GOOBAR: “Es imperioso suspender la salida del antígeno de la vacuna AstraZeneca producido en el país”

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Un corrido mexicano

POR WALTER GOOBAR
Los corridos mexicanos son historias cantadas que ensalzan la vida y las acciones de bandoleros mexicanos. Uno de sus subgéneros son los “narcocorridos” que glorifican las hazañas de los líderes de los carteles a tal punto que cada uno tiene su propio grupo musical como parte de su arsenal. Pareciera que ahora, la imaginería popular esta a punto de producir el “vacunocorrido” o el  “pandemiocorrido” para convertir en simpáticos héroes populares a personas inescrupulosas que lucran con la vida y la muerte de la gente.
Desde el 18 de enero, fecha en que partió de Ezeiza el primer cargamento de materia prima para producir seis millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca que debía ser fraccionada en el laboratorio mexicano Liomont, contratado por el magnate Carlos Slim, un grupo de mariachis ha estado recitando historias acerca de que el retraso en el proyecto se debía a que el malévolo Tío Sam no entregaba frasquitos para envasar las vacunas. Todo dicho verbalmente, nunca por escrito, mientras los mariachis seguían desgranando sus historias y la gente seguía y sigue infectándose y muriendo por la falta de vacunas.
Convengamos que, además de vacunas, AstraZeneca tiene talento musical: cuando encontraron 29 millones de dosis de vacunas en Italia, entonó una tarantela que nadie entendió pero sirvió para disimular dos palabras “contrabando” y “mercado negro” porque ninguna rimaba con “AstraZeneca” y menos aún con “Oxford”.
¿Cómo olvidar al gran payador argentino Hugo Sigman que, parafraseando a Atahualpa Yupanqui, justifica haber desviado 12,8 millones de vacunas a Ohio, EEUU, con el verso “las penas son de nosotros, las vacunas son ajenas”.
Ya sea en China, México o Argentina, las mentiras tienen patas cortas: mientras los músicos de Slim y Sigman siguen cantando serenatas sobre la falta de frasquitos, otro laboratorio mexicano  -competidor de Slim- anunció esta semana que consiguió envasar en México un millón de dosis de la vacuna Cansino.
La salud pública es algo demasiado serio para dejarla en manos de la industria farmacéutica o de empresarios inescrupulosos que se creen dueños de la vida y de la muerte de millones de personas.
Es imperioso suspender la salida del país del antígeno producido en el laboratorio de Sigman en Garín hasta que AstraZeneca regularice la provisión de vacunas al país y Sigman rinda cuentas de los desvíos a Estados Unidos. Más urgente es comenzar a fraccionar  envasar y vacunar en Argentina.

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