Me levanté tarde, almorcé con mi mujer y mi hijo y tomándome un café y me me dispuse a leer los diarios pero en mi blogroll vi esta nota y me zambullí (¡y nunca leí los diarios!). Mientras yo dormía, Abel Fernández masticaba la larga nota de Horacio Verbistky hoy y producía un post de lectura imprescindible. Como si esto fuera poco, el anterior, titulado La comedia de Tinelli, explica con mucho detalle la ruptura entre el Gobierno y el showman y empresario (que a su vez es vicepresidente de San Lorenzo). Una comedia de enredos y equívocos que evidente entraña flor de tropezón para la popularidad de Cristina y sus colaboradores que, resulta evidente, metieron la pata desde un principio. Tanta confusión se armó que hasta el perspicaz Abel lo comparó con el memorando de entendimiento con Irán, a mi juicio una genialidad de Cristina que sus colaboradores no supieron explota suficientemente acaso porque para hacerlo debían enfrentarse con el poderoso lobby sionista.