LA REVELACIÓN DE FALCIANI y la denuncia del gobierno argentino contra el HSBC
Hay noticias que no hay que dejar pasar y ésta es una de ellas. No importan las motivaciones de Falciani (en principio, yo le creo más a él que a las autoridades helvéticas) sino el meollo del asunto. El HSBC tuvo que pagarle a EEUU 1900 millones de dólares por lavar dinero negro, mayoritariamente del comercio de drogas ilícitas (no parece que EEUU sea tan exigente con el Bank of America , el Citibank y otros bancos estadounidenses). Subo dos notas de Página/12 que están interrelacionadas.La segunda es clave porque desmenuza la acusación formulada por el gobierno argentino contra el HSBC (el banco al que Domingo Cavallo le hacia propaganda al decir que en él depositaba sus ahorros) por ayudar a miles de potentados argentinos a evadir sus dineros hacia cuentas suiza, costubre ésta -la de evadir- que desangra a la nación desde hace más de medio siglo. Como dato curioso recomiendo especialmente leer lo que va debajo del subtítulo Fanáticos de Panamá, dónde se describe los casos de Moisés Smolarz y los hermanos Marcelo y Damián Mindlin, quienes, ayudados por el HSBC, fugaban sus dineros via Panamá… Igual que hace un cuarto de siglo, cuando fue una «mexicaneada» en el lavado de dinero procedente de la venta de cocaína colombiana en Italia (blanqueo hecho en Panamá por un empresario judío asesinado al día siguiente del atentado cuya misión era vender el oro que le enviaba la maffia siciliana e ingresarlo el producto de esa venta en bancos estadounidenses a fin de que los narcos colombianos se hicieran con su dinero) el motivo o uno de los motivos del ataque a la AMIA.
Otra cosa: el HSBC salió muy beneficiado por la destrucción de sus archivos en el pavoroso y letal incendio del depósito de Iron Mountan en Barracas. ¿Será «la casualidad permanente» de la que hablaba el Innombrable?
LA FILTRACION DE UN EMPLEADO DEL HSBC
El hombre que hizo saltar la banca
Por Fernando Krakowiak / Página 12
La denuncia por evasión fiscal que realizó la AFIP contra ciudadanos argentinos con cuentas no declaradas en el Hong Kong Shanghai Bank Corporation (HSBC) de Suiza fue posible a partir de la información que el organismo fiscal obtuvo en septiembre de la agencia tributaria francesa. Sin embargo, la fuente clave en esta historia es Hervé Falciani, un ingeniero en sistemas francoitaliano que en el año 2000 ingresó a trabajar a la filial del HSBC de Mónaco y en 2006 fue trasladado a las oficinas del banco en Ginebra para trabajar en un proyecto que consistía en “migrar” la información sobre las cuentas bancarias a una base de datos más segura. El objetivo del banco evidentemente no se cumplió, porque lo que terminó haciendo Falciani fue filtrar el detalle de 130.000 cuentas a las autoridades francesas, las cuales comenzaron a investigar a sus titulares por evasión fiscal, lavado de dinero y/o financiamiento del terrorismo, despertando el interés de otras agencias tributarias, como las de Estados Unidos, España y Argentina.
Falciani asegura que apenas comenzó a trabajar en el proyecto para fortalecer la seguridad de las cuentas bancarias del HSBC se dio cuenta de que la forma en que se gestionaban los datos favorecía el fraude fiscal. En ese momento, siempre según su relato, le propuso al banco un nuevo sistema informático, el cual fue rechazado. Su próximo paso supuestamente fue informar a las autoridades suizas de la situación, pero éstas no le habrían prestado atención porque el ingeniero pretendía declarar de manera anónima.
En febrero de 2008, Falciani viajó a Beirut junto a una mujer y se entrevistó con varios gerentes de bancos libaneses, presentándose como Ruben Al Chidiak. Según el HSBC, lo que intentó el informático en aquella ocasión fue vender los datos que había obtenido. En marzo de ese año, Beirut alertó a la banca suiza sobre la existencia de una persona que había ofrecido datos reservados de clientes del HSBC de ese país. Recién el 20 de diciembre de 2008, Falciani fue interrogado por ese viaje, pero no se lo detuvo y, al día siguiente, huyó a Francia. Las autoridades suizas insisten en que Falciani quiso vender los datos y como no pudo decidió colaborar con la Justicia de Francia.
“Yo nunca he pedido nada por los datos. Sólo he tratado de ayudar a la Justicia. Estoy harto de escuchar infundios procedentes de Suiza. La Justicia de ese país dice una y otra vez que lo intenté porque es la única manera que tienen de acusarme del delito de espionaje industrial que me imputan. Sólo si demuestran que yo intenté lucrar con la información podrían achacarme ese delito”, aseguró Falciani en una entrevista al diario español El País publicada el 21 de abril del año pasado. Más allá de sus intenciones iniciales, lo cierto es que una vez que llegó a Francia, Falciani fue detenido por la policía de ese país e inmediatamente ofreció la información que tenía disponible sobre los clientes del HSBC. El fiscal francés Eric de Montgolfier confirmó eso y agregó que Falciani en ningún momento pidió dinero a cambio.
El 1º de julio de 2012 Falciani viajó a España y fue detenido por la policía de ese país a pedido de la Justicia suiza. Este ingeniero informático aseguró que viajó a Barcelona, aun sabiendo que lo iban a detener, porque su vida corría peligro en Francia. Una vez allí, también se mostró dispuesto a colaborar con el fisco español. Primero España solicitó los datos bancarios a Francia, país con el que tiene un acuerdo de cooperación fiscal, y una vez que obtuvo el detalle de las cuentas, le pidió ayuda a Falciani para interpretar la información. Suiza reclamó su extradición y lo acusó de cuatro delitos: espionaje financiero, violación del secreto bancario, violación del secreto comercial y apropiación de datos relativos a clientes. No obstante, en mayo del año pasado la Audiencia Nacional rechazó el pedido al argumentar que los delitos de los que se acusa a Falciani en Suiza no están tipificados como tales en la legislación española. La sala concluyó que en el derecho español “no existe una protección penal específica del secreto bancario como tal, y menos tratando su quebrantamiento como un mero delito formal”.
La información que consiguió Falciani resultó clave en el país ibérico. De los 1500 nombres que envió Francia, Hacienda identificó a 659 y pudo recuperar 260 millones de euros aportados por personas que se mostraron dispuestas a “colaborar” cuando la evidencia en su contra se reveló irrefutable, entre ellos el entonces presidente del Banco Santander, Emilio Botín, y su familia. Falciani también fue un informante fundamental del Departamento de Justicia de Estados Unidos, organismo que acusó al HSBC de blanquear dinero de carteles narcos mexicanos y de países como Corea del Norte e Irán. Finalmente, en diciembre de 2012 el banco aceptó pagarle al gobierno de Estados Unidos la cifra record de 1900 millones de dólares para poner fin a la investigación.
PAGINA/12 ACCEDIO A LA DENUNCIA DE LA AFIP CONTRA LAS EMPRESAS E INDIVIDUOS CON CUENTAS NO DECLARADAS EN SUIZA
Claves de una ingeniería diseñada para evadir
La demanda muestra los diferentes mecanismos desplegados por los 4040 sujetos investigados, en connivencia con el banco HSBC Argentina, para ocultar su identidad y sus fondos. Algunos ejemplos para ver cómo operan.
Por Tomás Lukin / Página 12
Las grandes empresas e individuos acaudalados con cuentas no declaradas por más de 3000 millones de dólares en la sucursal del HSBC Private Bank de Ginebra que fueron denunciados por la AFIP recurrieron a una elaborada ingeniería a cargo de estudios de abogados y contadores para evadir el pago de impuestos. Página/12 accedió a la denuncia que ayer fue ratificada por la autoridad fiscal ante el Juzgado Federal Penal Tributario Nº 3 a cargo de la jueza María Verónica Straccia. Si bien la Justicia deberá identificar las maniobras abusivas, la demanda ofrece varios indicios sobre los diferentes mecanismos desplegados por los 4040 sujetos en connivencia con el banco HSBC Argentina para ocultar su identidad y sus fondos.
– Administrar 1390 millones de dólares: Apoderado y representante de la firma GEMS Finance Limited y vinculado con negocios inmobiliarios, Miguel Gerardo Abadi es mencionado en la denuncia como representante de 12 cuentas no declaradas. Se desempeña como auditor y asesor legal. La sumatoria de los saldos de esos depósitos asciende a 1390 millones de dólares. Junto con Abadi figura en 11 de esas 12 cuentas David Raúl Goldfarb, ex titular del mayorista Diarco e integrante del grupo que se benefició con los negocios inmobiliarios y otras operaciones del fallido Banco Mayo. No figura en la demanda, pero fuentes judiciales afirmaron que el ex propietario del Banco Mayo Rubén Beraja también está vinculado con esa operación. Todavía no fue posible determinar a nombre de quiénes administran los acaudalados depósitos. Goldfarb también figura en la demanda de la AFIP como representante de otras cuentas, entre ellas la de una sociedad llamada Los Potillos, radicada en Islas Vírgenes Británicas, por aproximadamente 4,8 millones de dólares.
– Amalita y Alfonso: Ante la difusión de un listado de personas denunciadas donde figuraba su nombre, el ex presidente del Banco Central y ex diputado de la Coalición Cívica Alfonso Prat-Gay emitió el mismo jueves una declaración donde negaba tener una cuenta no declarada en Suiza. La denuncia en poder del Juzgado Federal Penal Tributario Nº 3 confirma que el otrora ejecutivo del banco JP Morgan no es titular de una cuenta. Aunque no es el dueño de fondos, Prat-Gay figura en la información recibida por la AFIP como apoderado y usuario de Internet de la cuenta perteneciente a la fallecida multimillonaria Amalia Lacroze de Fortabat y Amalia Amoedo, su nieta. En diciembre de 2006 esa cuenta arrojaba un saldo favorable de 68,3 millones de dólares. La AFIP analizó las declaraciones juradas de bienes personales de ambas titulares para ese período fiscal y detectó que los fondos no estaban declarados en su totalidad en ninguno de los casos. “Resulta evidente considerar que quien posee la autorización delegada por las titulares para administrar los fondos depositados en el exterior no puede desconocer que los mismos no se encuentran exteriorizados en el país y del fin explícito de evadir el pago de impuestos sobre dichos fondos”, reza la denuncia en referencia al accionar de Prat-Gay.
– Fanáticos de Panamá: La utilización de sociedades offshore en paraísos fiscales para ocultar de la autoridad fiscal la verdadera identidad de los dueños de una empresa o cuenta bancaria y minimizar ilegalmente el pago de impuestos es una práctica difundida. Uno de los destinos predilectos es Panamá. La denuncia realizada por la AFIP detalla el caso de Moisés Smolarz, un banquero investigado e imputado en 2013 junto con los hermanos Marcelo y Damián Mindlin (de Pampa Holding y Edenor que también fueron denunciadas por tener cuentas no declaradas en el banco suizo), entre otros, a raíz de reportes de operaciones sospechosas vinculados con la adquisición del Banco de Servicios y Transacciones (BST). En los datos recibidos por la autoridad fiscal, Smolarz figuraba como representante legal de Stampa Comercial con una cuenta por 29 millones de dólares. La sociedad panameña fue constituida a fines de 2005 y Smolarz era presidente y director. Sin embargo, una consulta al registro público del país caribeño en la actualidad permite advertir que el argentino ya no es integrante de dicha sociedad. “De esta manera se puede advertir cómo con la colaboración de la entidad bancaria HSBC se organizó el opacamiento del flujo financiero, primero depositando dichas sumas a nombre de una sociedad offshore y luego sustrayendo de la misma a quien sería el verdadero titular del dinero”, advierte el texto presentado al juzgado.
– El rol clave del HSBC: La AFIP acusa al Hong Kong and Shanghai Corporation Bank (HSBC) y sus directivos de montar “una plataforma ilegal con el único fin y propósito de ayudar a contribuyentes argentinos a evadir impuestos”. La denuncia por asociación ilícita contra el HSBC Argentina y tres de sus directivos: el presidente Gabriel Martino, el vicepresidente en 2006 y actual Head of Corporate Sustentability del holding a nivel internacional, Simon Martin (extranjero), y el responsable del área legal y director del banco, Miguel Angel Estevez. La plataforma ilegal montada para ayudar a contribuyentes argentinos a evadir impuestos también alcanza a las entidades HSBC Private Bank (Suisse) y HSBC Bank USA National Association.
La hipótesis presentada en la demanda que ahora comenzará a explorar la Justicia es que el HSBC no era un simple intermediario financiero sino un activo facilitador logístico y promotor de la interposición de sociedades en guaridas fiscales. Para al AFIP, las autorizaciones otorgadas por un grupo de clientes al banco local para intervenir en las cuentas no declaradas del HSBC Private Bank de Ginebra evidencian que “la plataforma montada por HSBC estaba inexorablemente destinada a la evasión fiscal, donde los obligados tributarios encontraban la posibilidad de socavar su capacidad contributiva”.
Uno de los casos detallados en la denuncia es el de la empresa Beardsley Enterprises LTD radicada en la islas Caimán. La firma tenía una cuenta no declarada en la sucursal del HSBC en Ginebra con un saldo de 2,6 millones de dólares a diciembre de 2006. La compañía fantasma había otorgado una autorización de administración a Miguel Bechech, ex directivo de los bancos Velox y Providian que hoy se desempeña como director ejecutivo de la sociedad de Bolsa Balanz Capital, quien a su vez poseía una cuenta en el HSBC Argentina. El servicio era vendido como un “paquete cerrado” y por eso la acusación indica que, al mismo tiempo, otras sociedades offshore como Lion International Management Limited de Caimán y The Ingal Trust de Guersney vinculadas con HSBC International Trustee (sucursal Caimán) y HSBC Republic Trust Company (Guersney) fueron creadas para facilitar la operatoria. Para la autoridad fiscal en el esquema descrito queda en evidencia la interacción del HSBC Bank Argentina con el resto de las entidades del holding localizadas en reconocidos paraísos fiscales.
Para reforzar la hipótesis contra el rol activo y necesario del HSBC en la creación de la plataforma facilitándola para la evasión, la AFIP contrastó la nómina recibida con los sujetos que registran cuentas bancarias activas en la sucursal argentina del banco. Se identificó un universo de aproximadamente 300 personas físicas y jurídicas que estaban vinculadas con cuentas foráneas.
– ¿Multas y sanciones? Desde el Banco Central informaron a este diario que el jueves se realizaron “inspecciones de rutina no casuales” en las oficinas del banco en la calle Florida 229. Multar a una entidad financiera es un proceso extenso que comienza con la apertura de un sumario, algo que todavía no sucedió en el caso del HSBC ni en ninguna de las otras entidades financieras implicadas. En el equipo del BCRA precisaron a Página/12 que, si bien todavía no tomaron ninguna determinación, “ante alguna cuestión grave se puede suspender preventivamente una operatoria determinada de la entidad o directamente al banco”.
– Datos duros: La AFIP recibió de la Dirección de Finanzas Públicas de Francia un CD encriptado con 4040 “fichas” de clientes argentinos de la sucursal del HSCB Private Bank en Ginebra con cuentas financieras de los cuales ya fueron identificados en el padrón de contribuyentes 3628 y el resto sigue siendo analizado. La información presentada a la Justicia ofrece nombres, la metodología de contacto de la entidad con esos individuos, los contactos telefónicos y personales.
La mayoría de las personas y empresas individualizadas comenzaron a ser fiscalizadas y, al 17 de noviembre, 3096 sujetos ya se encontraban notificados del inicio del procedimiento. Alrededor de un tercio respondió rápidamente: dos personas rectificaron sus declaraciones juradas por un monto inferior a la pretensión fiscal, 25 manifestaron interés en acogerse al blanqueo y 890 no reconocieron la existencia de cuentas no declaradas. El resto se divide entre quienes no respondieron los requerimientos, casos en proceso de notificación, individuos fallecidos sin sucesiones activas y empresas que cerraron.
Se trata “solamente” de una foto de cuentas en 2006 en el HSBC de Ginebra, un registro contundente pero limitado ante las dimensiones de la fuga de capitales en Argentina. Las empresas e individuos de altos ingresos denunciados, por lo menos, adeudan en concepto de bienes personales de ese año más de 700 millones de pesos.