LECTURAS. Capitanich apunta a la Presidencia / Cómo vamos, perdemos: hay que institucionalizar el FdT / La clave está en la propiedad de la tierra / Gestapo antisindical: un guión para Scorsese / Menem y Macri: la misma eme
PASO 2023. Capitanich amaga lanzarse al ruedo. Hace mucho, acaso más de un año, que vengo conversando con amigos –por ejemplo, con Artemio López– acerca de esto, pero Jorge Milton Capitanich, gobernador de la Provincia de Chaco, no daba señales de postularse como candidato a la Presidencia en las elecciones de fines de octubre del año que viene, como si lo hizo primereando Alberto Rodríguez Saá. Pero cuando se supo que Cristina lo había recibido sigilosamente en su casa de El Calafate en vísperas de la pasada Nochebuena, todas las luces se encendieron y ahora acaba de demostrarse que más que suspicaces, éramos perspicaces. Si hubo una metida de pata que AF y CFK cometieron fue obturar la posibilidad de que las lógicas diferencias que existen en todo frente se dirimieran en las PASO y eso tuvo una incidencia directa (como se pudo ver en ellas) en la inexorable (aunque minimizada) derrota electoral. Pero cuando Alberto Fernández anunció que el año que viene habrá unas PASO libérrimas, Cristina recogió el guante. Cuando Máximo Kirchner renunció a la jefatura del bloque de diputados frentetodista, el primer amigo que lo vio con claridad fue Omar Quiroga: dijo palabra más palabra menos que por primera vez en su historia el peronismo tendrá internas plurales y «que gane el más mejor». Lo importante es, añado, permanecer unidos hasta entonces, cuando tendremos la oportunidad de adquirir credenciales democráticas inobjetables, frente a tanto supuesto republicanismo aristocratizante.
Está claro que como vamos, perdemos, advierte Iván Schargrodsky. Ese «perdemos» va más por nosotros que por él, que no le gusta definirse sino centrear, cosa de no perder audiencia. Analiza con moderado optimismo que en la controversia en torno a los subsidios al transporte público, los unitarios porteños han quedado aislados. Schargrodsky demuele la pretensión del alcalde Larreta de que la Nación siga subsidiando al subte y los colectivos que solamente discurren dentro de la –todavía– Capital Federal. Que por mor del Pacto de Olivos y la desgraciada reforma constitucional de 1994, devino en un feudo con pretensiones de provincia casi independiente y sin deberes de obediencia al resto de la Nación.
Postula que en lugar de seguir subsidiando a las empresas de servicios públicos, el gobierno nacional debería «establecer mecanismos efectivos para la recomposición de salarios -especialmente informales- y de transferencias directas para ciudadanos vulnerables», pero no menciona siquiera al pasar la posibilidad de que se reestaticen, no renovándose las concesiones o bien dándolas por caídas por tan numerosos como flagrantes incumplimientos en materia de mantenimiento, a pesar de que no hay ningún dato que permita aseverar que privatizadas desempeñan mejor papel que lo harían si hubieran permanecido estatales y si muchos en sentido contrario.
Al parecer plantear la necesidad de estatizar a las empresas públicas es un tabú… al igual que poner en cuestión la propiedad de la tierra (ver el siguiente posteo).
También al pasar, desliza el dato de que Techint analiza terciar en las futuras PASO del FdT au$piciando a un actual gobernador sin posibilidad de reelección al que no identifica. Pero acaso la definición más importante del ambicioso periodista sea que «volver a representar a todos los sectores en una mesa de decisiones parece ser el único camino para que este artefacto complejo y heterogéneo (el FdT) tenga alguna posibilidad -cada vez más remota- de reelegir el año que viene.»
Y eso exige, claro, la democratización e institucionalización del Frente de Todos.
Nota completa, acá: https://cenital.com/la-hipotesis-de-cristina/
Todo tiene que ver con todo: La clave está en la propiedad de la tierra. Y ahora vamos a temas de fondo, que muchas veces se postergan por otros, menores, pero que aparecen como urgentes. ¿Qué tienen en común los incendios devastadores que se generan en nuestro país motivados por cambios en el uso del suelo para la agricultura y el desarrollo inmobiliario, con que no se trate el proyecto de ley de Humedales, haciéndole perder su estado parlamentario? ¿Qué tiene que ver con que el empresario inglés Joseph Lewis, dueño de unas 12.000 hectáreas en Río Negro –desconociendo que todos los cursos de agua son de uso público como lo determina nuestra Constitución Nacional– no deje pasar al Lago Escondido a nadie que él no autorice y que el gobierno nacional, los legisladores y la Justicia lo vean por televisión? ¿Y con qué Gran Bretaña realice vuelos directos a Malvinas desde Uruguay, rompiendo los acuerdos de Madrid que obligan a que todos los vuelos a las islas salgan de territorio argentino? (y no como el que descubrió el Ejército, que salió clandestinamente desde las cercanías de Trenque Lauquen). ¿Que tiene que ver todo lo antedicho con el plan propuesto por el FMI?. El economista Horacio Rovelli lo explica con mucha claridad y le toma la palabra al presidente Alberto Fernández: es imprescindible que la deuda con el FMI la paguen quienes la contrajeron y utilizaron para fugarla a guaridas fiscales.
https://www.elcohetealaluna.com/concentracion-extranjerizacion-y-deuda/
Un thriller en donde una poderosa mafia encabezada por el Presidente ataca a un sindicalista y su gremio acusándolos de mafiosos. Alejandra Dandan, conocida en el gremio por el cariñoso apodo de Campanita, demuele la pretensión de los jueces prevaricadores Bertuzzi y Llorens de que la banda de la AFI de autodenominada Super Mario Bros, jueces, fiscales y un ramillete de altos funcionarios provinciales, fueron meros cuentapopistas a la hora de embestir contra seccional La Plata de la UOCRA, su secretario general Juan Pablo «Pata» Medina y su familia. Si se lee esta nota de corrido y poniendo atención, se apreciará que aunque falte un poco de sangre, se trata de una saga que bien podría filmar Martin Scorsese y no desentonaría con sus Buenos muchachos, con papeles protagónicos de Sebastián «El Enano» Distéfano, director de Asuntos Jurídicos de la AFI, el entonces ministro de Trabajo bonanerense Marcelo «Gestapo» Villegas y el juez federal de Quilmes, Luis Armella, entre otros. Es de esperar que pronto se dilucide también el papel que cumplió el secretario general de la UOCRA nacional, Gerardo Martínez, que arrastra el baldón de haber sido agente y buchón del trístemente célebre Batallón 601 de Inteligencia del Ejército durante la dictadura.
https://www.elcohetealaluna.com/el-enano-juega-a-las-visitas-con-el-juez/
Quienes reivindican a Menem, fomentan la amnesia. Menem alineó a la Argentina al nuevo orden internacional (sumisión incondicional a los Estados Unidos) luego de la caída del Muro de Berlín y la destrucción de la URSS. Vació el Estado y propició el reemplazo de sus funcionarios por figuras de la llamada farándula. Murió hace un año, pero su herencia y sus valores siguen encarnados en Macri, Milei y Espert y otros darwinistas sociales. El autor, Juan Pablo Csipka, hace un repaso, a vuelo de pájaro, de la década menemista. Y de su continuación, con De la Rúa. Como le estalló a éste y no a aquel, «la convertibilidad, con su tremendo costo social, es vista como un tiempo mejor a éste» y se olvida que Buenos Aires era una de las diez ciudades más caras del mundo mientras millones caían en la miseria. «Menem le entregó el gobierno a Fernando de la Rúa con un déficit fiscal de 10 mil millones de dólares. No había manera de sostener el modelo, y encima sin equilibrio fiscal», pero hoy Macri, Milei, Espert y compañía (y unos cuantos de este lado) fomentan que se lo olvide. Recueda Csipka que «Menem le enseñó a la clase media a odiar a los pobres. El ‘por algo será’ de la dictadura se trasladó en los 90 a los pobres que por algo no trabajarían», aunque hubiese una desocupación de dos dígitos.
Es recomendable leer la nota completa a pesar de algunos gazapos (los editores deberían estar más atentos) como la frase que le atribuye al Menem de 2003 «que se sepultó solito la fosa al huir del ballotage con Menem».
https://socompa.info/politica/la-balada-del-adios/
Leí con interés el primer texto. Una sola consideración: no entiendo por qué dicen que en el peronismo habría internas por prmera vez en la historia. Y no comparto, aunque lógicamente es discutible, que ese espacio tenga que justificar algo democrático frente al «republicanimo» de sus enemigos, que está en gravísimo entredicho presente, sin necesidad de recordar a Aramburu o Videla. En esa conciencia culposa, puede qye no, pero sugiero revisar, hay algo de la misma índole que a continuación se le reprocha al periodista Schagrodsky. Pero, bueno, comento porque me interesó el blog.
Estimado Horacio: Aunque es perfectamente discutible, no recuerdo internas abiertas, y siempre consideré un error fatal el que no se permitieran los disensos. Para dar un ejemplo, deploro las posiciones que ha adoptado Guillermo Moreno luego de que se le cerraran todas las puertas en el Partido Justicialista, pero dudo que hubieran sido las mismas si le hubieran permitido aspirar a ser minoría. Y deploro también los sucesivos desaires sufridos por Alberto Rodríguez Saá, el primero en sostener que se podía derrotar al macrismo en 2019. No ignoro que en todas las ocasiones se esgrimieron cuestiones reglamentarias, como la falta de suficientes avales, etc. Pero tampoco se me escapa que cuando quienes conducen quieren abrir las internas, pueden hacerlo sin mayores dificultades cambiando esos requisitos. Las PASO son un magnífico mecanismo para la democracia interna. Ahora tanto el presidente como la vicepresidenta se han comprometido a favorecer la competencia. Si a ello agregamos una necesaria institucionalización del Frente de Todos, podemos seguir abrigando la esperanza de sepultar al macrismo en el basurero de la historia.