EL FIN DE UNA PATRAÑA: El Gobierno reconoció que las imputaciones a la estación espacial china en Neuquén carecían de asidero

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Iba a redactar una nota sobre este tema cuando la encontré ya muy bien escrita en este sitio de Rosario, Conclusión. Imagino que el globo inflado por Estados Unidos se pinchó para beneplácito de tantos sojeros e intermediarios que se llenan de dinero vendiéndole a China y que asistían con asombro al despropósito de que el presidente Milei y otros funcionarios repitieran como loros aquellas infundadas acusaciones. Al respecto, vi y escuché como la noticia fue dada con perceptible alivio por periodistas de La Nación+. Conviene leer esta nota junto con la del post anterior: Un gobierno que se ha entregado en cuerpo y alma (si es que tiene) a la CIA en procura de que el jefe de esta convenza al presidente Biden de lo necesario que es darle miles de millones de dólares para que estabilice una economía en caída libre, a pesar del antecedente de que durante la presidencia de Macri decenas de miles de millones provistos por el FMI se fugaron, y en momentos en que Milei incita a los fugadores seriales a seguir fugando sus pingües ganancias a sus guaridas fiscales para evitar pagar impuestos y así “escapar de las garras del Estado” que él mismo encabeza.

En fin, que el encargo que se le ha hecho al jefe de la CIA es una misión imposible, incluso para el Control de Maxwell Smart, experto en acciones descabelladas.

Lo que recuerda a pretéritos intentos de demonizar a los chinos, aun cuando se encontraban bajo el dominio inglés (quizá por recordar la rebelión de los boxers), recurso que se seguía utilizando en mi niñez, cuando era habitual escuchar hablar de “el peligro chino”.  En recuerdo de aquellas campañas, de un racismo explícito, es que la foto de presentación de esta nota es la del actor Boris Karloff  encarnando al malvado Fu Manchú.

Volviendo a la estación (no base) espacial china desde la que -con control del estado nacional- se monitorean operaciones tan complejas como el alunizaje en la cara oculta de la luna- no tiene secretos, como no los tiene la que opera para la Unión Europea en Malargüe, Mendoza.  Algo que ya había adelantado Diego Guelar, ex embajador argentino (del gobierno de Macri) tanto en Washington como en Pekin.

Es de sospechar que la insistencia estadounidense en levantar sospechas e inventar malvados militares chinos que operarían clandestina y subrepticiamente en esos páramos neuquinos esta relacionada con la voluntad de establecer, ahora si, bases militares cerca de la triple frontera y del Acuífero Guaraní y en Tierra del Fuego.

SOSPECHAS ACLARADAS

Tras sus propias dudas, el Gobierno admitió que la base espacial china en Neuquén no tiene propósitos militares

 

Así lo reconoció el vocero presidencial, Manuel Adorni en su conferencia de prensa habitual en Casa Rosada, luego de la visita oficial de funcionarios argentinos a la base que se realizó el pasado jueves.

A través suyo el Gobierno admitió este lunes que la base espacial que China tiene en la provincia de Neuquén tiene propósitos puramente científicos y no militares, pese a las sospechas que habían levantado Estados Unidos y el propio presidente, Javier Milei, en ese sentido.

Así lo reconoció el vocero presidencial, Manuel Adorni, en su conferencia de prensa habitual en Casa Rosada, luego de la visita oficial de funcionarios argentinos a la base que se realizó el pasado jueves.

«No tenemos el informe definitivo. Entendemos lo que entendimos siempre. La expectativa que siempre tuvimos es que efectivamente las actividades que había eran de estricto carácter científico, y entiendo que fue efectivamente lo que ocurrió en la visita o inspección», señaló Adorni ante la pregunta de un periodista.

De esta forma, el Gobierno terminó por despejar las sospechas, que él mismo había instalado, sobre la posibilidad de que la base china tuviera, secretamente, actividades militares o de espionaje.

El jueves pasado, una delegación de funcionarios nacionales, científicos y expertos fue enviada por el Gobierno nacional para inspeccionar la base espacial china en Neuquén a los fines de establecer el tipo de actividades que se desarrollan en el lugar.

La visita había sido confirmada por fuentes del Gobierno, quienes habían indicado que también «se revisarán los contratos, que indican que el 10% de los recursos los debe utilizar Argentina».

El avión Fokker 28 de la Fuerza Aérea que trasladó a la comitiva oficial aterrizó a las 8:24 en Zapala y desde allí recorrió los casi 100 kilómetros hasta el paraje Quintuco, donde está emplazada la estación china.

Las visitas fueron ordenadas por la Jefatura de Gabinete, a cargo de Nicolás Posse, y se concretaron tras los cuestionamientos realizados por los Estados Unidos, tanto a través de su embajador en Buenos Aires, Marc Stanley, como por la jefa del Comando Sur, Laura Richardson.

«Me sorprende que la Argentina permita que las Fuerzas Armadas chinas operen en Neuquén, en secreto, haciendo quién sabe qué. Tengo entendido que se trata de soldados del ejército chino que operan este telescopio espacial, no sé lo que hacen, creo que los argentinos tampoco lo saben, y deberían entender por qué los chinos están desplegados allí», había dicho Stanley a fines de marzo.

Días atrás, la Embajada de China en Argentina emitió un comunicado donde señalaba que todas las tareas que se realizan en la base neuquina «son transparentes», que han sido «coordinadas con el gobierno argentino» y remarcaron que la base «ya ha sido inspeccionada» en varias ocasiones.

 


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