EL CASO ARISTARAIN. El impresentable fiscal Extornelli acusó al cineasta de convocar a la resistencia

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Que el fiscal Extornelli siga siéndolo a pesar de ser un público delincuente llega a grados de obscenidad cuando se permite procesar al gran cineasta Adolfo Aristarain por pronosticar  que si el pueblo no deja de protestar, el gobierno caerá por su propio peso.

Como si este pronóstico fuera un llamamiento a la insurgencia armada.

Aquí, la noticia.

Vivimos en un mundo de reveses. Tanto como de la trama como del sentido común. Digo, si tal cosa sigue existiendo luego de que se votara como mandamás a una persona visiblemente perturbada, sin amigos, que durante décadas no mantuvo contactos con sus padres; que consideró un hermano mayor a su primer mastín inglés al que bautizó Conan. Que pasó navidades a solas con él, que su muerte fue el peor golpe de su vida, que lo clonó y luego ordenó fabricar réplicas físicas, y que así se hizo de cuatro mastines idénticos a Conan y entre ellos mismos. Que dijo que pudo comunicarse con ¿el alma? del perrazo, a través de una medium que parece haber sido su hermana… a la que llama «El Jefe». Y explica seguidamente que ella, Karina Milei, es Moisés y él apenas Aaron, un mero difusor de las ideas de aquel. ¿Será delito describir estas obviedades de público conocimiento?

A instancias de su hermana Karina, que intervino en las negociaciones con el poder económico-financiero y de los grandes grupos concentrados, Milei reemplazó a su viejo entorno (Carlos Kikuchi, Ramiro Marra y Lilia Lemoine) por otro, provisto este por la entente Rocca-Magnetto también conocida como Clarín-Techint et al, todos bajo el padrinazgo de Macri.

Para mi es evidente que Javier Milei no está facultado para presidir la nación. Que no tiene los patitos alineados, que le falta algún jugador. Y encima ha dicho que considera «El Jefe» a su hermana, lo que pone en duda que sea él quien toma las decisiones más trascendentes, tanto para el rumbo del país como para el futuro de su población.

En este contexto, el socio del extorsionador sigue siendo un periodista estrella del diario más apretador. Es una mafia.

Solo falta que el estorsionador nos procese a todos los que difundimos el valiente pronunciamiento de Aristarain. Que por cierto fuimos muchos, incluidos diarios y medios que compartieron lo escrito por él.

 

 


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