LA COYUNDA: Macri y Netanyahu anudan relaciones carnales
Me había propuesto escribir sobre las maniobras del sionismo en Argentina para salvar de una segura condena a Rubén Beraja y a sus sirvientes Galeano, Mullen y Barbaccia en el juicio por el encubrimiento de los asesinos que volaron la AMIA, pero no he tenido tiempo. Un colega y amigo me remite esta nota de José Steinsleger, un periodista argentino radicado en México desde la dictadura que se ha tomado el trabajo de recopilar algunos hechos recientes de la coyunda entre el gobierno argentino y el israelí a través de una DAIA que pretende una imposibilidad: que lo que ya fue juzgado hace una década por el TOF 3 sea revertido y se de por buena la desinvestigación amañada por el inicuo juez Galeano. Estamos en una época de grandes negocios entre funcionarios de ambos países, como lo fue la del enriquecido embajador Avirán en tiempos del menemismo.
Tiempos son los actuales en que hay que evitar vestirse de negro, ya que en cualquier momento Patricia Bullrich y otros entregados de pies y manos al sionismo y necesitados de fabricar un enemigo “terrorista” pueden acusarnos de ser del ISIS, Daesh, del Tunisia Fallaga Team o de cualquier comparsa que justifique acusar a los palestinos de Ciudad del Este y la triple frontera, de manera de justficar la instalación de una base yanqui. Tengan en cuenta que el pavote al que se le ocurrió subir una frase en árabe sobre fondo negro en una supuesta amenaza a Macri hace ya todo un mes que está preso. JS
Tel Aviv y Buenos Aires estrechan relaciones
Patricia Bullrich recibe la plaqueta que la distingue como «Amiga de Israel».
POR JOSÉ STEINSLEGER / LA JORNADA
Que una entidad representativa de un Estado ilegal sostenga que otra de pelaje similar es una amenaza para la seguridad no parece un alegato serio. Pero tal es lo denunciado por la Delegación de Asociaciones Israelitas de Argentina (DAIA), al decir que células terroristas del llamado Estado islámico (Isis o Daesh) se encontrarían en Corrientes, provincia argentina lindante con Brasil.
La denuncia de la DAIA (embajada paralela de Tel Aviv en Buenos Aires) tuvo lugar en vísperas de los Juegos Olímpicos de Brasil, y fue motivo de una larga reunión de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, con dirigentes de la entidad que preside Ariel Cohen Sabban (23/7/16).
Solícitamente, Bullrich manifestó: Hay que estar preparados siempre y para cualquier cosa, es nuestro deber. Entre otras medidas, la funcionaria de Mauricio Macri mencionó el intercambio de información permanente con otros países, la conexión a Interpol en los pasos fronterizos… y la preparación de un centro de información “…que nos permita tener una alerta temprana (sic)”.
Según la ministra, los recaudos en torno a posibles movimientos terroristas en Argentina contarían con el apoyo del Ministerio de Defensa y especialistas de inteligencia de Gendarmería, Policía Federal, Ejército y la Agencia Federal de Investigaciones (AFI). Instituciones que nutren sus ideas del diario Clarín, medio independiente que a diario licúa el seso de los argentinos.
Clarín evaluó que Argentina podría ser blanco secundario de Brasil (sic), y que el riesgo se potenciaría por tratarse del país de origen del papa Francisco (sic). Lo que “…por correlación” (sic), “…colocaría a las iglesias y parroquias argentinas como potenciales objetivos” (sic), así como la represa hidroeléctrica de Yaciretá. Por ejemplo, en el pueblo paraguayo de Ayolas (ubicado frente a la represa y donde hay una gran colectividad árabe) habría células extremistas bajo la lupa, advirtió el matutino porteño.
A su vez, la referida denuncia de la DAIA cuenta con indiscutidas pruebas, tales como el hackeo del misterioso grupo Tunisia Fallaga Team al sitio web de la municipalidad de Resistencia (capital de la provincia de Chaco, gobernada por el gobernador, ex jefe de Gabinete de Cristina Kirchner y acérrimo enemigo del Grupo Clarín, Jorge Milton Capitanich), “…justo en medio de rumores sobre posible presencia de infiltrados de Isis en Corrientes”.
El Tunisia Fallaga Team mostró una imagen cruzada por la consigna Islam is the only religion, leyenda acompañada por cuatro fotografías de supuestos conflictos bélicos en Medio Oriente, y mensajes como Stop killing Burma muslims (dejen de matar a los musulmanes de Birmania). Cosa de sumo interés para los empobrecidos habitantes del noreste argentino.
Según la DAIA, voceros de la Municipalidad de Resistencia habrían reconocido “…la fragilidad del sistema operativo del sitio oficial de la provincia”.
En ese clima, el presidente Mauricio Macri recibió a Ilán Sztulman, flamante embajador de Tel Aviv. Nacido en Brasil (Sao Paulo, 1957), Sztulman emigró a Palestina ocupada a los 18 años, dirigió una empresa que provee servicios de fotografía profesional a compañías líderes de Tel Aviv y el exterior (1990/2001), fue subdirector del Departamento de Información e Internet de la División de Comunicación del Ministerio de Relaciones Exteriores (2001/08), cónsul general en su ciudad natal (2010/13) y jefe de diplomacia pública en la embajada del enclave neocolonial en Washington.
En declaraciones a otro diario independiente, el embajador aseguró que “con Macri hay un cambio de atmósfera evidente, y hoy muchas puertas se abren. Una posibilidad que, a más de reanimar el intercambio comercial”. Sztulman celebró “…el alineamiento argentino en materia de política exterior, alejado de Irán y del eje bolivariano, los preferidos del kirchnerismo” ( La Nación, 29/8).
La gaceta de los ganaderos y financistas argentinos añade: “La sintonía entre Mauricio Macri y su par israelí, Benjamín Netanyahu, también facilita las cosas. Luego de su primer encuentro cara a cara en Jerusalén (junio 2014), el vínculo se fue afianzando… Los diálogos entre ambos son permanentes… y arriesgan que para marzo o abril Netanyahu podría estar en Buenos Aires”.
A poco de llegar, Sztulman se reunió con líderes del gobierno en el Congreso, el presidente del Senado, Federico Pinedo, en compañía de un grupo de diputados de la Knesset (parlamento), que firmaron un convenio de cooperación. Ocasión en que, según La Nación, anticipa “una verdadera ‘ola’ de visitas de miembros del gabinete a Tel Aviv, en noviembre: la canciller Susana Malcorra, Patricia Bullrich y Eugenio Burzaco, su par de Educación, y la vicepresidenta Gabriela Michetti.
Con escaso sentido diplomático, Sztulman aprovechó la ocasión para recordar que lo que empezó el suicidado o asesinado fiscal Alberto Nissman “…es algo que la sociedad argentina tiene que continuar”. Se refería a la tortuosa investigación sobre el atentado terrorista a la mutual judía AMIA (1994). Pero no mencionó el referido por Cristina en su último informe al Congreso, y perpetrado en 1992 contra su propio territorio: la embajada de Tel Aviv en Buenos Aires.
http://www.jornada.unam.mx/2016/08/31/opinion/021a1pol