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LANATA-MAGNETTO: ¿Quién romperá primero?

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Magnetto debe estar evaluando los costos de desembarazarse de Lanata, su poder de fuego.


Esto lo escribí anoche, pero me olvidé de subirlo:
Escribo mientras tengo como audio en la compu el programa de Lanata. Confirmo mis sospechas acerca de que Magnetto se quiere desembarazar de él. Y reafirmo la opinión que ya di ante la esperanza de Eduardo Blaustein de que intente rescatarse, eyectarse del jet del Grupo antes de que lo defenestren. Si fue una premonición acerca de que Lanata intentaría dar un barquinazo, un cambio abrupto de dirección en procura de recuperar al menos parte de su audiencia progre, puede haber hecho diana. Escribió el perspicaz Eduardo: «Creo que el gordo, que tiene poder de fuego propio, además, en algún momento va a romper y algún escándalo va a hacer y que va a aprovechar ese escandalete para decir ‘yo siempre fui libre'». Y yo acoté: «Dudo que lo haga excepto si Magnetto lo considerara prescindible y lo destratara. Pero (aún así) me parece mágico esperar que Lanata pueda volver atrás, recuperar alguna credibilidad entre sus antiguos colegas. A mi juicio está condenado a ser,  en el mejor de los casos, el Neustadt de estos tiempos. Y es que de la abyección no se vuelve.».
Hoy, en una entrevista bastante complaciente que le hizo el diario El País de Montevideo (como se nota que falleció Homero Alsna Thevenet, que gastaba a Lanata, y que la dirección blancoligárquica del diario acabó con el excelente suplemento cultural que dirigía), Lanata parece darle la razón a Blaustein (pronto, vaticino, me la dará a mi).
Dice ahí:
«Fue el gobierno el que me empujó a Clarín. ¿Hoy dónde puedo laburar en televisión abierta? En Canal 13, nada más. Los demás están con el gobierno. Solo dos radios no están completamente alineadas: Mitre (de Clarín, donde conduce su programa «Lanata sin filtro») y Continental. Cuando fui a firmar un contrato con Continental y llegamos a consensuar un texto, levantan la firma. Después averigüé por qué: el gobierno había hablado con el Grupo Prisa en Madrid para que no me contrataran. Lo mismo hizo con Telefé: habló con Telefónica para que no me contrataran. Y a tal punto es cierto que Telefé me anunció en la programación y cuando me fui, como me cagaron, me pagó 300 mil dólares de indemnización. No querían quilombo. Entonces, ¿qué hago? En ese contexto, vienen la radio y el canal más importantes de Argentina a decirme que labure y me dejan decir lo que quiera. ¿Voy a decir que no? ¡Ni en pedo! Ahora, yo soy consciente de que pasado mañana gana equis y Clarín arregla, y me dan una patada en el culo. Yo no compré Clarín; yo laburo para Clarín. Pero esa es la historia de mi vida. Siempre tuve quilombos. Mientras no me rompan las pelotas, me dejen laburar y tenga buenos resultados, voy a seguir».
Lanata dice que Telefé/Telefónica le pagó graciasamente 300.000 dólares como indemnización por el despido de un programa… del que no había hecho ni un borrador, un ensayo, un demo, un número cero. ¿Es posible? ¿Está blanqueando guita negra? ¿Telefónica habrá cedido ante un chantaje? Me parecen buenas preguntas tanto para la SI como para la AFIP.
Dice Lanata: «¿Por qué hacés un laburo público? Para que te quieran. Es eso lo que querés. Si no, me pondría otro nombre, no saldría al aire. Tengo esa necesidad.»
Bull shit. Lo hace por mucha plata. Que, parece, Magnetto duda de seguir poniendo.
Durante la dictadura hubo grandes periodistas que se vieron obligados a dejar transitoriamente el oficio para ganarse los porotos de otra manera. Está claro que de haber sido ya entonces periodista, Lanata no lo hubiera hecho. Que de acuerdo a su actual razonamiento, habría trabajado para la dictadura. Como Neustadt. Porque ¿de qué otra manera podría haber hecho televisión? Este es el fin para él, lo demás son apenas medios.

Ver la entrevista completa acá.

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