Ex montonero angustiado pide a chaqueños que erradiquen protobase yanqui del aeropuerto de Resistencia
Tal como lo recibí de sabaleros del remanso <sabalerosdelremanso@gmail.com>
Por Raúl Copello (*)
De corazón y con humildad, especialmente a los compañeros que formaron parte de la Organización Montoneros y de sus agrupaciones de superficie, pero también a todos los compañeros peronistas y patriotas que cumplen funciones en el Gobierno de la Provincia.
La militancia dentro del Movimiento Nacional, la militancia dentro del Movimiento Peronista, nunca fue un lugar para cobardes o trepadores. La militancia –al menos como la concibió la «juventud maravillosa»– siempre fue un lugar de decisiones de bravura, sencillas pero difíciles. En cada una de ellas, a cada minuto, nos iba la vida, la propia y, a veces, la de otros compañeros. Los grises, en todo caso, tenían que ver con la amplitud de nuestras concepciones acerca de una construcción política frentista y nacional, nunca jamás con la militancia como modo de vida. La conducta militante siempre es blanca o negra, cara o cruz. Comprometida y abnegada, ausente de todo interés personal. O no es militancia.
Siempre concebimos también que el Estado, el cargo público, era una forma de militancia. Nunca fuimos trotzkistas, basistas o alternativistas. Fuimos movimientistas, y eso nos puso a resguardo de cualquier tentación de aprovechamiento del poder en beneficio personal.
Hoy, ante las manifestaciones abundantes, precisas y concordantes, gráficas y audiovisuales, de la existencia de una Base de EEUU en la ciudad de Resistencia, enmascarada como «Centro de Emergencias», patrocinada por el Comando Sur del Ejército Noreamericano, con la connivencia del gobernador Capitanich y sus adláteres, aquella vieja conducta militante, que es nuestro mayor orgullo, nuestro único patrimonio, adquiere la vigencia y la fuerza de un valor moral que tendría que servirnos de referente.
Sinceramente, con la mano en el corazón, parado cada uno frente al espejo de su propio pasado militante, ¿se puede creer seriamente que la Base instalada en el Aeropuerto de Resistencia, cuya existencia ha sido aceptada por el gobierno provincial, es un sitio de bonanza, desde la cual saldrá «ayuda humanitaria» para la lucha contra emergencias en la provincia y la región?
¿El país menos «humanitario» del mundo, el que masacra poblaciones enteras en Irak, Afganistán o Libia, por nombrar las más recientes, puede estar dispuesto a prestar una ayuda que no necesitamos?
¿Alguien puede creer, con honestidad, que esa base es inocua, inocente, que no tendrá consecuencias graves para nuestra soberanía, nuestros recursos naturales y la seguridad de nuestra comunidad?
En serio, ¿algún compañero puede darse el lujo de pensar, tan siquiera por un momento, que quien prestó un apoyo esencial a Gran Bretaña en la Guerra de Malvinas, cuando los ingleses nuevamente despliegan su soberbia armada, hoy ha decidido darnos una mano desinteresada?
¿Alguien ignora quien es el General Passmore, asesor de inteligencia en Irak, expulsado por espionaje de Venezuela y detenido recientemente en Ezeiza cuando ingresaba de contrabando cargamento «sensible»? ¿No es esto contradictorio con la Unasur, de la que Néstor Kirchner fuera Secretario General? ¿Es también mentira lo que dijo Capitanich en setiembre pasado, ante legisladores norteamericanos, de que «estaba dispuesto a luchar por una nueva Unión Americana, por la reformulación de la alianza estratégica con EEUU», cuando fue Néstor Kirchner el factotum de la caída del ALCA en la Conferencia de Mar del Plata? ¿Es todo mentira, es una nueva operación de prensa de los medios opositores, que esta vez, no por casualidad, han mantenido el más absoluto silencio acerca del tema? ¿Alguien puede creer en la palabra de agentes del Banco Mundial cuyo mérito más grande fue restablecer el sistema financiero luego del despojo de 2001?
Amo al Chaco y a su gente, amo la tierra en la que transcurrieron los mejores momentos de mi vida, aquellos de la militancia en los 70. Sigo creyendo en mis compañeros y amigos, y por eso, con todo respeto, me permito invitar, convocar, rogar a los compañeros que cumplen funciones en el gobierno provincial para que presenten su renuncia colectiva y pública, con una clara fundamentación patriótica y soberana. Sería un hecho de enorme trascendencia política, cargado de simbología nacional, pletóric del heroísmo que supimos sustentar, un ejemplo de voluntad y decisión. Un hecho de esos que la Argentina reclama para volver a ser grande. Dijo Evita, «renuncio a los honores pero no a la lucha». Es un deber de militante, es un deber de peronista, es un deber de patriota. Es una exigencia de la conciencia.
Ya no soy «comandante» de nadie, ya no soy «referente» de nada. Cada uno sabrá lo que tiene que hacer. Será dueño de hacerlo y cargará con las responsabilidades de la decisión que tome, irse o quedarse. Difícil pero sencillo. Se le puede mentir a cualquiera, menos a uno mismo. Como decía al principio, la militancia es un lugar de decisiones duras.
Sin embargo, el que quiera comer pescado podrido está en su derecho de comprarlo. Pero a sabiendas de que está podrido, sin excusas, sin pretender que está bueno De ahí en más, quienes opten por ello, cállense la boca, no hablen más de «derechos humanos», no hablen más de la Patria ni de liberación ni de revolución. No hablen más de soberanía o de excluidos, palabras que han venido vaciando de todo contenido. Por sobre todas las cosas, absténganse de nombrar a los desaparecidos y a los muertos, a los compañeros que ostentan la gloria del martirio, no los mencionen porque mancillan su nombre, porque nunca tuvieron, ni tienen, ni tendrán nada que ver con ellos.
Aunque debamos ofrecer otro holocausto, el pueblo argentino con su tradición de lucha y su vocación soberana indomable, se las arreglará para voltear la Base de EEUU en Resistencia, para pisar el «huevo de la serpiente». Al fin y al cabo, los traidores nos han curtido. Y un traidor no tiene historia, no tiene pasado ni futuro: sólo tiene su presente y los 30 denarios que recibe.
Un abrazo fraterno a todos los compañeros.
PERON O MUERTE! VIVA LA PATRIA!
(*) DNI 6.256.555