SAGAS – MEMORIAS DE UN NIÑO PERONISTA / 19. El tirano errante
El Packard del doctor llegó a toda velocidad por Lascano y estacionó tan violentamente que pensé que subiría el cordón y seguiría por la vereda hasta estrellarse contra el enorme plátano que se alzaba entre la vereda del bar y la de don Santiago. Era sencillo distinguir una vereda de la otra: las baldosas de don Santiago, color ámbar, tenían listones verticales; las del bar, grisáceas, estaban compuestas de…