Por Martín García
Cumpa:
Este lunes nos reunimos para abrazarnos.
Me parece que es un día para que estemos todos juntos.
No viene nadie en especial salvo todos nosotros que ya de por sí somos un poco especiales.
Es que todos estamos tan tocados por la emoción, por el dolor, por el amor de nuestro pueblo, tan hermoso, tan maravilloso.
El peronismo es maravilloso. Una bendición decía hoy Gabriel Fernández en un mensajito telefónico.
Estamos tan angustiados de ver a esta mujer, nuestra querida compañera, la compañera de Néstor Kirchner, la presidenta de todos los argentinos.
Tan impactada, tan triste, recibiendo tanto afecto, tanto amor del pueblo.
Tan emocionada por las palabras de las personas que acudían a despedirse de su esposo, aceptando el intercambio de besos y manos y de palabras que la embargaban.
¡Que cosa nuestro pueblo!
Tan maravilloso, tan lleno de vida, de esperanzas,
Con tantas experiencias dolorosas, tantas pérdida&
Evita se fue dejándolo solo a Perón. Kirchner se fue dejándola sola a Cristina.
Sola y respaldada por sus compañeros y su pueblo.
Estuve el Miércoles mismo en Calafate, participando de la misa de las 20 hs en Santa Teresa de Jesús que había pedido la compañera Cristina Fernández. El pueblo de sus vecinos, calmo, en paz, con sus velas, sus curas jóvenes, en la calle. Sus turistas tratando de aprehender&
Después me fui a Río Gallegos. El Gabito Aguirre, compañero de Néstor Kirchner de toda la vida, representante por Santa Cruz en el Consejo Federal de Radiodifusión, estaba gaucho y desolado al frente de la cobertura para la TV pública a través de su canal, el 9.
El Jueves me fui a hacer el aguante a la Rosada. Si no fuera por Mariotto no entraba. Todavía no tengo cara de funcionario. Lo mismo me pasó después y me salvó Coscia. La tercera vez ya me mande solo.
El pueblo desfilaba incesante y así durante las 24 horas y un poquito más que duró la despedida al líder del Siglo XXI del proyecto nacional y popular.
El del campo, que conmovió a Cristina con su claridad y planteo; los de las fábricas recuperadas, las bolivianas, agradeciendo; (como para que anoten de la Embajada de España); los mozos llorando con sus moñitos negro y sus chalecos rayados, Aníbal Fernández estallando de llanto, frente a ellos; Oscar Parrilli, con estertores de llanto contenido&los pibes y sus cantos, las declaraciones de lucha, las puteadas a Cobos, las abuelas viejitas con sus palabras y el beso de Cristina.
El Viernes, un hombre decidió iniciar el himno nacional y los funcionarios, familiares y demás compañeros que venían de la cola comenzamos a cantarlo hasta el final.
Todos lo cantamos al derredor de la Presidenta.
El orden popular establece los momentos y el programa lírico.
Como aquel otro que cantó el Ave María o aquel arriero que cantó su oda a Néstor Kirchner folklóricamente.
Jorge Zuviría le hacía el aguante a su hija de 14 años y a sus amigas de esa misma edad durante más de 11 horas de cola.
Tomás, mi hijo menor, su novia y un amigo de ambos, recién pudieron despedirse de Néstor Kirchner a las 3 y media de la mañana.
Alfredo Carlino, el poeta, ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires, se paro frente a Cristina, frente a las cámaras y leyó Kirchner su poema.
Horas antes Carlino se había quebrado, luego de escribir el final, frente a Silvia, la compañera que se lo pasaba por la computadora.
Nos golpea fuertemente tu inesperada muerte, nubladora de la mañana entrando como un pañal de sombras./ Te vas, Néstor, quedándote en la raíz de nuestro canto. / Seguiremos tus fuegos que son los nuestros, la bandera de la Liberación. / Prosigamos. ¡Y adelante! Que todo vuelve a pesar de los tránsfugas y los incrédulos».
También Camilo, el mayor de mis hijos varones, se había quebrado en cámara en 6-7-8 y la mañana siguiente yo me sume a su cola de horas y entramos juntos a despedirnos de Kirchner frente a la Presidenta.
Después, en la salida, los compañeros que pasaban con sus banderas, lo alentaban y las compañeras se sacaban fotos con el, que seguía emocionado.
Es como si se hubiera muerto Perón y lo hubiera sobrevivido Evita , escribí en un artículo.
Pero el hoy no es un ayer en falsa escuadra decía Raúl Barreiros.
El hoy es el hoy. Sin embargo no podemos evitar sentir que la historia nuestra se repite, que da una nueva vuelta de tuerca sobre lo mismo.
El pueblo llora y con eso da su veredicto sobre lo que Néstor Kirchner fue para su vida.
Sobre lo que fue su política de NO A ALCA, de florecimiento de la economía, de reservas, de terminar con el remate de las hipotecas de los campos que defendían las mujeres valerosas, de DD.HH. sacando el cuadro de Videla del Circulo Militar y persiguiendo con la ley en la mano a los torturadores, secuestradores y asesinos de nuestros compañeros.
Sin un solo muerto por ningún acto ni marcha ni piquete ni escrache ni huelga durante su mandato. Ni tampoco durante la gestión de Cristina.
Todos los demás epítetos que la prensa canalla vertió sobre él, quedan en el tacho de basura.
Los compañeros, ante esto, quedaron con pocas pulgas. ¡Guay que se atrevan a cualquier iniquidad!
La ovación a Chávez, impensable en Europa; los aplausos y vítores a Evo Morales, a Lula, a Correa en la popular visualizados a través de las pantallas gigantes estremecían al caminante distraído.
Es la solidaridad suramericana al campeón de la paz entre Colombia y Venezuela, al constructor del Unasur desde aquel No al Alca del que hablabamos al principio.
¡Tenemos tantas anécdotas que contarnos!
El llanto de Rafael Folonier, su acompañante suramericano, esa mañana, minutos después; al otro lado del teléfono, la sonrisa dulce de Juan Manuel Abal Medina, al lado de Cristina, retribuyendo el amor del pueblo, en cada desfile, su otro acompañante en el Unasur.
El excelente trazado y la organización impecable de quien armó las filas para que el pueblo pudiera despedirse.
Kirchner se fue con Perón y el pueblo con Cristina dicen los pasacalles.
Un lunes para compartir, Cumpa, que sin vos no sería lo mismo.
Te esperamos hoy tipo 21hs en el Tasso, Defensa 1575, entre Caseros y Brasil. Cubierto $ 50 (Todo incluido: Entrada, plato principal, postre, café, gaseosas, agua, vino Vasco Viejo de Bodegas López y a propina incorporada)
Un abrazo emocionado
Martín García
(Cualquier cosa, chiflá)
Te dejo mi celu: (011) 156 382 5164.
PD: Rosana a ultima hora del jueves, después de llorar todo el día, quiso ir a despedirse de Néstor. Se tomó el subte que la dejo en la 9 de Julio y se vino caminando. Al final entramos juntos, y volvió a llorar emocionada. Cuando volvíamos las colas eran interminables, los chicos cantaban para que no decayera el ánimo. Ro estaba exhausta. Exhausta y emocionada, era tanta emoción, tanta congoja.
Ahora me pide que le mandes un mail diciendo cuantos van a venir -si venís- al mail de la Oesterheld aoesterheld@sinectis.com.ar (asi te acomoda mejor).
PD2: Perón y Evita. Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Esa es nuestra historia. Una historia de amor y lucha por lo mejor de nosotros mismos.
PD3: Te dejo un texto que hizo Tato Contissa para Telam en este día de lluvia, dolor y amor.
El río tiene, con ser muchos, todos los colores necesarios. Se mueve entre extrañas alegrías, pesares a la altura de los ojos, y canciones flameando de banderas. /
La muerte, en tanto, tiembla en el cajón cerrado. Sabe, porque ya ha sido mil veces derrotada, que esa multitud viene a vencerla y a quitarle esos despojos que apenas ha podido retener por unas horas./
No la consuela sentir la carne corromperse, porque esas voces le gritan al cuerpo y lo estremecen, infundiéndolo de gestos vívidos y de antiguos movimientos. Las manos hachando el aire, los ojos mirando unos metros por encima del cielo, las voces engarzadas en toda la música posible./
La muerte, esa allí apostada y toda la otra muerte que es la muerte misma, tiembla en el tremolar de esa carne vivada por las multitudes, porque la memoria de otros muertos vitoreados le advierten que está siendo acechada por la historia./
Esos que pasan a su vera, tan cerca de su ser inexorable y tan alejados -sin embargo- de su garra, se parecen absolutamente a la continuidad humana de la historia./
La historia, una jurisdicción en la que la muerte no tiene derechos y sólo se limita a ser una nota de relato y el gesto pequeño de la vuelta de página. Allí, en la historia que anda, la muerte no tiene facultades, es apenas una pobre carroñera llevándose jirones de nada a su guarida sin memoria./
El río no cesa, y hace pesar esa insistencia en la quejumbrosa osamenta de la parca. Ese muerto se prolongará en otras vidas en una sucesión que solivianta el sueño de la eternidad humana./
La trascendencia es la ensoñación de esos animales ingenuos que somos los hombres y las mujeres de la historia./
Poseedores de un carácter común y un oído especial para las causas trascendentes, ese río se llama pueblo. Hay más aguas nuevas en el curso de tanta agua, es mayoritariamente joven la Argentina del río./
Una mujer posa su mano sobre ese cauce dolorido una y otra vez. Se moja en ese amor y se unge. Se hace cargo del dolor ajeno con la sola autoridad de su dolor./
La muerte está sitiada, acorralada entre esa mujer y el río, apenas un corifeo miserable ensaya cocoritas desdeñosas desde algunas mezquinas pantallas muy alejadas de la plaza./
La muerte no consigue ayuda, ni aliados, ni custodios, ni nada. El portento del río y esa mujer son demasiado para su gris menester. Un alma más que se queda en el río, piensa, un alma más para la historia, sabe./
Se aleja a sus otros trámites caminando hacia el otro río, disimulándose entre los afligidos corazones que mojan las orillas de la plaza./
La noche llega para que sea más bella la luz reflejada en ese obstinado río de amor. Amanecerá, más seguramente que nunca./
Ahora llueve./
Llueve, llora, el cielo llueve, el pueblo llora. El que sabe llorar sabe limpiarse los ojos para ver mejor el futuro. El río ha ocupado el centro de la historia.