FICCIÓN MA NON TROPPO. Upton Sinclair y López Rega en una novela en ciernes

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Ayer destacamos la figura del gran periodista y escritor estadounidense Upton Sinclair, ninguneado por el Poder. Como prueba irrefutable de que todo tiene que ver con todo, Teodoro Boot me hizo notar que Sinclair aparece en una novela que está escribiendo, que aborda el el frustrado retorno al país de Perón en 1964 y que lleva como título provisorio Si la casualidad lo permite. Me veo obligado a aclararle a les lectores distraides que el “Daniel” que aquí aparece es nada menos que José López Rega un año antes de que el mayor Bernardo Alberte se lo presentara a Isabel Perón, de visita en Buenos Aires, abriendo así inadvertidamente una caja de Pandora de la que saldría, ominosa, la mayor mácula –bien que junto al menemismo– del movimiento nacional: las escuadras asesinas de la Triple A cuyo numen en las sombras era el “brujo” López Rega (hoy leí una entrevista hecha por un servicial periodista a la segunda esposa y viuda de López Rega que dijo que “cuando Perón estornudaba, él aplaudía” ). Simla casualidad lo permite, adelanta Boot  “trata del modo en que para impedirlo, fuerzas oscuras interfieren en el operativo retorno de 1964, dan un golpe de estado contra Joao Goulart y hasta terminan asesinando a Julio María Sosa Venturini, enlace entre Juan Perón y Flor de Loto en el Lago de Glicinas, agente secreta de ‘Sol Rojo en Medio de Nuestros Corazones’, vulgarmente conocido como Mao Zedong”. Los dejo con el autor:

Telépatas y psicópatas

 

Para el sabio Frederick William Henry Myers (foto), creador y alma mater de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas, la telepatía era una de las múltiples técnicas electromagnéticas aptas para la trasmisión del pensamiento, equiparable en importancia al telégrafo, el teléfono y, ya más modernamente, el teletipo, la televisión y otros deslumbrantes artilugios de telecomunicación.

El sabio Frederick William Henry Myers y Daniel hacían mucho hincapié en diferenciar al telégrafo, el teléfono, la telepatía y la televisión de la falsa “lectura del pensamiento”.

Pero Frederick William Henry Myers, fallecido en Roma un 17 de enero de 1901, jamás llegaría a estar al tanto de la trascendente investigación del afamado escritor Upton Sinclair, publicada en 1930 con prólogo del sabio Albert Einstein bajo el título Radio mental, qué es y cómo actúa, en la que el autor describe la capacidad de su segunda esposa para leerle la mente, aun a varios kilómetros de distancia.

Las habilidades de Mary Craig Sinclair, de soltera Kimbrough, no se detenían ahí: Mary Craig podía conocer los pensamientos de Sinclair aun antes de que se produjesen, lo que sumió al laureado escritor en un persistente desasosiego que se prolongó sin interrupciones hasta que el 26 de abril de 1961, en la localidad de Monrovia, estado de California, Mary decidió dar un final paso al costado rumbo al más allá.

Al momento en que Mary Craig Sinclair, de soltera Kimbrough, se dirigía hacia el más allá, Monrovia tenía 19.613 habitantes.

La muerte de Mary Craig no pareció llevar tranquilidad al atribulado Upton Sinclair, quien sí había llegado a leer los dos volúmenes de la obra de Frederick William Henry Myers La personalidad humana y su supervivencia tras la muerte del cuerpo, sugestivamente publicada en 1903, dos años después de la desaparición física del sabio británico.

En conocimiento de que los investigadores más serios descartaban que el proceso de interpretar las ondas cerebrales y enviar mensajes textuales de manera inalámbrica pudiera llevarse a cabo de cerebro a cerebro sin mediación tecnológica, Daniel había decidido reforzar su poder mental mediante ocho varillas de aluminio y su mantra personal, dos recursos tecnológicos tan buenos como cualquier otro.

Se objetará que ocho varillas de aluminio no parecen gran cosa, pero al ser dispuestas en forma de pirámide conforman un espacio inmaterial amplificador de las emanaciones eléctricas del cerebro.

Eso sí: las emanaciones eléctricas del cerebro se verían siempre potenciadas mediante el mantra de un iniciado.

Un mantra es la reiteración incesante de un sonido, simple o complejo, del que surge una resonancia que corresponde a un aspecto de la iluminación espiritual. No es necesariamente secreto, pero debe revelarse con la debida discreción. Y para que haga verdadero efecto, resulta preciso que sea autorizado por un maestro.

La mayoría de los maestros son seres de limitada imaginación. Tal vez por eso uno de los mantras más populares sea:

hare krisna, hare krisna,

krisná krisná, hare hare,

hare rama, hare rama

rama rama, hare hare.

Repetido en forma incesante suena:

aaasssjjjjjjjjkkkkkaaaaajjjjjjjjjjjee

kkksssjjjjjjjjkkkkkjjjjjjjjjjjeeeee

reee

Daniel se había remontado a tan elevadas alturas espirituales que su mantra personal era:

¡Humanidad! ¿cuándo despertarás de tu letargo?

Repetido en forma incesante dentro de la pirámide de ocho varillas de aluminio, sonaba

Hummmmmmmm¿cccccddsttttgggggggg?

El mantra personal de la actriz Ava Gardner era:

Perón cabrón

Repetido en forma incesante desde el balcón del pent house del número 11 de la avenida Doctor Arce, en el elegante barrio madrileño del Viso, sonaba:

Perón cabrón

Perón cabrón

Perón cabrón

Perón cabrón

etcétera.

Vistas las cosas a la distancia que otorga el paso del tiempo y ya en conocimiento de los múltiples detalles que rodearon los duros momentos iniciales de la existencia madrileña del General, es comprensible que los impulsos eléctricos del cerebro de Daniel no consiguieran romper la dura coraza defensiva con la que el exiliado había decidido recubrir la intimidad de sus pensamientos y sentimientos. Pero yo entonces no lo sabía, de ahí que, por más pedestre que fuera, resultara igualmente atendible mi propuesta de probar suerte con un teléfono.

Fue el principio del fin de mis buenas relaciones con Daniel, ya que coincidió con una sugerencia en igual sentido formulada por una amiga de Esteban, sereno de la casa que la logia ocupaba en Villa Urquiza.


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3 comentarios

  1. Después de que ha quedado claro la alta falacía de nuestra y casi toda la prensa y la injerencia ponzoñosa de servicios variopintos, tengo mis serias dudas en cuanto a la tan mentada capacidad organizativa y operativa (chequear todas las acciones de la llamada 3a)
    quienes operaron el rodrigazo y a la junta genocida
    llamar brujo y demas cuestiones al secretario de perón ensucia a perón, si no me equivoco y algo no cierra por ahí, visto con ojos de hoy, el viejo no era tan viejo, su posible error fue creer que la milicia imperante sería la base de su sueño de la patria grande, su viaje a Paraguay navegando por el Paraná, no recuerdo si de ida, pero si de regreso, fue una de las causas de su decaimiento, enfermedad y muerte

  2. copio mi comentario corregido, creo que se entiende mejor
    Después de que ha quedado claro la alta falacía de nuestra y casi toda la prensa y la injerencia ponzoñosa de servicios variopintos, tengo mis serias dudas en cuanto a la tan mentada capacidad organizativa y operativa (chequear todas las acciones de la llamada 3a) del sr López, además hay q ver quienes operaron el fatídico rodrigazo y a la q seria la junta genocida.
    llamar brujo y demás cuestiones al secretario de Perón ensucia mucho justamente a Perón, si no me equivoco, y algo no cierra por ahí.
    visto con ojos de hoy, el viejo no era tan viejo, pero su posible error fue creer que la milicia sudamericana imperante sería la base de su sueño de la patria grande, lamentablemente su viaje a Paraguay navegando por el Paraná, no recuerdo si de ida, pero si de regreso, fue una de las causas de su decaimiento, enfermedad y muerte.

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