Por Pablo Llonto
Publicado en www.hipercrítico.com
Y POR QUÉ NO CONTRATAN A AVILA?
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Para pellizcarse
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Por Pablo Llonto. Las noticias (fueron dos) pueden estimular un buen título para la revista Barcelona. Se trata de los pases de Tití Fernández y Marcelo Benedetto a las transmisiones de TV del fútbol que se emite gratis. El acto, aún no contemplado en el Código Penal argentino, invita a reflexionar sobre el nivel de pelotudez que admitimos los argentinos, pero también despierta la ira de unos pocos periodistas que no están dispuestos a chuparse el dedo como la gran mayoría.
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Cuando el gobierno decidió ofertar un grosso aporte para romper años de monopolio y explotación de Clarín advertimos que el Caballo no era de Troya; sencillamente al caballo se le veía el rostro de Grondona y sus mafiosos colaboradores. Ingresaría dinero fuerte para los clubes y había que colocar el ojo en las cuentas de esos clubes. Con semejante plata, en poco tiempo las instituciones argentinas deberían ordenar sus cuentas y aumentar los beneficios para la sociedad.
Luego nos enteramos del desembarco de la máxima expresión menemista deportiva de la pizza y el champagne, Marcelo Araujo, hombre señalado por algunos medios como beneficiario de un contrato por 150.000 pesos por mes para trabajar de «el peor relator del mundo».
Después vinieron los rumores de un acuerdo con Torneos y Competencias para que la pareja Tití-Benedetto aumentaran el gasto público en un despilfarro de maní que ya no tiene nombre. Todo ello, por supuesto, no se habría logrado si no existían coqueteos bajo la mesa entre el Capo de la AFA, Julio Grondona y uno de los gerentes de Torneos, Alejandro Burzaco. Grondona pidió por Araujo, luego por Benedetto, luego por Fernández…
Más tarde el inquietante tintineo de una convocatoria a pasantes de la floreciente y ultraprivada escuela de periodismo deportivo que con pompa se llama Escuela Superior de Ciencias Deportivas, cuyos dueños son los «científicos argentinos» Marcelo Araujo y Fernando Niembro, a quien Diego Bonadeo bautizara alguna vez como el «anunciador de indultos».
El preocupante rumbo que toman las relaciones entre la AFA, la TV pública, los restos de Torneos y Competencias, y el periodismo chupamedias del grondonismo ya es alarmante. Librarse de Magnetto, de Clarín, de la esclavitud que generaban Cablevisión-Multicanal-canal 13-Fútbol de Primera representó una batalla ganada.
Pero que se dejen de joder, porque no se hizo todo esto para que un buen día aparezca Carlos Ávila en nuestras pantallas de Canal 7 diciendo que ésta fue una de sus ideas.