COOKE. Las cenizas del máximo prócer del peronismo después de Juan y Eva Perón, fueron arrojadas al río en presencia de centenares de fervorosos militantes

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Hubo mucha más gente de la prevista, casi mil personas, luego de una convocatoria casi espontánea, a traves de las redes, lo que disimuló la inesperada ausencia de algunos dirigentes. Insólitamente, hubo supuestos dirigentes de organismos de lucha por los derechos humanos (caciques sin indios) que quisieron impedir el acto argumentando que el Parque de la Memoria es un lugar de silencio y recogimiento, algo así como una necrópolis sin cadáveres. Como si los miles de muchachos desaparecidos y asesinados que dicho parque conmemora y celebra hubieran muerto no por su militancia, sino por equivocación.

Además de los mencionados en la crónica, también estuvieron, entre otros, el ex fiscal Hugo Cañón, presidente de la Comisión Provincial por la Memoria, Gabriela Alegre, jefa del bloque de legisladores porteños del Frente por la Victoria y otros que si me los recuerdan, quizá los consigne.

Fue un gran acto, y su punto más fuerte estuvo a mi juicio en la lectura de parte del testamento de Cooke, una maravilla en la que está él entero, presente.

Los dejo con la crónica: 

Lo encabezó el vicegobernador Mariotto en el Parque de la Memoria 

Las cenizas de John William Cooke fueron esparcidas en el Río de La Plata al finalizar un emotivo acto

 

Carlos Lafforgue en el momento de arrojar las cenizas al río, detrás, Marcelo Duhalde.

 

De izquierda a derecha: la diputada nacional Liliana Mazure, el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, Gabriel Mariotto (y detrás de él, tapado, Carlos Muñoz), el diplomático Pedro Catella, Carlos Lafforge…..  (detrás, tapado, el presidente de la Cámara de Dioutados, Julian Domínguez, el ex canciller y actual legislador Jorge Taiana y Marcelo Duhalde.
TÉLAM, MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA
Las cenizas de quien fue delegado personal del exiliado Juan Perón y principal referente del peronismo revolucionario, John William Cooke, fueron arrojadas este mediodía al Río de la Plata, dando cumplimiento, 46 años más tarde, a su última voluntad, de acuerdo al testamento que dejó redactado poco antes de morir, en 1968. Al fin de un emotivo acto organizado por su amigo Carlos Lafforgue, junto a Pedro Catella -hijo de su última compañera, Alicia Eguren, desaparecida en la ESMA-, el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, y una nutrida militancia, se cumplió la última voluntad de quien fuera el diputado nacional más joven de la historia nacional y principal teórico del peronismo.

El autor de «Peronismo y Revolución» y otros libros falleció víctima de un cáncer de pulmón el 19 de septiembre de 1968, y en su testamento le pidió a Eguren que, de no ser posible la donación íntegra de sus órganos, sus restos fueran cremados, y aclaro específicamente su deseo de que sus «cenizas no se conserven ni se depositen: dispérsalas poéticamente al viento, tíralas al mar», o bien, aclaró, a cualquier río.

«En la medida que he dedicado mi vida a los ideales revolucionarios de la libertad humana, me perpetuaré en la obra de los que continúen esa militancia», remató.

Cuarenta y seis años después de su fallecimiento, luego de que las cenizas permanecieron en custodia de Eguren -desaparecida en 1977 por la última dictadura cívico militar- y posteriormente por sus amigos -su última morada, trascendió, fue la cripta de la familia Abal Medina- sus restos fueron por fin arrojados al río durante un acto que se realizó en el porteño Parque de la Memoria, a la vista de cientos de militantes de organizaciones sociales peronistas.

El vicegobernador Mariotto, en diálogo con Télam, recordó a Cooke como «una figura emblemática del peronismo, un intelectual, un hombre comprometido que falleció muy joven pero dejó un legado de reflexión y acción política que se convirtió en un ‘deber ser’ para todos los peronistas».

«Hoy tuvimos la posibilidad de cumplir con su última voluntad, pero no con un ánimo necrológico, sino con el ánimo de desplegar las banderas de Cooke que están bien vivas», afirmó.

El acto, presenciado por militantes de las agrupaciones Proyecto Nacional y la Corriente Martín Fierro, reunió a diversas figuras del peronismo tal como el presidente de la Cámara de Diputados Julián Domínguez, el ex canciller Jorge Taiana, el director de la Biblioteca Nacional Horacio González, la diputada Liliana Mazure y el dirigente social Luis D’Elía, entre otros.

Domínguez destacó que «la vocación revolucionaria del peronismo sostiene que el revolucionario nunca pierde su razón de ser, y esto significa que las cenizas de Cooke siguen iluminando el camino del pueblo argentino».

Carlos Muñoz, ex detenido desaparecido y promotor del acto, destacó que fue «una reparación histórica, una deuda que teníamos con el ‘Bebe’ Cooke todos los que militábamos en el peronismo revolucionario».

Durante el acto, Muñoz leyó un escrito de Lafforgue (aquejado de afonía) quien destacó de Cooke su «capacidad intelectual y su lealtad al General Perón», y deseó que «al arrojar sus cenizas al mar en este río contenedor de la memoria, se reencuentre con Alicia y tantos otros compañeros».

Pedro Catella, hijo de Alicia Eguren, quien vive en México y viajó a Argentina para estar presente en el evento, destacó, en diálogo con Télam, que «la lucha consecuente, ese trazo de una sola pieza del ‘Bebe’ y de mamá no fueron en vano».

«La presencia de esta juventud, de estas tres generaciones de peronistas, es el testimonio más elocuente de que ellos ganaron», sostuvo: «Estos chicos que están aquí hoy, de 18 o 20 años, están rescatando una memoria, y son ellos quienes van a continuar».

Antes, durante el acto, Catella había parafraseado a Eva Perón al sostener que «el peronismo será revolucionario o no será».

Mariotto

El vicegobernador bonaerense destacó el «compromiso militante, la lealtad y honestidad intelectual» de John William Cooke, además de su mirada proclive a la integración latinoamericana.

Mariotto recordó las intensas  discusiones de Cooke con Perón, que lo habilitaba a discutir porque lo conocía desde muy joven (Cooke fue electo diputado cuando aún no había cumplido 25 años) y ambos se respetaban mucho, discusiones que han quedado registradas en la nutrida correspondencia que ambos sostuvieron, y que fue compilada por Alicia Eguren y el fallecido secretario de Derechos Humanos de Néstor Kirchner, Eduardo Luis Duhalde.

También destacó Mariotto que Perón, exiliado, no sólo designó a Cooke su  delegado personal, sino también su heredero político y jefe del movimiento peronista si él fallecía.

«Fue un hombre de vanguardia, leal, nunca dejó de ser peronista y adhirió al socialismo que impulsaban el Che (Guevara) y Fidel (Castro)», señaló.

Cooke, agregó «marcaba diferencias con honestidad intelectual y organizó la Resistencia en su permanente ir y venir a Cuba buscando acercar posiciones».

Las cenizas de Cooke recorrieron un largo derrotero, primero al cuidado de su esposa, Alicia Eguren, y luego, cuando ella es secuestrada y asesinada por la dictadura cí­vico-militar, custodiadas por compañeros del escritor en distintos domicilios de la Capital Federal.

De izquierda a derecha: el poeta Alfredo Carlino, Carlos Lafforgue, Pedro Catella, Gabriel Mariotto, ….. Jorge Taiana.

 


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