GRAN CUÑADO. El arquitecto Rossi: testaferro de Menem, socio de Al Kassar y cuñado de Macri
No sólo eso: el cuñadísimo Alberto Artemio Rossi también fue íntimo de Alito Tfeli, el recientemente fallecido médico de Menem involucrado en la voladura de la AMIA. Y, además Al Kassar es primo hermano de su esposa… y él es íntimo de Barrionuevo.¡Cartón lleno! Foto de arriba: la imagen juvenil y un tanto desquiciada que Rossi presenta en Linkedin; Foto de abajo: cuando Jorge Urien Berri lo entrevistó para La Nación en octubre de 2001, Rossi se tapó la cara. JS
ANTICIPO DE “NARCOS, BANQUEROS & CRIMINALES» cuya 3ª edición, actualizada con «Panama Papers y atentados de Buenos Aires», acaba de aparecer:
Fue en 2011 cuando Cynthia Ottaviano, futura Defensora del Público (de su manipulación por los medios) publicó una nota sobre el veraneo de Mauricio Macri y su tercera esposa, Juliana Awada, en la hermosa villa patagónica de La Angostura, dónde el actual Presidente festejó su 52º cumpleaños. A la periodista le llamó la atención que la pareja se hubiera alojado en la casa de la familia Melhem, algunos de cuyos miembros habían sido denunciados «junto a Ernestina (Herrera) de Noble y Héctor Magnetto por sacar millones de dólares del país con ayuda del JP Morgan», es decir, del actual ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay.[1]
Lo más interesante, con todo, destacaba la periodista, era que allí, en el sur de la provincia de Neuquén, Macri hubiera convivido con el arquitecto Artemio Alberto Rossi, «de estrechos vínculos» con Menem y cuya «temeraria relación» con Monzer Al Kassar había sido puesta en evidencia casi una década antes por Telenoche Investiga.
Hasta entonces de modestísimos recursos, a comienzos de los ’90 Rossi había comprado una fastuosa residencia en el Tortugas Country Club valuada en dos millones de dólares, lo que había justificado diciendo que era producto de su dedicación al cultivo y exportación de orquídeas. Entre las obras que Rossi planiificó y ejecutó seguidamente en nombre del presidente Menem estuvieron las refacciones hechas en la residencia presidencial de Olivos, y dos fastuosas construcciones en Anillaco, el pueblo natal del primer mandatario: “La Rosadita”, una mansión que puso a su propio nombre, y una pista de aterrizaje de dimensiones internacionales que supuestamente serviría para inundar de aceitunas riojanas el planeta.
Cuando Menem fue preso por la causa Armas, el juez Jorge Urso pidió la captura de Rossi, que se profugó durante dos semanas y luego se presentó ante el magistrado, quien lo dejó en libertad ambulatoria… a diferencia de lo que hizo con Ángel «Papito» Ramini, que se quejó amargamente por eso.
Entrevistado por Jorge Urien Berri[2], Rossi admitió conocer a al Kassar. Dijo que se lo había presentado Antonio Aguirre y no recordar si había sido socio de IWG (International Waste Group-IWG, una transnacional con sede en Roma). «Antonio conocía al secretario chileno de Al Kassar (Felipe Moreno), que había vivido en la Argentina y le pidió que Monzer lo recibiera en Marbella”. Dicho de otro modo: Rossi sabía que Aguirre buscaba dinero y que se lo pedía a Al Kassar. También admitió que él, junto a Ramini y Aguirre, pretendían enterrar residuos tóxicos como el PCB, altamente cancerígenos, en tierras argentinas.[3]
Después de que los tres mosqueteros fueran sobreseídos en la causa Armas, Aguirre inició una demanda por daños y perjuicios contra Telenoche Investiga, pero la Cámara Civil concluyó que se había tratado “de una investigación seria que enaltece la profesión de los periodistas».
Genealogías y siniestros
Suele afirmarse que Juliana Awada y Mauricio Macri se conocieron ya adultos en un gimnasio, pero no es verdad. Se conocen prácticamente desde siempre, ya que a mediados de la dictadura ella era una niña que correteaba entre las piernas de su actual marido tanto en la quinta Los Abrojos (donde habrían de anunciar su compromiso y donde siguen prefiriendo pasar sus horas de ocio mientras Juliana encara todo tipo de refacciones y arreglos en la residencia de Olivos) como en el adyacente Club Los Cedros, fundado por los libaneses maronitas (como Simón Bestani, dueño de las conservas Inca) pero que luego aceptó socios musulmanes como su padre Abraham Awada, nacido en Baalbeck, la capital del fértil valle de la Bekaa.
Situados en la Villa de Mayo, cerca de Los Polvorines, entre ambos predios no hay mayor separación y se puede ir caminando de uno a otro como quien pasa de la cocina al living, lo que facilitó que Franco Macri y Abraham Awada hicieran amistad. Awada se había hecho amigo de Carlos Menem en los ’70 y Menem solía jugar al golf con él en el club (posiblemente también lo haya hecho con ellos Franco Macri) pero curiosamente tanto él como su esposa, Elsa Esther Baker, más conocida como “Pomi”, negaban conocerlo.[4]
De acuerdo a la historia oficial, la riqueza familiar de los Awada se debe a los afanes de la matriarca, que desde una pequeña tienda habría logrado hacer crecer una empresa textil familiar con la marca Awada[5]. Pero, más allá que es obvio que la mayor parte de la fortuna de los Macri proviene de la obras públicas hechas en sociedad entre Franco Macri y la dictadura cívico-militar, mucho más exitosa habría de resultar otra empresa textil, capitaneada por su hijo Daniel Awada, de 60 años, y dedicada a la ropa infantil. Cheeky fue un gran éxito, a costa de ser denunciada reiteradamente por comercializar prendas confeccionadas por operarios esclavizados, en su mayoría bolivianos. Según datos oficiales, Cheeky tuvo un crecimiento vertiginoso, con una facturación de 1685 millones de pesos en 2015.[6]
Usurpaciones
Volvamos a la contigüidad de la quinta de los Macri y el Club Los Cedros. Lo más notable –sobre todo tratándose de personas que se la pasan hablando de su rechazo a la usurpación de espacios públicos por personas en situación de calle, manifestantes y manteros–, es que según todos los mapas, incluso los oficiales del municipio de Malvinas Argentinas, ambos predios son cruzados verticalmente por la calle César Bacle. La misma que hasta fines de los años ‘70 cruzaba la Ruta 8 (llamada a esa altura avenida John F. Kennedy) y se internaba en la guarnición Campo de Mayo. Pero entonces, en una acción simultánea y coordinada, Franco Macri y el Ejército tapiaron esa calle, tanto al ingreso a la guarnición como a Los Abrojos, con el resultado de que tanto los Macri como el club se adueñaron de la traza, que hoy no es ya discernible en la quinta del actual Presidente, y los es apenas un poco en el club, como un sendero que lleva a la salida, sobre la ruta.[7]
Pues bien: el arquitecto Rossi, testaferro de Menem y socio de Al Kassar, está casado con (Claudia) Zoraida Awada, de 57 años, la hermana mayor de Juliana, con la que tiene cinco hijos. Es decir: Rossi es cuñado de Macri. El padre de Zoraida y de Juliana (y también de otros tres hijos, entre ellos el enjundioso actor Alejandro Awada, la oveja negra –o blanca, según prefiere el autor– de la familia) ya se dijo, era Abraham, que murió en 2012, a los 90 años. También se dijo que sobrino suyo era Alejandro «Alito» Tfeli Awada, a su vez primo hermano de Juliana y sus hermanos. Tfeli fue el médico personal del presidente Menem, luego de que se lo recomendara Abraham Awada. Ambos, el patriarca y su sobrino Alito, eran allegados a Al Kassar, y Tfeli era primo de un socio histórico de Al Kassar, Sobhi Tufaili, antiguo señor feudal de Baalbeck, de dónde es oriunda la familia Awada. Tufaili fue el jefe máximo de Hezbolá desde su crecíón, en 1982, hasta 1987. Once años más tarde, a comienzos de 1998 Hezbolá y el Ejército regular libanés lo desalojaron a cañonazos de Baalbeck, obligándolo a refugiarse en las montañas.
Si bien confusamente, Sohbi Tufaili fue considerado inicialmente nada menos que el cerebro y organizador del ataque a la AMIA por los servicios de inteligencia de los Estados Unidos.[8]
Hace años, en diálogo con el autor, Zulema Yoma manifestó detestar tanto a Daniel Awada como a Tfeli. Del primero dijo que estaba involucrado en el tráfico de armas y que lo creía “capaz de todo” (a pesar de lo cual, es preciso señalar, no dio ningún fundamento de sus acusaciones) y acusó al segundo de haber manipulado el cadáver de su hijo (algo de lo que, de acuerdo a los videos forenses que Zulema echibió, no cabe duda que se hizo) para acelerar su descomposición, de manera de borrar las huellas de lo que –sostuvo–, había sido un asesinato con arma de fuego.
Si Rossi estuvo involucrado en el contrabando de armas hacia Croacia y Bosnia, Tfeli lo estuvo claramente en el atentado a la AMIA, tal como el autor denunció ante el juez Galeano en 1998, hace ya 18 años, en un extenso escrito titulado El Dr. T’ y la bomba (entonces no sabía que no había sido una sino dos).[9]
«… la genealogía que los negocios familiares y el viento del destino amontonan, revelan que a Mauricio Macri, la esperanza electoral de la derecha argentina, ya le queda poco de aquella nueva política que prometía: Menem, Al Kassar y el lavado de dinero serán cualquier cosa, menos el futuro», concluyó Ottaviano.
Y es que el menemismo –aquella continuación farsesca de la dictadura exterminadora– parecía un pasado pisado, inerme, muerto. Pero aconteció un siniestro inesperado. Tal como describió Freud, siniestro es lo inanimado que cobra vida. La resurrección vestida de “revolución de la alegría” y globos de colores, la restauración de la Argentina previa al 2001, se coló por una hendija, sorprendiendo a propios y extraños, acaso porque no se extrajeron las lecciones de un pasado al que se quiere enterrar dejando sus crímenes inesclarecidos e impunes para siempre.
NOTAS
[1] «Macri se alojó en la mansión de un amigo investigado por lavado» en Tiempo Argentino del 27.02.11 (http://tiempoargentino.com/nota/32884/macri-se-alojo-en-la-mansion-de-un-amigo-investigado-por-lavado)
[2] «Habla el arquitecto de Menem. Prófugo durante dos semanas», La Nación, 28.10.01
http://www.lanacion.com.ar/346644-habla-el-arquitecto-de-menem
[3] “Nosotros somos unos vivos bárbaros”, por Eduardo Tagliaferro en Página/12 del 01.10.01. http://www.pagina12.com.ar/2001/01-10/01-10-11/PAG03.HTM
[4] “Secretos de los Awada. La increíble familia política de Macri”, nota de tapa del semanario Noticias del 27.02.16, nº 2044.
[5] Su esplendor llegó con el menemismo luego de que abriera un local en el shopping Alto Palermo en 1993.
[6] Las denuncias fueron hechas por la Fundación La Alameda, capitaneada por el legislador porteño Gustavo Vera y que goza ostensiblemente de las bendiciones y respaldo papal. Cheeky abrió su primer local en el shopping Alto Palermo en 1994 y hoy tiene 225 locales en el país y en el exterior, con unos mil empleados, y dice producir diez millones de prendas al año.
[7] «Los Macri, usurpadores: Mauricio se quedó con Casa Amarilla como su padre lo hizo con la calle que iba al aeródromo de Campo de Mayo», nota del autor publicada originalmente en la revista Caras y Caretas (http://pajarorojo.com.ar/?p=4193)
[8] Me refiero, por ejemplo, al informe presentado a la Cámara de Representantes de los Estados Unidos a fines de 1994 por la Comisión Republicana de Investigación de la misma con el título «Fuerza de Tareas sobre Terrorismo & Guerra No Convencional”. El documento (que lleva la firma del representante Yossef Bodansky y del experto Vaughn S. Forrest y cuya traducción se encuentra incorporada al expediente judicial de la causa AMIA) acusa al jeque Tufaili de ser el máximo responsable del atentado, pero escribe su apellido de modos diferentes y erróneamente lo considera iraní. También dice que vivió muchos años en Buenos Aires, lo que deja flotando la pregunta de si no habrá hecho del jeque y de su primo porteño, Alito Tfeli, una sola persona. Los párrafos más compromedores para el jeque dicen así «La planificación profesional general de la operación en Buenos Aires fue realizada por Zabhi Tusufaili o Zabih Tsafali (dependiendo de la traducción), ex militar iraní y oficial de la IRGC (las tropas iraníes destacadas en Líbano) que había vivido en Argentina durante varios años y conocía muy a fondo las condiciones locales”. Más tarde añadió que el jeque “había vivido por varios años como residente (de Hizbolá) en Argentina, pasando (luego) a desempeñarse como agregado militar iraní”, condición en la que habría “tomado parte en la planificación del ataque de 1992 a la Embajada de Israel”.
[9] “El Dr. T’ y la bomba. Como el médico de Menem, Alejandro Tfeli, está involucrado en la acción terrorista más cruenta de la historia argentina”, 73 páginas numeradas a un solo espacio presentadas en el Juzgado Federal nº 7 de la Capital Federal el 4 de junio de 1998 con la aclaración de que se trataba de “mi aporte final como investigador contratado por la propia mutual judía agredida”.
Muy bueno, lo que si seria conveniente poner el pajaro rojo en otro lugar y no sobre las letras, asi es mas facil leer.
TODO CONCUERDA MENEN= MACRI
Ustedes no tienen idea de lo que escriben, las acusaciones contra los tres mosqueteros no fueron por la causa armas, nada que ver, fueron por una investigación de telenoche investiga sobre sobre una estafa con desechos peligrosos, líquidos contaminantes de los transformadores, que los chantas estos ofrecían a los supuestos empresarios, una forma económica de hacerlos desaparecer. La frase era: decimos que los procésanos y los enterramos.
Nada que ver con la causa armas.