HUMOR. Chistes cordobeses… que vienen desde Berlín
Enviados desde la capital de Alemania por Gabo que se los agradece a Cacho Agú.
Había un negro arriba de una higuera, y otro que pasaba le pregunta…
– ¡Che Nero! ¿qué hacé aí arriba…?
Y el de arriba le contesta:
– Estoy comiendo mandarinas…
El guaso le dice:
– Pero si eso es una higuera…
– Y a mí que me importa, si las mandarinas las traigo en el bolsío…
Una mujer va a ver a un dentista de Nueva Córdoba porque estaba con unos dolores de muela terribles. Temblorosa le dice al odontólogo mientras se sienta:
– Mire doctor, tengo tanto miedo que no sé si prefiero sacarme la muela o tener un hijo.
El dentista le responde entonces:
– Bueno, señora. Decídase de una vez así si sé en qué posición pongo el sillón…
Conversaban dos mujeres en la feria:
– Por fin mi marido consiguió trabajo en una fábrica.
– ¿Y cómo anda en su nuevo empleo?
– Como pe’ en el agua.
– ¿Qué hace?
– Nada.
Llega el negro a la fábrica a buscar trabajo, el gerente le dice:
– Lo que pasa es que acá hay poco trabajo…..
– ¡Justo es eso lo que ando buscando!
Mi tío el actor es tan petiso que lo maquilla el pedicuro.
– ¿En qué andás ahora, varón?
– Artículos del hogar, macho.
– ¿Estás de vendedor en algún negocio o te pusiste un boliche por tu cuenta?
– Ninguna de las dos cosas. Estoy vendiendo todo lo que tengo en casa.
Un comerciante se lamentaba ante un vecino:
– ¡No sé qué voy a hacer! ¡Voy derecho a la quiebra porque estoy lleno de deudas!
– ¿En cuánto estima sus deudas?
– ¿Estimarlas? ¡Las odio, las odio!
La mujer prueba el whisky de su marido y hace un gesto de asco:
– ¡No sé cómo te puede gustar esta porquería!
– ¿Ahora te das cuenta el sacrificio que tengo que hacer para chuparme?
Al negro Juan lo internaron con una tos bárbara. La enfermera comentaba con otro paciente de la sala:
– Este tipo nos va a volver locos. No sabemos qué darle para que no tosa más.
– Y … dele una purga, señorita.
– Pero…, una purga no lo va a curar…
– No. Pero se va a cuidar mucho de toser.
Un cordobés manda un fax desde Buenos Aires a la Docta advirtiendo a su amigo:
¨Perdí el tren, salgo mañana a la misma hora¨.
El amigo le contesta:
¨Macho, no salgái a la misma hora que te lo vai a volver a perder¨.
Un valor entra en un restorán bacán, se sienta y llama al mozo:
– ¿Me traí una tortilla de papa, negro?
– ¿El señor la prefiere a la portuguesa o a la española?
– E’ igual varón, yo la quiero pa’ comela, no pa’ charlá.
– Mozo, hay una mosca en mi sopa.
– ¿Se la saco?
– No macho, ponele cubierto.
Estaban los encargados de Obras Sanitarias destapando una boca de tormenta con un cable. Pasa un valor en un rastrojero y les dice:
– ¿Hay pique, muchachos?
En la guerra:
– Sargento: he visto un nido de ametralladoras, ¿le tiro una granada?
– No, si vai a juntar los huevo…
– Mozo, ¿marcha el pollo?
– No, si va a esperar el desfile del 25 de mayo.
Un chupado va al almacén:
– Tío, ¿tiene vino de 5 litros ?
– Sí, sí tengo. ¿Trajo el envase?
– Sí, con él estai hablando.
Dos Chupados:
– Che loco, ya hace como dos días que no tomo.
– ¿Cómo?
-Sí, mañana y pasado.
En la calle:
– Señor, le vendo un reloj.
– ¿Que marca?
– La hora, nero, ¿qué querí que marque?
Un nero en la caie estaba a los grito:
– VENDO PRESTOBARBA…VENDO PRESTOBARBA
– Che guaso, la vendei o la prestai?
– ¿Y su nene, señora?
– ¡Hace dos meses que camina!
– Caramba… habrá llegao lejos, ¿no?
En la corte:
– ¿Que hacía la noche del crimen?
– Estuve durmiendo, Usía.
– ¿Puede probarlo?
– Claro, tráigame una cama.
-Un valor, que hacía tres meses que no se bañaba, le pregunta al otro:
– Che, ¿de qué me podré disfrazar?
– Quedate como estái y decí que te disfrazaste de roquefort.
Buenisimos! Felinos