La crisis mundial en un buen documental
Me escribe un amigo:
Ayer en la «City» porteña todos daban por hecho la caída de Grecia, Irlanda, Portuga, Italia y España, parece que en ese orden. También decían que EEUU entra en default, que no pueden arreglar el despelote y evitar la cesación de pagos.
Pasemos a la película, al documental de la crisis anterior:
TRABAJO CONFIDENCIAL, UN DOCUMENTAL DEMOLEDOR
El corazón de las tinieblas
El film de Charles Ferguson analiza hasta el último detalle la caída de Wall Street, en 2008, cuando algunos de los bancos, financieras y aseguradoras más poderosos del mundo fueron a la quiebra en Estados Unidos, provocando una crisis monumental.
Por Horacio Bernades
Al momento de cerrar esta nota, los titulares anticipaban un próximo desplome del sistema financiero internacional, de dimensiones parecidas al de tres años atrás, cuando el terremoto de la economía no se irradió de Grecia al resto de Europa –como sucede ahora– sino desde Nueva York hacia el resto del mundo. Quiere un perverso azar que en el momento que esto sucede se lance en DVD, en la Argentina, el documental que analiza hasta el último detalle aquella caída, la de 2008, cuando algunos de los bancos, financieras y aseguradoras más poderosos del mundo fueron a la quiebra en Estados Unidos.
El documental se llama Inside Job, se estrenó en Cannes 2010, pudo verse en la última edición del Festival de Mar del Plata y en febrero pasado ganó el Oscar al mejor en su género. Sony Video anuncia su lanzamiento para mediados de la semana próxima, con el título Trabajo confidencial. Filmar a un montón de cabezas parlantes, exponiendo durante dos horas sobre cuestiones como el mercado de derivados, reguladores financieros, swaps y créditos subprime, analizando en detalle en qué consistió la famosa «burbuja hipotecaria» o revisando la carrera del secretario del Tesoro de los Estados Unidos o del presidente de la Reserva Federal –todo eso intercalado con infografías llenas de números, porcentajes, curvas y torrecitas– es, tal vez, lo más cerca que el cine haya estado de aquel viejo anhelo o boutade de Godard: filmar El Capital, página por página, literalmente.
Escrita, producida y dirigida por un señor Charles Ferguson, que antes había presentado un documental sobre la guerra de Irak (No End in Sight, 2007), Trabajo confidencial requiere del espectador una dosis importante de predisposición, concentración y capacidad de procesar datos y cifras, que se suceden a altas velocidades. Aunque su formato sea el más convencional del mundo, el contenido amerita hacerlo. Suerte de Michael Moore con menos sentido del show y menos desvergüenza manipulativa, a lo largo de Trabajo confidencial Mr. Ferguson desarrolla una tesis, expuesta de modo polifónico por todos quienes prestan testimonio ante cámara. Que ninguno es improvisado: hay desde académicos de prestigio internacional hasta ex funcionarios de gobierno, incluyendo ex altos directivos de los propios colosos financieros y hasta un psicólogo que atiende a ejecutivos de Wall Street. La tesis es que el sistema financiero estadounidense constituye un Estado dentro de otro Estado: de allí lo de Inside Job, «trabajo desde adentro». El documental apunta a demostrar –y lo logra– que ese Estado es mucho más rico, poderoso e influyente que el que lo alberga.
El término «industria» que Ferguson da al negocio de las finanzas acentúa el parentesco con una idea vecina: la de «complejo industrial-militar», que allá por los ’60 se implantó para describir a un monstruo semejante. Exprimiendo hasta lo último los 120 minutos de metraje, Ferguson se remonta hasta el surgimiento de ese poder como tal, en tiempos de Reagan. Describe con minucia su crecimiento, funcionamiento y poder cancerígeno. Hace un alto para estudiar el desarrollo y características de la crisis de 2008. Sigue las carreras de los capitanes de esa industria. Detalla el modo en que esos rostros repetidos (algunos de los cuales pueden verse en la foto que ilustra esta nota) fueron pasando de un gobierno a otro –incluido el de Clinton, faltaba más– y termina reencontrando a casi todos ellos –Ben Bernanke, Timothy Geithner, Larry Summers– en los más altos puestos de comando del gobierno de… Barack Obama. Un final demoledor para un documental demoledor.