CASO NISMAN. Confirmado: Nisman tenía más de 600 mil dólares en su cuenta del Merryl Lynch
Más 666,60 dólares, cifra ultrademoníaca. Y no sería de extrañar que muy pronto le aparezcan nuevas cuentas en el exterior. La noticia de hoy la dio Perfil. Luego, una comentario de su columnista Javier Calvo, que todavía pretendía (porque no había aparecido la nota de Kollmann de ayer) que no se sabía cómo murió el hipercorrupto fiscal. Pronto quedará en evidencia que él, Stiuso (y su testaferro Lagomarsino) y la jueza Sandra Arroyo constituían una asociación ilícita. JS
Nisman recibió en EE.UU. casi US$ 600 mil de nueve depositantes sospechosos
Surge de un informe estadounidense especializado en lavado. El empresario Stefanini depositó U$S 150 mil.
Por Emilia Delfino |
Las autoridades de los Estados Unidos informaron a la Justicia que la cuenta bancaria del fiscal Alberto Nisman en el ex Merrill Lynch “evidencia actividad sospechosa” y que recibió “transferencias sobre las que no pudo establecer el propósito comercial por un total de U$S 666.690, entre el 13 de septiembre de 2012 y el 19 de agosto de 2014”. PERFIL revela los documentos que prueban quiénes hicieron nueve de esas transferencias sospechosas y cuánto dinero depositaron en la cuenta del fiscal que apareció muerto el 18 de enero.
Uno de ellos es Damián Stefanini, un financista desaparecido.
La documentación comprometió aún más a la madre y la hermana de Nisman, Sara Garfunkel y Sandra Nisman, y a Diego Lagomarsino, los titulares de la cuenta, de la que el fiscal era apoderado. Son investigados por el juez federal Rodolfo Canicoba Corral y el fiscal Juan Pedro Zoni por presunto lavado de dinero.
Dos nombres sobresalen en la lista de los nueves sospechosos de las autoridades estadounidenses: el financista Stefanini, desaparecido en 2014; y el empresario Claudio Picón, que también deberá rendir cuentas a la Justicia. Su empresa es titular del Audi Q5 que manejaba Nisman. PERFIL ya reveló que Nisman guardaba en su caja fuerte un comprobante de una transferencia de Picón desde por US$ 200 mil. Está vinculado a través de un socio a un ex agente de la CIA.
La cuenta bancaria de Nisman fue abierta el 7 de marzo de 2002 y Lagomarsino recién ingresó como co-titular el 16 de junio de 2014. Los “movimientos reportados como sospechosos totalizan US$ 542.775”. Pero el monto total investigado es en total de US$ 666.690.
Entre quienes ordenaron esas transferencias hay una empresa de Hong Kong: Rodfa Limited, que depositó US$ 134.975 en la cuenta de Nisman. Según los registros oficiales que consultó este medio, la firma se creó el 16 de marzo de 2012, seis meses antes de ese depósito, y su actividad comercial es “privada”. Hong Kong no informa más datos sobre la compañía.
Damian Stafanini le depositó US$ 150 mil el 23 de octubre de 2012. Picón está en la lista de movimientos sospechosos por transferencias de US$ 72 mil realizadas entre el 24 de enero de 2013 y el 19 de marzo de 2014. Pero los Estados Unidos no dan pistas sobre esa transferencia de US$ 200 mil que Nisman guardaba en su caja fuerte.
El misterio de un financista desaparecido hace casi un año
Estados Unidos también detectó que Nisman tenía un domicilio en un departamento en Ventura, Florida. Según los registros inmobiliarios esa unidad fue comprada por última vez en julio de 2006 por US$ 530 mil.
Hay transferencias de un empresario argentino-estadounidense, hijo de un empresario argentino, que opera en Miami. En el informe figura como Guillermo N. Salemi, pero según los registros oficiales de Florida podría ser Guillermo Nicolás Salimei, ya que una de sus empresas en La Florida, Las Tierras USA, depositó US$ 50 mil a Nisman el mismo día: 21 de agosto de 2014. Total US$ 100 mil por parte de Salimei. Los Salimei padre e hijo tienen varias empresas en Argentina y Guillermo Nicolás tiene varias registradas en Florida. En Buenos Aires tiene una firma inscripta como financiera e inversora inmobiliaria. Ese mismo día, el fiscal recibió otra transferencia desde Israel por US$ 10 mil, que para Estados Unidos es sospechosa. Está a nombre de “Iungelson”. Ese apellido está emparentado con los Garfunkel en Israel. Basta chequear en Facebook.
El 22 de agosto de 2014, la agencia de viajes Vivaterra SA, de Buenos Aires, le envió US$ 50 mil. Hay dos otros depositantes de septiembre de 2012. Uno no aparecen en registros oficiales: Joseph Gestetner. Otro aparece con el nombre Daniel Benayon. En Argentina sólo hay una persona con ese nombre. Vive en Capital Federal.
Fiscal en el lodo
La supuesta heroicidad del fiscal Alberto Nisman recibe otro baño de lodo. Así lo refleja la revelación de PERFIL respecto a que las autoridades de Estados Unidos confirman la existencia de cuentas sin declarar con depositantes muy sospechosos bajo el control del ex jefe de la UFI-Amia.
A esta altura no debería sorprender este nuevo hallazgo. No es el primero desde que hace siete meses apareció muerto en su baño de Puerto Madero. Y acaso no sea el último ejemplo de la hipócrita viscosidad con la que se movía el investigador del principal atentado terrorista de la historia argentina. Habrá más.
Obviamente, esta información volverá a ser explotada por el Gobierno y sus adláteres políticos y mediáticos, que nunca pierden la oportunidad de denostar al fiscal que pretendió ir contra la Presidenta, aunque sin respaldo legal. La ofensiva contra Nisman la lideran los mismos que lo cobijaron y alentaron todos estos estropicios que ahora los escandalizan. El doble estándar no es patrimonio exclusivo del fallecido funcionario judicial.
Hablando de múltiples morales, también será interesante seguir con atención si el furioso antikirchnerismo partidario, tribunalicio y periodístico mantiene la invisibilización de estos manchones de su pretendido prócer. Si rectificara, tendría que bajarlo del pedestal. Mejor es enfocar si fue o no espiado, si alguien accedió a su computadora en forma remota y cosas por el estilo.
Tampoco tenemos que asombrarnos, más bien todo lo anterior lo explica, con el hecho de que aún no se sabe cómo murió Nisman. Sólo su familia, empezando por las hijas, parece interesada genuinamente en saber cómo fue el final.
Los demás juegan otro juego: intereses, conveniencias y ocultamientos que muchas veces incluyen la ilegalidad. El mismo sello que Nisman usó en vida y legó tras su muerte. A propios y ajenos.
http://www.perfil.com/columnistas/Fiscal-en-el-lodo-20150823-0025.html