
Montserrat Mestre, la coeditora catalana de este sitio, se ha tomado el trabajo de leer ese mamotreto insufrible –redactado por quienes están al servicio de los que hasta hace no mucho el presidente Milei llamaba «empresaurios», es decir los empresarios transnacionalizados que son, de hecho, los dueños de (la mayor parte de) la Argentina. Montserrat detectó un par de asuntos muy graves y que suelen pasar desapercibidos. Por ejemplo que se «elimina la obligación de demostrar la trazabilidad» (es decir que su procedencia sea rastreable) de los «equipos y productos médicos», con el proclamado objetivo de «reducir los costos de la industria». Señaló que esto supone un riesgo enorme para la salud de la población porque nadie garantizará la calidad de los medicamentos ni la calidad del material médico con que se esté tratando los pacientes, abriendo la puerta a todo tipo de adulteraciones.
Otro tema importantísimo, puntualiza Montse, es la derogación del Código Aeronáutico o de Navegación Aérea. «Aquí también se abre la puerta a la pérdida de seguridad en la aeronavegación y se facilita la consumación de delitos, por ejemplo la circulación de avionetas del narcotráfico. Porque en el decretazo ‘con el objetivo de promover el turismo’ a partir de mañana cualquiera podrá tener una avioneta y ‘se supone’ que la persona que contrate el propietario para conducir la aeronave será un piloto que ‘podrá aterrizar donde (…) estime conveniente’, es decir que no habrá ningún control de rutas de vuelo, lo que es una clara invitación a la impunidad de todo tipo tráficos ilegales». Añade Montserrat que «si alguna institución internacional se echa las manos a la cabeza, el decreto advierte que ‘Argentina tiene soberanía sobre sus cielos’, esto es, que puede autorizar lo que sea.
Nota del editor: La derogación del Código Aeronáutico y la apertura indiscriminada del espacio aéreo de la patria, amerita claramente una denuncia ante la justicia.