Macri, el Donald Trump del subdesarrollo
Se me había pasado esta nota publicada el pasado 29 de julio. La recuperé gracias a Uthopia. JS
Las aguas turbias del río Hudson
Los negocios de Macri y Donald Trump
Por Joe Goldman Periodista.
"Según las entrevistas para el libro de Barrett y el que escribe esta nota, Mauricio era el elegido para jugar golf con Trump y dar el tour de Buenos Aires a la ex esposa de Trump, Ivana, cuando la pareja visitó el país en 1984".
Donald Trump, ese magnate/charlatán estadounidense, anunció con bombos y platillos hace unos meses su carrera hacia la presidencia de los Estados Unidos en 2012, e inmediatamente trepó hasta el primer lugar en las preferencias de los republicanos apuntando a las primarias de ellos. La base de su campaña y su discurso consiste en dos ejes: primero, la acusación contra Barack Obama de que este no nació en los EE UU, un punto de vista que alimenta la paranoia conspiracionista y racista de muchos republicanos; y segundo, que él no dejará que China robe más los recursos de los EE UU, que va a poner frente al poder creciente de los chinos de la misma manera que enfrentó a Khadafi (N. de R. hace unos años Trump había alquilado un terreno suyo en las afueras de Nueva York al líder libio para su carpa y su comitiva. Pero cuando hubo protestas de la presencia de Khadafi, Trump canceló el acuerdo pero nunca devolvió la plata que había sido pagada en su totalidad. Ahora muestra ese negocio como ejemplo de cómo va a actuar como presidente, diciendo con orgullo que le robó a Khadafi).
¡Hmmmm! Campaña sucia y xenofobia. ¿A quién me hace pensar en el ámbito local?
¡Sí! A Mauricio Macri.
Me hacía acordar al año 1989, cuando recibí una llamada en mi oficina de Buenos Aires de Wayne Barrett, un gran amigo y colega cuando trabajamos juntos en el semanario neoyorquino Village Voice. Él estaba empezando una investigación para su nuevo libro sobre Donald Trump y quería mi ayuda para unos capítulos que involucraban a una empresa argentina y su relación con Trump: ¿Qué empresa? El grupo Macri.
El Grupo Macri, lleno con plata dulce al principio de los ’80, decidió globalizar su negocio y lo hizo de una manera digna de un empresario argentino –en una escala grandiosa. Compró algunas propiedades –edificios e inmuebles– en la ciudad de Nueva York.
En 1980, Macri Group compró el 65% de Lincoln West, una propiedad en el lado oeste de Manhattan, sobre un ferrocarril abandonado muchos años antes, con vista al río Hudson. Quizás el predio más importante, de más valor en toda la isla de Manhattan. Donald Trump había sido dueño de Lincoln West hasta 1979, pero lo había vendido en el medio de protestas vecinales y quejas de urbanistas sobre los planes faraónicos de Trump de erigir un edificio de 150 pisos.
Pasé varias horas en Buenos Aires en 1989 entrevistando a Franco Macri para el libro. También desde Nueva York hablé por teléfono o en persona con dos de los ejecutivos de Macri involucrados en el proyecto Lincoln West, Diego Arria y Orlando Salvestrini; y también el banquero de Chase Manhattan encargado de la operación, Conrad Stevenson.
Era obvio deducir de las entrevistas (y otras entrevistas que había hecho Barrett) que Trump había utilizado al Grupo Macri como fachada para su propio negocio. Aparte que Trump quería comprar tiempo para solventar su operación (en aquel entonces cerca de la bancarrota), también usaba la presencia de Macri –a través de terceros– para cambiar ordenanzas y leyes de vivienda, medio ambiente, etc., para hacer más atractivo el negocio inmobiliario.
Básicamente era un ejemplo de viveza criolla al estilo New York, defraudando al grupo Macri por unos 10 a 20 millones de verdes y, al final, forzando la venta de la propiedad Lincoln West de vuelta a manos de Donald Trump.
Otra persona que se metió en algunas partes de este negocio fue un joven Mauricio Macri con apenas 21 añitos al principio y realmente trabajó de cerca en 1984-85 con 25-26 años. Aquí los detalles del curriculum vitae de Mauricio según su propio sitio web:
«Su experiencia laboral se inició en Sideco Americana S.A., una empresa especializada en grandes obras civiles, desempeñándose durante 3 años como Analista Junior y posteriormente como Analista Senior. Entre ambas funciones y durante el intervalo de un año colaboró en la Secretaría de Turismo en la preparación de una nueva reglamentación para las agencias de turismo. En 1983 pasó a desempeñarse como Controller de las actividades desarrolladas por Sideco Construcciones en Venezuela, donde la empresa realizó, entre otras obras, edificios en torres y diques y en Colombia, donde construyó la Autopista Medellín-Bogotá. En el año 1984, durante seis meses cumplió tareas en el Departamento de Crédito del Banco Citibank de Buenos Aires. En el mismo año se incorporó a Socma, compañía que sintetiza la acción empresaria de las sociedades del Grupo Macri, con la función de supervisar negociaciones de venta del proyecto Lincoln West en Nueva York, una iniciativa de desarrollo urbanístico sobre la margen Este del río Hudson.»
Según las entrevistas para el libro de Barrett y el que escribe esta nota, Mauricio era el elegido para jugar golf con Trump y dar el tour de Buenos Aires a la ex esposa de Trump, Ivana, cuando la pareja visitó el país en 1984. Un empresario neoyorquino metido en el negocio de Lincoln West en aquel momento describió a Mauricio como un joven totalmente afuera de su liga, alguien que no debería haber actuado para el grupo si no fuera por la voluntad de su papá, «aunque hasta para el padre fue a veces una molestia». También un abogado dijo que, en una reunión clave en la suite de Franco Macri en el súper exclusivo Sherry Netherlands Hotel, Franco Macri fue acompañado por su hijo teenager. Mauricio tenía entonces 23 años pero para los tiburones de los negocios de Nueva York fue un teenager pichi.
Hoy Mauricio Macri es el intendente de Buenos Aires, utiliza campañas sucias y saca la carta de xenofobia cuando la necesita, cosas que haría orgulloso Donald Trump.
Diego Arria es uno de los líderes de la oposición a Chávez en Venezuela. Orlando Salvestrini es candidato para presidente del Club Atlético Boca Juniors.
Donald Trump ganó fácilmente la pulseada y hoy es dueño de edificios de lujo donde antes había vías de tren. La campaña presidencial de Trump descarrilló sólo seis semanas después de empezar, cuando Obama mostró al mundo su partida de nacimiento y Trump se dio cuenta de que no sobreviviría la lupa periodística con su historia de negocios y amistades turbias.