IRAK. Un golpe palaciego silenciado por todos
Ayer por la noche leí con retraso Clarín, La Nación, Página, Tiempo y Ámbito. Con estupor, vi que ninguno de ellos anunció con todas las letras la ejecución por parte de Estados Unidos (¿con la venia de Irán?… ya nos enteraremos) de un golpe blando, palaciego, contra el premier chiíta Al Maliki, en Irak, proponiendo su reemplazo por otro político de su mismo partido y confesión. No es que uno defienda el orden impuesto por los invasores que derrocaron a Sadam Hussein y que se traducía en la jefatura del Maliki de mentas (un sectario que jorobó tanto a las mayoría sunníes que logró que gran parte de los oficiales del ejército laico de Sadam se pasaran al faccioso Estado Islámico que persigue el establecimiento de un Califato y asesina a los chiíes por el mero hecho de serlos) pero se trata de que a las cosas hay que llamarlas por su nombre. Lo de escamotearle las cosas a los lectores en aras del «orden informativo internacional» que moldean las grandes agencias ya sucedió con el golpe que tumbó en Egipto al gobierno de los Hermanos Musulmanes, el primero votado democráticamente en ese país en toda su historia, que fue presentado poco menos que como un triunfo de la democracia en momentos en que los militares golpistas encabezados por el general Al Sisi fusilaban hermanos musulmanes de a centenares (¿No les recuerda un poco a los fusilamiento de la Libertadora en junio de 1956?). El gobierno de los Hermanos Musulmanes era el principal apoyo de Hamás en la paupérrima franja de Gaza. Una vez caído, Hamás concedió formar un gobierno de unidad con sus otrora odiados adversarios de la Autoridad Nacional Palestina (casui todos provenientes de Al Fataj) con ministros tecnócratas. Hamás aceptó, vale la pena subrayar, que ni uno solo de sus militantes formara parte del gabinete del gobierno de unidad. Fue esta actitud y la formación de ese gobierno unitario y tecnocrático las que disparararon la descarada agresión genocida del gobierno de Israel, decidida a todo con tal de no permitir la reunificación de Gaza con Cisjordania y su corolario lógico (como bien recordó nuestra Presidenta) que es que Israel debe retroceder a las fronteras de 1967, dejando a los colonos ultramontanos y a Jerusalén oriental bajo la autoridad del gobierno palestino.
Volviendo al tema del principio: el diario menos claro enb sus títulos acerca del golpe ejecutado en Irak (todavía con pronóstico incierto, ya que Al Maliki se ha resistido) resultó Clarín (a pesar de que quien lea con atención la nota de Paula Lugones pudee darse una idea), y el que dejó trasuntar algo y fue el menos malo, Ámbito Financiero.