FÚTBOL Y POLÍTICA. Boca en la senda del Real Madrid en tiempos de Franco. Para Infobae fue «el robo del siglo»

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​Lo último que hubiera esperado de Alberto Ferrari (canaya de toda la vida) es que revistara en las filas tinellianas. Ahora, fuera de joda, lo de ayer fue una muestra de justicia angeliciana (por el hincha de Huracán Angelici, socio del boquense) una pequema muestra de «la justicia» que nos espera si accede a la Presidencia quien prometió acabar con «el curro de los derechos humanos».

Con Macri Presidente y la mafia Segura-Angelici en la AF Boca será como el Real Madrid en tiempos de Franco: el equipo del régimen. En Córdoba ya vimos un adelanto de como la AFA le pagó el vital apoyo dado para la releección de Segura. ​AF​

 

Ferrari no exagera, fíjense como reflejó lo que sucedió anoche Infobae, el medio más macrista que imaginarse pueda de cara al balotaje:

Una vergüenza: Boca le ganó a Rosario Central por dos goles ilícitos y dio una nueva vuelta

 

En un ‘Kempes’ repleto, se vivió un partidazo tan vibrante como caliente Allí, el «Xeneize» le ganó 2-0 al «Canalla» tras el penal que anotó Lodeiro (Ceballos cobró adentro una falta a Peruzzi que fue un metro afuera del área) y el gol en offside de Chávez. Los de Rosario fueron superiores al campeón, con un Larrondo que enloqueció al fondo rival. Además, le anularon un gol a Ruben (Coudet vio la roja porque se le salió la cadena) y echaron a Pinola. REVIVÍ LOS GOLES

La Copa Argentina entregaba una Final verdaderamente apasionante, ya que se medían los dos equipos que mejor habían hecho las cosas a lo largo de 2015: Boca, recientemente consagrado en el torneo local, se medía ante un Rosario Central que había resultado la revelación del certamen doméstico. Y el marco estuvo realmente acorde a la ocasión, ya que ambas parcialidades colmaron el Mario Alberto Kempes y le dieron vida a un folclore increíble, el cual estuvo acompañado por un gran preparativo con fuegos artificiales y luces de colores por doquier.

Y los protagonistas no defraudaron en el inicio de las acciones. Mientras el Xeneize fue quien pareció salir con mayor decisión y a llevarse por delante a su rival, el Canalla logró acomodarse rápidamente y equilibrar el juego en cuestión de pocos minutos. Pero no sólo lo emparejó, sino que el conjunto rosarino poco a poco fue incomodando de sobremanera al reciente campeón y lo enloquecía constantemente con la velocidad de Larrondo.

A tal punto había dado vuelta la historia el elenco dirigido por Eduardo Coudet, que Boca había desaparecido prácticamente de la cancha y casi recibía un inesperado cachetazo. Fue pasada la media hora de juego cuando Marco Ruben logró saltar más alto que todos y conectó un testazo que terminó con la redonda en el fondo del arco de un atónito Agustín Orion. Sin embargo, mientras el goleador desbordaba de alegría, el línea levantó su bandera y Ceballos le anuló el gol a Central. Esto desató la locura de un Chacho que vio la roja luego de descargarse a puro insulto contra el árbitro.

Si bien la etapa inicial había dejado un sinsabor por lo caliente que fueron los minutos finales, también había dejado promesa de mucho más. Y así fue como comenzó el complemento, aunque fue cuestión de minutos para que todo se desvirtuara. Es que antes de los diez minutos, el árbitro volvió a quedar en el centro de la escena por un fallo verdaderamente alarmante: cobró penal por una falta a Peruzzi que fue casi un metro afuera del área. En vano fueron las justas protestas del Canalla porque el juez no dio marcha atrás y Nicolás Lodeiro cambió la pena máxima por gol.

Y los rosarinos buscaron no darse por vencidos. Pese a la injusticia no dejaron ni un minuto de buscar el arco de enfrente y hacer circular la redonda, aunque los minutos iban corriendo y la fortuna parecía no estar de su lado. Para colmo, nuevamente la polémica se hizo presente y la Final terminó de convertirse en un verdadero bochorno: Andrés Chávez cerró el partido a poco del final con un gol fuera de juego. ¿Algo más? Sí, Pinola vería la tarjeta roja a segundos de la culminación del juego.

Con semejante papelón se cerró un partido por demás polémico que lo tuvo a Boca consiguiendo su segundo título en apenas tres días y a un Rosario Central cayendo con la frente más que en alto, pero con la indignación de sentirse estafados.

​ ​Lodeiro, de penal, anotó ante Central en Córdoba


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2 comentarios

  1. Uno: No fue penal. Punto.

    Dos: Pinola fue bien echado. Quizá hubo otros que merecieron la roja. De los dos.

    Tres: Central jugó mejor y atacó más, aunque Boca se defendió entre bastante y muy bien. ¿Quién merecía ganar? Malas noticias: nadie gana porque se merezca ganar, así que la pregunta no tiene sentido.

    Cuatro: Si el gol de Ruben no fue en offside, el de Chávez tampoco. Los dos fueron offside por un pelito; los dos eran prácticamente imposibles de ver.

    Cinco: El juez de línea y el árbitro cobraron lo que vieron, y lo que vieron fue muy poco. No hay razón para enojarse por los offsides. Sí por el penal, que deberían haber visto que fue afuera del área.

    Seis: Es ridículo que diez millones de tipos hayan visto que no fue penal ocho veces en tres minutos, y el árbitro no pudiera ver de nuevo nada. Y que tuviera que tomar la decisión con lo que vio en media décima de segundo; si justo en ese momento pestañeó, igual tiene que decidir con eso que pasó mientras tuvo los ojos cerrados.

    Siete: Creo que ya es tiempo de hacer como los árbitros de rugby, al menos en los goles efectivamente convertidos: parar la pelota, pedir al cuarto árbitro que mire la repetición y decida. ¿Se para el partido? ¿Se crean expectativas durante medio minuto? Sí, pero lo que hay es peor.

    Ocho: Es decir: no creo que haya sido robo. Sí hubo errores graves, que perjudicaron en conjunto a Central, y que se podrían haber evitado.

    Nueve: Pésimo lo de los relatores y comentaristas de la TV Pública. Tomaron abiertamente partido por uno de los equipos y azuzaron al público sin parar contra la forma en que jugó Boca y contra el árbitro. Podés criticar los errores, pero no podés devaluar al árbitro (lo llamó «Ceballitos») y presuponer, cada vez que cobra, que el tipo se está equivocando de nuevo. Pésimo.

    Diez: Ojo. Macri y Angelici son de Boca, pero la mayoría de los hinchas de Boca van a votar a Scioli. No confundamos los dirigentes con los hinchas.

    Marcelo, el gaucho

  2. Buenas noches.

    Marcelo: coincido mayormente en tu detallado análisis, pero de ahí a pensar que el árbitro cobró el penal porqué lo vió… Te pido disculpas, pero no soy tan naif ¡Estaba al lado de la jugada!

    Pájaro Rojo: Notas como estas (teniendo en cuenta la cantidad de títulos ganados por riber durante la década del noventa y las bombeadas que ha sufrido Boca -por lo menos en los clásicos- en los últimos años)
    están más cerca de lograr que un hincha de Boca indeciso vote a Macri que de otra cosa…

    Saludos.

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