidad mapuche, matizada por una hipótesis tan previsible como disparatada: la “muerte accidental” en medio de un ataque represivo atroz y desaforado”

Su melodía de fondo tuvo el preludio de un artículo publicado el 19 de octubre por el diario Clarín, con la firma del inefable Claudio Andrade, y el siguiente título: “La pelea interna mapuche fue clave para encontrar el cuerpo en el río Chubut”. Y en la bajada señala: “Un sector más moderado decidió avisarle al juez que lo habían (sic) observado en el agua”. Fue el prolegómeno para presentar en sociedad al “Testigo E”, personaje que animaría las entregas posteriores del citado periodista. Y con un eje preciso que el propio Andrade explica sin rodeos: “Uno de los testigos clave del caso de Santiago Maldonado habría reconocido que mintió respecto de su primera versión donde indicaba como responsables de la desaparición del joven a Gendarmería Nacional. En su nuevo testimonio dejaría entender que él perdió de vista al artesano después de haber intentado sin éxito ayudarlo a cruzar el río”. Andrade, un verdadero campeón del tiempo potencial, también adujo en la misma nota que el Poder Ejecutivo ya consideraba la posibilidad de concederle al misterioso declarante los dos millones de pesos ofrecidos como recompensa por brindar datos para dar con Santiago. Ese texto está fechado el mismo día de su autopsia.

Ya se sabe que ese viernes el juez Gustavo Lleral emergió de la morgue del Cuerpo Médico Forense con una revelación en la boca: “No hay lesiones en el cuerpo”. Lo dijo sin añadir que ello de ningún modo diluía la condición criminal de tal muerte. Quizás su parquedad haya tenido el loable propósito de no enturbiar las elecciones del domingo. Pero aquella frase había caído sobre millones de almas con el mismo peso que una gigantesca roca en el océano. En ese instante, el fantasma del “Testigo E” ya revoloteaba en el ambiente.

No obstante, Lleral demoró casi cuatro días en desmentir su presunta contribución en el hallazgo del cuerpo de Santiago. Entrevistado por el diario Página/12 y Cadena del Sur, el juez fue rotundo: “No declaró ningún ‘testigo E’ ni de ninguna otra letra del abecedario. Tampoco recibí ningún dato certero para hacer el rastrillaje. Si hubiese tenido un dato certero no habría puesto en riesgo a los bomberos ni los prefectos, lo habría ido a buscar directamente”. Y calificó de “ridículo” el tema de la recompensa.

“No hay dudas de que esta tormenta conceptual está enlazada por los enigmas que rodearon el hallazgo del cuerpo de Santiago”

Según sus dichos, la resolución del rastrillaje se tomó en base a una recomendación de un informe de Prefectura y fue plasmada en una resolución del 13 de octubre. “Yo tomé la determinación de hacer el rastrillaje desde el puesto viejo”, indicó. Y también dijo que el expediente aún está centrado en una pesquisa por “desaparición forzada”.

Eso significa que más temprano que tarde deberá instrumentar al menos dos medidas pendientes: el cruce de los llamados telefónicos del sinuoso jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, y el allanamiento del casco de la estancia del magnate italiano Luciano Benetton.

Desde una perspectiva más global, los resultados de esta pesquisa dirán si rige o no el Estado de derecho en Argentina.

https://stripteasedelpoder.com/2017/10/clarin-maldonado-ahogo-manos-en-bolsillo/#.WfEgeXZrzIV

Maldonado: Clarín anticipó que se ahogó con una mano en el bolsillo en 1,4 mts de agua y luego nadó 300 metros contracorriente

Maldonado, Otranto, Patricia Bullrich, Héctor Magnetto, Vidal, Gendarmería, Desaparición, Macri

Antes que comenzará la pericia de Gendarmería, Clarín anticipó que iba a dictaminar que a Nisman lo asesinaron. Y en cuanto la desaparición forzada de Maldonado por parte de Gendarmería, anticipa que los resultados de su autopsia son que se ahogó con una mano en el bolsillo, en 1,40 de agua, y así y todo logró nadar 300 metros contracorriente rio arriba desde el lugar donde lo vieron por última vez. (Se advierte que necesariamente esta nota contiene crudas imágenes)

POR JAVIER LLORENS

Tras concluir la autopsia el viernes a medianoche,  el juez Gustavo Lleral reveló que el resultado de ella era que el cuerpo “no tenía lesiones”, y que restaba determinar “cuál ha sido la causa de su muerte”, lo cual, señaló, demorará “tal vez más de dos semanas”. Agregó además que “hay que ser prudentes”, llamó a reflexionar “qué nos pasa como sociedad”, y pidió “respeto a la familia Maldonado que hoy está sufriendo”, expresando que esto  es “una responsabilidad ética como personas”.

No obstante Clarin que parece tener una sección de clarividentes, y así pudo anticipar en mayo pasado antes de que su pericia comenzara, que Gendarmería dictaminaría que al fiscal Alberto Nisman lo habían asesinado, ahora se despachó anticipando que Santiago Maldonado se habría ahogado en el rio Chubut, y que su cuerpo yacía más de 60 días en esas aguas heladas.

Mezclado esto con confusas noticias provenientes de su cronista Claudio Andrade, revelando supuestos arrepentimientos de mapuches que antes habían testimoniado falsamente en la causa, diciendo que a Maldonado se lo había llevado la Gendarmería. Sin dar el mínimo detalle, precisión, ni fuente de ellas, pero dando sí un notable ejemplo de desinformación.

Al respecto la frase “dar manotones de ahogado”, debe ser una de las más viejas del mundo, y en este caso estaría lejos de ser una metáfora. Sin embargo como se puede ver en la fotografía de la portada y en la siguiente, que circularon profusamente, Santiago estuvo lejos de hacer eso, dado que se ahogó con su mano derecha en el bolsillo del pantalón. Actitud que en lenguaje no verbal expresa despreocupación, falta de voluntad, desconfianza, o reticencia, etc.

Nadie, y menos si no sabe nadar, cruza un rio con una mano en el bolsillo, y nadie nada con una mano en el bolsillo. Y en este caso además según Clarín, Santiago permaneció despreocupadamente casi tres meses con la mano en el bolsillo bajo el agua, después de haber nadado ya fallecido trescientos metros rio arriba en contracorriente.

El libro clásico forense “La muerte violenta” de Osvaldo Raffo, quién se desempeñó como perito en el caso Nisman por parte de la querella de Arroyo Salgado, dice que hay dos casos de ahogados: el de sumersión – asfixia, y el de sumersión – inhibición. En el primer caso, al que denomina “ahogado azul”, el fallecimiento se produce por un shock pulmonar, por estar llenos del agua o el líquido de la sumersión, muriendo por efectos de esta.

Y en el segundo caso, al que llama “ahogado blanco”, el fallecimiento se produce por un sincope o paró cardiorrespiratorio, “desencadenado al parecer, por la acción del frio sobre la piel, las mucosas, o la caja del tímpano… el líquido de la sumersión no penetra en el aparato digestivo ni en el respiratorio”. “El sujeto “muere en el agua”, pero no puede catalogarse de ahogamiento en el sentido cabal del término”.

Como se puede ver en la portada, la mano de Santiago está lejos de estar azul o cianótica, y tampoco está pálida, sino por contrario sonrosada. Raffo también apunta que antes de la descomposición, la boca y los ojos permanecen abiertos. Lo cual como se ve crudamente en la siguiente imagen que también circuló profusamente, no es el caso de Santiago.

Apunta además que “Durante la descomposición”… la mancha verde que asienta en tórax, cuello, y cara, vira con rapidez al color negro (“cara de negro” de los ahogados). La formación de los gases en el abdomen y bajo la piel es de tal magnitud, que hace flotar al cadáver. Hay aumento total del volumen del cuerpo, la hinchazón de las mejillas sobrepasa el apéndice nasal, y la cabeza aparece como unida al tronco, porque el límite del cuello se desvanece. Los párpados y los labios están extrovertidos, los ojos salientes, y la lengua en protusión asoma por las arcadas dentarias”.

Pero no obstante que la aparición del cadáver de Santiago en el rio se trata de explicar que surgió del fondo por la formación de gases, ninguna de esos detalles típicos aparece en las imágenes de Maldonado que circularon profusamente. O sea que según los cánones del reputado forense Raffo, Santiago Maldonado a simple vista no se habría ahogado.

Por otro lado la mano derecha en el bolsillo del pantalón también puede ser una actitud defensiva, si como dice Clarín, en él portaba una tonfa retráctil, acorde con el kenpo karate que practicaba y era considerado muy diestro. Y una actitud defensiva de meter rápidamente la mano en el bolsillo, genera a su vez una veloz actitud ofensiva, tratando de golpear primero, propia de gendarmes y policías entrenados para ello.

Además según trascendidos del mismo Clarín, Santiago estaba aferrando con su mano derecha dentro del bolsillo a la tonfa, lo cual en términos forenses se denomina “espasmo cadavérico”. Al respecto Raffo señala la enorme importancia de este fenómeno, que vendría a fijar la última actitud voluntaria -en este caso defensiva- del fallecido:

“El sujeto voluntariamente adopta una actitud y la muerte sobreviene bruscamente. Esta actitud queda fijada en forma instantánea, no hay paso por la etapa de relajación muscular; el fenómeno es excepcional pero superlativamente importante cuando se observa, porque permite la reconstrucción del hecho y su simulación es imposible. La teoría etiopatogénica más aceptable (el fenómeno es vital) es la rigidez de descerebración por lesión diencefálica, cuestión acorde con las causas productoras más frecuentes, las heridas del cerebro y el corazón.”

Estos detalles, sumados al contexto de los hechos, con el shock hipodinámico soportado por Santiago al introducirse en aguas sumamente frías, que según Raffo pueden llevar a un nadador experto al “ahogo blanco” por un sincope, hacen plausible que en ese estado de desequilibrio, Santiago haya recibido en su cabeza un golpe contusivo no mortal aparentemente.

El cual por efecto de su frondosa cabellera y la capucha de la campera, o la peculiar descomposición de su cara, que no se corresponde con la de sus manos, no haya dejado rastros apreciables, o se hayan borrado intencionalmente sus rastros, pero que sorpresivamente para quién lo aplicó, haya desencadenado súbitamente su  fallecimiento.

Y lo que vino después es otra historia, como está expuesta en VIDEO EXCLUSIVO: Desaparición de Maldonado, no fue un gendarme fue la Gendarmería

La familia Maldonado tras aceptar que el cadáver encontrado era el de Santiago, emitió el viernes un inteligente comunicado llamando a la pacificación, que remataba diciendo: La muerte de Santiago no debe ser motivo de divisiones o pujas interesadas. Nadie tiene derechos sobre el dolor de esta familia, para la que pedimos respeto”.

No obstante ante la actitud de desaforada desinformación en la que siguió insistiendo el grupo Clarín, al día siguiente emitió otro comunicado expresando: “Con respecto a algunas interpretaciones suscitadas a partir de la inexistencia de lesiones a la vista en el cuerpo de Santiago, creemos que son prematuras, desinterpretan al Juez e intentan un recorte intencionado, oportunista y con objetivos mezquinos.”

“La declaración no descarta que Santiago haya sido víctima de un accionar violento que desencadenó su muerte, por lo que debemos continuar esperando los resultados concluyentes de los peritos, garantizando que su trabajo sea realizado sin presiones de ningún tipo.”

“El intento de desvirtuar la investigación es una nueva afrenta a nuestro dolor, viola la prudencia y el respeto pedido por la familia. Les pedimos a la dirigencia política, medios de comunicación y la sociedad toda que nos ayuden a transitar este momento con la mayor solidaridad posible, hasta que se sepa la Verdad y se logre Justicia.”

Ver también:

Maldonado: gendarmes volvieron al lugar del crimen y tiraron su cuerpo con un claro mensaje “caso Carrasco NO”

Maldonado: la desaparición por Gendarmería, Gobierno, Justicia, y grandes medios, de su desaparición forzada

Caso Maldonado: El juez Otranto ordenó buscar donde Gendarmería lo va a tirar y ahora huye


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