La marcha opositora
Por Luis D'Elía
La marcha opositora de ayer no tuvo más entidad que la de un grupo de ciudadanos que ni siquiera lograron articular consignas para saber exactamente qué querían. Lo que quedará como un símbolo de esta protesta fogoneada desde los medios oligopólicos, es el grito de «Andá con Néstor, la puta que te parió», que puso en evidencia quiénes fueron realmente los protagonistas de la protesta.
Esa consigna, nos retrotrae –lógicamente- al nefasto «Viva el Cáncer» que levantaron de manera artera y cruel contra Evita, la abanderada de los pobres. Es decir, sacaron una vez más a relucir lo peor de su resentimiento y odio hacia todo lo que signifique volcar el quehacer político y económico hacia los pobres, repartir la riqueza y tener un país más justo y equitativo.
Entendemos esta lógica, que es la del odio de clase de quienes han perdido privilegios y se les han tocados sus intereses, más afines a los gusanos escondidos en Miami que al verdadero protagonista de la historia, el pueblo argentino.
La desesperación de Magnetto quedó en evidencia cuando el multimedio transmitió de manera ininterrumpida la manifestación, que no fue ni tan grande ni tan numerosa como se nos quiere pintar, porque gracias a una ley de medios verdaderamente revolucionaria impulsada desde el Gobierno Nacional y Popular, quedaron en evidencia quiénes están detrás de la marcha, a menos de tres meses de que se les acabe la fiesta mediática de la que hoy gozan. Son manotazos de ahogado.
Por último, ninguno de nosotros salió a confrontar, y la manifestación pudieron hacerla porque existe una democracia real que salvaguarda la libertad de expresión, pero que tampoco justifica los gritos abiertamente golpistas que se escucharon por parte de los mismos que históricamente golpearon a las democracias para reemplazarlas por dictaduras, y que tan bien representados estaban en la marcha de ayer.
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