DESNACIONALIZACIÓN. Si gana Macri vendrán «con cuchillo y tenedor» a quedarse con las empresas de la causa de las fotocopias
Como ya dijimos hace muy poco, los compañeros de COMUNA nos regalan cada domingo una síntesis de los dichos y desvaríos de los editorialistas y opineitors de la prensa hegemónica. Quien se encarga de la insalubre tarea de leerlos a todos y luego escribir estas reseñas llenas de agudeza e ironía es Hugo Muleiro y no su hermano Vicente, como informamos antes erróneamente.
Ni pindonga ni cuchuflito
La cercanía del primer turno electoral hace que los medios que sostienen las ilusiones del macrismo se radicalicen aún más, si ello fuera posible: se nota en tapas y títulos cada vez más osados y, a la vez, más coordinados. Todo lo K es caótico y peligroso y, en contraste, la economía de Macri mejora, aunque nadie se dé cuenta, dicen los encabezados. Las notas editoriales no llegan a ser ni pindonga ni cuchuflito, sino recurso de cuarta categoría.
Toda la semana, hasta llegar a este domingo 28 de julio, mostró una acción muy coordinada entre Clarín y La Nación, con Infobae acoplándose en las líneas principales. No importa nunca el tema en sí: la maniobra consiste en dar siempre títulos positivos para Macri-Vidal y anunciar el mismísimo infierno con cualquier exponente del Frente de Todos.
El martes: control total del dólar gracias a la política de Cambiemos, en las tapas de Clarín y La Nación, mientras Infobae acompañaba por la mañana con un anuncio de supuesto apoyo de las religiones, casi unánime, al oficialismo. El miércoles, ambos diarios publicaron títulos gemelos contra los pilotos, nuevo objeto de odio.
Después fue el turno del gran espacio a artistas e intelectuales que apoyan a Macri. Y, el viernes, los títulos de la “mejora económica”. Clarín: “Después de un año vuelve a crecer la economía”; La Nación: “La economía creció después de un año”. Mientras, Infobae mantuvo el fuego intenso contra Aerolíneas Argentinas y su déficit.
El sábado ambos diarios aprovecharon las afirmaciones de Aníbal Fernández: su recurrencia a la brutalidad del asesino Barreda para criticar a Vidal les sirvió para ponerlo como la figura más importante de la campaña opositora, un plano que Aníbal F. no ocupa ni ocupará, pero los hechos no importan. Por eso insistieron el domingo con el mismo tema.
En suma, la estrategia es marcar la agenda que discute el país y, para esto, las notas políticas habituales no son el recurso principal, no sirven tanto para el impacto inmediato, que es lo que desespera a todo el dispositivo oficialista a dos semanas de la votación.
Pero no faltan opiniones cuchuflescas: Van der Kooy festejó el miércoles la sanción de la FIFA a Tapia, por el delito de ser yerno de Hugo Moyano. El viernes Gambini, también en Clarín, pone en contraste la llegada a la Luna con el kirchnerismo, una proeza editorial.
El sábado, en La Nación, Dapelo crea el “efecto Vidal”. Dice que fue eliminado de la boleta el candidato a vicegobernador, Daniel Salvador, así ella se destaca más, para lo cual la vistieron de rojo: parece que la creencia del “periodista” es que el elector ingresará al cuarto oscuro, verá este derroche de belleza y cambiará su voto.
Ese mismo día y en ese mismo diario, Guyot exhibe dotes de libretista de TV: les propone a los hacedores de la ficción que Canal 13 armó contra el sindicalismo para impactar en la campaña electoral que agreguen a la historia el pleito judicial anunciado por Moyano.
Ya el domingo, Tenembaum en Infobae se alista en el batallón que quiere imponer a Aníbal Fernández como figura principal de la oposición. Y muy llamativa la precisión periodística de Fioriti, en Clarín: “Un intendente” de “un distrito” del conurbano recibió “un llamado” de “un votante” que “no le gusta Kicillof”.
Morales Solá, en tanto, dedica su nota del domingo a discutirle a Alberto Fernández, a quien no pudo arrinconar lo suficiente en su entrevista en TN: le rebate cada una de sus afirmaciones en el canal de Clarín. Con la sangre en el ojo, le impone a las afirmaciones del candidato el rótulo de “fake news”.
Ninguno de estos medios le teme al ridículo: el sábado a la mañana, la agencia Télam tuvo como título principal: “Unos 150 mil voluntarios de defensores del cambio dan 400 charlas simultáneas”, lo que da 375 conferenciantes por charla. Si hay que ponerse eufóricos, ninguna exageración parece suficiente. Y el día anterior, la agencia pública presentaba al país como principal hecho del día: “Daniele de Rossi llegó a la Argentina para sumarse a Boca”, el club que una vez más es usado como juguete político del macrismo.
El despliegue multimillonario de la campaña de Vidal, a quien sin embargo no le alcanza la plata para estufas en las escuelas, trepó el domingo a Crónica y Diario Popular, que por pura casualidad la incluyen en portada, ambos con foto: se ve que al macrismo el conurbano le da pánico.
En tanto, el país real apenas se filtra en alguna referencia de estos medios. Es el caso de lo ocurrido el viernes en el “panorama empresario” de Clarín, que escribe habitualmente Bonelli pero esta vez asumió Naishtat. Ella tecleó, como ya es norma sin incluir fuentes, que un CEO le dijo a un embajador europeo que si ganara Macri “vendremos con un cuchillo y tenedor”. Es decir, por si no se entiende: a comer. Esto es porque el valor de las empresas argentinas es más bajo que las de los países de la región. Es gente, dice la columnista, con “apetito”, que llega a las empresas incluidas en la causa de las fotocopias. Como se ve, esta causa que lleva adelante el tándem Stornelli-Bonadío-D’Alessio-Santoro es más que una causa para la política electoral: sirve también para negocios muy apetitosos.