ÉBOLA. Un invento del siglo XIX es la mejor solución para frenar la enfermedad, pero no se utiliza. ¿Por qué?

Compartí

Entre los numerosos errores que la comunidad internacional está cometiendo en la lucha contra el ébola (errores mayúsculos fruto de una desidia y un egoísmo difíciles de justificar), se encuentra la incapacidad para destinar las ayudas a lo verdaderamente prioritario. No tiene sentido invertir millones en investigación cuando los hospitales africanos no tienen guantes», señala esta interesante nota. Sí, guantes esterilizados,  que podrían llegar rápidamente a destino para cubrir las necesidades. Pero no se hace, o se hace con cuentagotas.

Y es que los laboratorios y los intereses que hay detrás de ellos, están centrados en fabricar vacunas –que serán inasequibles para la población africana– y tratamientos cuya patente subirá por las nubes la cotización en bolsa del laboratorio propietario del invento. 

A nadie se le puede escapar tampoco que para fabricar vacunas basadas en anticuerpos se necesitan pacientes que hayan superado la enfermedad y cabe preguntarse con razón si no estarán dejando que África sea el vivero de donde extraer los anticuerpos: cuanto más africanos contagiados más posibilidades de que haya supervivientes.

Para leer más sobre este punto: «Expertos ébolabuscan anticuerpos en la sangre de sobrevivientes como potencial cura:  Sin tratamiento probado para el mortal broteen el oeste de África, la OMS cree que la sangre de los sobrevivientes puede ser la mejor opción». Nota en inglés en The Guardian

Presten atención a este párrafo que traduzco: ”La sangre de un niño de 14 años de edad, quien sobrevivió al ébolase suministró en julio pasado al médico estadounidense Kent Brantly, que fue infectado en Liberia. Brantly tambiénfue tratado con el suero experimental de  ZMapp yfue dado de alta deun hospital de Atlanta el mes pasado. No se sabe si fue la droga o la sangre del chico lo que ayudó a su recuperación”. 

Neighbours dress a sick Saah Exco, 10, after bathing him in Monrovia's West Point slum, Liberia.

Los vecinos visten al niño Saah Exco, enfermo de ébola de 10 años, después de bañarlo en los suburbios de Monrovia (Liberia). Su madre y su hemano han muerto.  Photo: John Moore/Getty- The Guardian

UN INVENTO DEL SIGLO XIX

La mejor solución para frenar el ébola (que apenas se ha utilizado)


A veces la mejor solución a un problema es la más sencilla. La gran revolución en materia de salud pública llegó después de que Louis Pasteur, padre de la microbiología moderna, descubriera que la mejor forma para frenar la aparición de enfermedades no residía en aplicar uno u otro tratamiento a los pacientes, sino en fomentar medidas de higiene que evitaran el contagio. Pero, pese a esto, determinadas medidas que hoy consideramos esenciales tardaron tiempo en llegar.

No fue hasta 1890 cuando William Stewart Halsted y Caroline Hampton, médico y enfermera del Johns Hopkins Hospital, comenzaron a utilizar guantes para tratar a sus pacientes. Y no lo hicieron por el temor a infectarse, sino porque Hampton tenía la piel delicada y el cloruro de mercurio y ácido carbólico, los agresivos desinfectantes que se utilizaban por entonces, le destrozaban las manos. Fue Stewart el que pidió a la compañía de neumáticos Goodyear que fabricara los primeros guantes, y en 1964 otra empresa, Ansell, empezó a fabricar un modelo de látex específico para uso médico, basado en la técnica que ya se usaba para fabricar preservativos. 

Desde entonces, el uso de guantes es obligatorio en todos los hospitales del mundo. Si la higiene es importante en nuestra vida cotidiana, aún lo es más en los centros de salud, donde la posibilidad de contagio es mucho mayor. Por ello los médicos y enfermeros llevan una ropa especial para trabajar y, además, usan guantes; una herramienta en la que nadie repara. Hasta que falta. Y en África falta.

El ébola es una enfermedad que no se contagia por vía aérea, sino a través de los fluidos, y para evitar el contagio, la higiene, y en concreto el uso de guantes, es fundamental. Pero es algo que brilla por su ausencia en muchos hospitales de Guinea, Sierra Leona y Liberia, los países más afectados por el temible virus. De los más de 3.000 muertos que se ha cobrado ya la enfermedad al menos 200 son trabajadores de hospitales. Y esto se debe a la falta de una infraestructura adecuada pero, sobre todo, a la falta de guantes.

Un estudio de la Johns Hopkins University, asegura que antes de que estallara la epidemia sólo el 63% de los hospitales de Liberia y el 70% de los de Sierra Leona disponían de guantes esterilizados. En agosto, Drew Hinshaw, enviado especial del Wall Street Journal a Liberia, vio cómo los médicos de un hospital rural usaban bolsas de plástico de un supermercado en los partos porque no tenían guantes, y atendían a todo el que llegaba al hospital con las manos desnudas. Personas que, en muchos casos, estaban infectadas con el virus del Ébola. 

“Sin guantes, no te tocamos”

En los hospitales de la zona de África afectada por el ébola se ha pasado de la imprudencia al pánico. Según explica en The Atlantic Tony Morain, portavoz de la ONG Direct Relief International, en Liberia los médicos ya no tocan a nadie con las manos desnudas, por miedo a contraer el virus. Están llegando a los hospitales pacientes con todo tipo de enfermedades que mueren delante de los médicos sin que estos se atrevan a operarlos. 

Malasia, el país líder en fabricación de guantes de goma, ha enviado 20 millones de pares a los cinco países más afectados por el ébola.

Entre los numerosos errores que la comunidad internacional está cometiendo en la lucha contra el ébola (errores mayúsculos fruto de una desidia y un egoísmo difíciles de justificar), se encuentra la incapacidad para destinar las ayudas a lo verdaderamente prioritario. Y no tiene sentido invertir millones en investigación cuando los hospitales africanos no tienen guantes.

El problema de la falta de suministros está lejos de solucionarse, aunque hay que reconocer que, después de que muchos médicos levantaran la voz de alarma, algo se ha avanzado en los últimos dos meses. Malasia, el país líder en fabricación de guantes de goma, ha enviado 20 millones de pares a los cinco países más afectados por el ébola y EEUU planea distribuir cientos de miles de kits de protección.

Según el portavoz de Direct Relief esto será suficiente para que los hospitales africanos tengan suministros suficientes al menos hasta navidades. A partir de esa fecha, nadie sabe si se habrá logrado contener la epidemia o, por el contrario, se habrá extendido aún más.

http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-10-04/la-mejor-solucion-para-frenar-el-ebola-que-apenas-se-ha-utilizado_225202/


Compartí

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *