LIBROS – Juicios a las Juntas Militares: Pablo Llonto presenta «El juicio que no se vio» en la Feria del Libro
Presentación de El juicio que no se vio.
Una mirada testimonial sobre el Juicio a las Juntas MilitaresAcompañarán al autor Jorge Watts (testigo en 1985 en el Juicio a las Juntas y sobreviviente del centro clandestino Vesubio) y Carlos Apezteguía (testigo en 1985 en el Juicio a las Juntas por el caso del Hospital Posadas como centro clandestino)
Los esperamos el viernes 8 de mayo a las 20:30 hs en la sala Alfonsina Storni del pabellón Blanco.
Desde las 19 hs, el autor firmará ejemplares en el stand de la editorial.
Ediciones Continente los invita a visitar su stand en la 41º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Los esperamos en el Stand 510 del Pabellón Azul.
El juicio que no se vio
Una mirada sobre el Juicio a las Juntas Militares El Juicio a las Juntas Militares (1985) puede leerse de dos maneras: según la historia oficial de entonces, es decir, cual si fuese la hazaña exclusiva de Alfonsín, los jueces y fiscales. O como pretende este libro, con mirada crítica y colocando el eje en los testigos y denunciantes, verdaderos hacedores de aquel histórico juzgamiento, que pudo ser mejor. El autor tuvo un doble privilegio. Concurrió a la Sala de Audiencias con la mirada del joven periodista de Clarín a quien mandaron a cubrir el Juicio, aunque le prohibieron emitir opiniones. Y también con la mirada del abogado que llevaba poco tiempo en su militancia por los derechos humanos junto a madres, padres, abuelas/os y esposos/as de desaparecidos. A 30 años del juicio que demostró que las Madres de Plaza de Mayo tenían razón y que se podía juzgar a los responsables de una dictadura, el autor prefirió no ir por el elogio fácil, y sí, en cambio, contra todo lo indeseado que ocurrió: la sanción de un decreto previo que perseguía a los militantes políticos, la claudicación que llevó a que no se transmitiera por TV, la “teoría de los dos demonios” en boca del fiscal Strassera y de los jueces, la absolución de cuatro de los nueve genocidas. Pese a las condenas, el Juicio dejó un sabor amargo. ¿Fueron aquellos los primeros pasos de una debilidad que abrió luego las puertas a la Obediencia Debida y al Punto Final? El orgullo argentino de hoy, con Juicio y Castigo a todos los culpables, debe mirar hacia atrás. Para llegar algún día a la mejor Justicia posible.