DIARIOS-IMPOSTURA. Monumental equívoco en torno a «El País», que tuvo orígenes neofranquistas y jamás fue de izquierdas
Hace mucho que el español diario El País es algo así como el perrito de la RCA Victor, la voz de su amo: el Imperio. Pero en 1977, cuando vivía en el barrio barcelonés de Lesseps en medio de otros muchos exiliados, hacerme con un ejemplar de El País era, más que un vicio, era una necesidad., un imperativo categórico. Y es que El País era, lejos, el mejor diario de la península. Liberal de izquierdas, sí, pero la sublevación del general asturiano Rafael del Riego (a quien tanto deben los independentistas de América) y el trienio constitucional (1820-1823) debería estar claro para todos los americanos que liberal no quiere decir lo mismo allí que aqui, y que un militar liberal español como José de San Martín devino naturalmente lider indepndentista americano y le legó su sable a Rosas. No por nada, el himno de la República fue el de Riego. Vuelvo a 1977. Hasta tal punto era imporante leer El País que muchas veces bajé a pie hasta las Ramblas (único lugar donde vendían ese diario, por entonces solo madrileño) para subir luego por la línea 3, verde, del Metro (subte) que terminaba entonces justamente en Lesseps (Recuerdo que el fin del trayecto era anunciado por un andaluz que decía así: «Fin del trayecto: Estación Leshés», lo que sonaba mucho más a «Leches» que al apellido del ingeniero francés que hizo el trazado del canal de Suez.
El Páis era… parecido a La Opinión de Timerman, un gran diario más bien de derechas, escrito por periodistas más bien de izquierdas. Hoy es algo así como nuestra (¿nuestra?) La Nación, que es antinacional. Me sorprendo cada vez que compruebo que de aquellas épocas prácticamemnte no queda nada. Apenas algún columnista y los dibujantes, Forges y sobre todo El Roto, pero no recuerdo bien si El Roto ya estaba en 1977.
En fin, otro asturiano, comunista no demasiado arrepentido, por más señas, el periodista y escritor Gregorio Morán, hoy columnista de «La Vanguardia», acaba de sacar un libro, «El cura y los mandarines. Histroria no oficial del Bosque de los Letrados. Cultura y Politica en España, 1962-1996», libro que a último momento Planeta decidió no publicar acaso porque aborda el transformismo de El País, sus dueños y directivos.
Le recomiendo que lean, cuando menos, la entrevista que le hizo El Confidencial. Antes de ofrecerles el link, les despierto el apetito con un fragmento;
Ocurre que, tras las primeras elecciones democráticas, El País se alejó del antiguo régimen, como exigían los tiempos. “Lo que suceda después del 15 de junio de 1977 y la nueva realidad política irán inclinando esa opinión pública balbuceante hacia el centro izquierda del país real”, aclara Morán. La “derecha conservadora” rompió entonces con el rotativo: Julián Marías, Ricardo de la Cierva, Gil Robles y otros abandonaron el barco “por razones distintas, pero coincidentes” en algo: “Ellos representaban el pasado”. Muchos de los que dejaron El País entonces (bautizados como ”los 14”) acabarían en ABC, lo que reforzaría la imagen de El País como referente progre de las nuevas libertades.
“¿Cómo no iba a convertirse en símbolo de los nuevos tiempos, y del borrón y cuenta nueva, o más bien, lo que cuenta es el presente, si en julio de 1976 la policía del ministro (Rodolfo) Martín Villa (uno de los criminales cuya extradición reclama la juez María Romilda Servini de Cuibría) detenía a unos jóvenes sólo por llevar en lugar bien visible El País? ¿Cómo no creer que algo nuevo nacía ahí, si en febrero de 1977, esa misma policía registraba la casa del director del periódico, Juan Luis Cebrián? Como si se tratase de darle la vuelta a cualquier metáfora, 30 años más tarde, el ex ministro Martín Villa y el exdirector Cebrián serán Presidente y Director General de la misma sociedad que dirige El País”, recuerda Morán.
Ahora si, lean la nota completa aquí.