MACRI, OBAMA, LOS DERECHOS HUMANOS y la desazón de los genocidas
Está claro que al no poder acabar con el amplísimo movimiento de repudio a la dictadura (la manifestación de anteayer fue la más grande desde el aciago 20 de junio de 1973) y en en defensa de los derechos humanos más elementales, el Gobierno procura esmerilarlos, pasteurizarlos, esterilizarlos y mover el foco no a la violencia institucional (aunque Clarín lo ignore, espeluzna la serie de presuntos ladronzuelos asesinados ora por «las fuerzas del orden», ora por «vengadores anónimos», desde que la ministra de Seguriudad felicitó a gendarmes luego de que miemnbros de esta fuerza disolvieran una murga a balazos) sino a temas menos álgidos como las minorías étnicas y sexuales, las violencias machistas o de género, las integración (que no asimilación) de las colectividades en un mosaico multicultural. También dice que pondrá sus mayores esfuerzos en mejorarle la vida a los presos y en el acceso a la justicia de los más humildes… pero esos son huesos más duros de roer.
Ahora bien, mientras los compañeros de Tiempo Argentino vendieron en la marcha 35000 ejemplares de un diario autogestionado dedicado enteramente al Día de la Memoria y cuya nota principal es Las diez medidas de Macri para desmantelar la política de derechos humanos, el mismo Macri cuyo gobierno desfinancia dicha política y despide a quienes a muchos de los que la llevaban a cabo, el mismo que jamás visitó la Exma durante los ocho años que gobernó la ciudad, salió al ruedo con un video en el que aunque se cuida de hablar de genocidio o exterminio, se pronuncia por un «nunca más a la violencia institucional y política, nunca más a la violación de los derechos humanos”. Y seguidamente va con Barack Obama a tirar flores al río en el impresionante monumento a nuestros caídos, en su ínmensa mayoría detenidos-desaparecidos por el Terrorismo de Estado desplegado por la última dictadura.
Y aquí se agudizan las contradicciones, mientras un gran número de compañeros expresaron en las redes sociales su repulsa por el hecho de que Obama (el mismo que ampara o amparó criminales invasiones en países como Afganistán, Irak y Libia, y deja que sus aliados produzcan matanzas en Bahreim y Yemen sin mover un dedo para impedirlas; el mismo que todas las semanas firma virtuales ordenes de ejecución sin proceso a través de drones que de paso espachurran a los que tienen la desdicha de estar cerca de los señalados) haya ido a rendir pleitesía a nuestros muertos (e involuntariamente también a John William Cooke, Luis Alberto Spinetta y los muchos miembros de mi generación muertos por causas naturales cuyas cenizas han sido esparcidas en ese lugar sobre las aguas marrones), a mi tal ceremonia (recuérdese que la hipocresía es el tributo que rinde el vicio a la virtud) me tranquiliza, ya que sospecho que, si pudieran, los Garavano harían tabla rasa con ese monumento, y que a partir de la visita de Obama eso les será materialmente imposible.
Así, mientras el abyecto lambebotas de Alfredo Leuco busca deslegitimar a los organismos de derechos humanos (e incluso reemplazarlos por otros respaldados por el poder), un vocero oficioso de los genocidas presos, expresa la desazón de estos por no haber sido prontamente liberados.
Cherashny dice que bajo el influjo del «promontonero» Marcos Peña, Macri ahonda la grieta en vez de cerrarla
El veterano poliservis devenido periodista Guillermo Cherashny, convertido en vocero ad hoc de los genocidas presos, ni siquiera es capaz de escribir bien el apellido del actual secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj. Decadente, dice que Hamas es un desprendimento de la OLP (cuando, en realidad, fue su adversario mortal, aventado por Israel, cuyo objetivo era debilitar a la autoridad palestina, a su líder, Yaser Arafat y a la organización de éste, Al Fataj, a la que consiguió corromper) y que los Montoneros se entrenaron en Palestina cuando en realidad los entrenó la OLP en el Líbano. No satisfecho con tanto estropicio, acusa de promontonero mayor al jefe de Gabinete, Marcos Peña, y lo hace en nombre de la dirigencia ortodoxo-likudista de la DAIA-AMIA.
Por último, critica al FBI y la CIA, la cual, se deduce, no le pasa ni bola ni billete.
Vamos a su escrito, publicado en ese foco séptico que es El Informador Público con el título de «El gobierno ‘compró’ el relato del heroísmo montonero»:
En la elección presidencial, cerca de un millón y medio de votantes pertenecientes a la familia militar y policial votaron masivamente a Mauricio Macri para cambiar la política de derechos humanos del cristinismo, que convirtió en héroes a los asesinos de los años ‘70. El ejecutor de esta política es Claudio Abruj, Secretario de Derechos Humanos, perteneciente a la colectividad judía pero a su vez enemigo ideológico del actual primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y parece que Avruj quiere imitar al canciller Héctor Timerman, que decepcionó a la comunidad judía y a Israel, que lucha día a día contra el terrorismo de Hamás, que acaba de instruir a un lobo solitario en Paysandú, Uruguay, donde apuñaló a un dirigente de la comunidad. Se teme que pueda ocurrir en nuestro país y existe una gran preocupación de la actual conducción de la DAIA. Cabe señalar que Hamás, el movimiento de resistencia islámica, es un desprendimiento de la OLP, donde se entrenaron los montoneros del ‘76 al ‘80 para volver al país en la llamada contraofensiva estratégica, donde enviaron a la muerte a esos combatientes. En la comunidad judía se dice que Claudio Avruj no existe, que se presentó en las elecciones de la DAIA en el anterior período y fue derrotado ampliamente y que no fue el único ideólogo de la “compra” del relato del heroísmo montonero sino que el autor del giro es el todopoderoso Marcos Peña jefe de gabinete.
Ayer falleció el militar N° 343 de los detenidos en la cárcel, que tenia 86 años y que fue mal atendido en varios hospitales. Y todavía hay cientos de ellos con más de 70 años a quienes no les permiten detenerlos a domicilio como reclamó Elisa Carrió por razones humanitarias y lo peor es que metieron en ese relato al presidente Barack Obama, que no fue informado por el gobierno de que los Montoneros asesinaron en Córdoba al cónsul norteamericano John Patrick Egan. Aunque tampoco la CIA ni el FBI le informaron, por lo cual hay doble responsabilidad.
Lo peor de todo es que Obama viene de La Habana, donde terminó una historia de guerra fría de más de 55 años y en la Argentina hay una grieta de 40 años que se suponía que el gobierno Macri venía a cerrar. Pero lo que está haciendo es ahondarla.