MASACRE DE CHARLIE HEBDO: La conexión israelí
Enviado por Stella Calloni. Por lo que puedo ver la publicacion original en castellano es ésta: http://uraniaenberlin.com/2016/01/23/nunca-fuimos-charlie-hebdo-la-conexion-sionista-del-atentado-de-paris/ He aligerado todo lo que he podido una prosa tan ripiosa como farragosa. Sin poder corroborar desde aqui la veracidad de la trama que se expone, solo puedo decir que se trata de una historia fascinante y, de acuerdo a todo lo que sabemos, perfectamente verosímil. JS
La conexión sionista del atentado a la redacción de Charlie Hebdo
El Supervisor y la Mata Hari
Uno de los aspectos más turbios y menos conocidos del ataque a la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo en París hace ya más de un año es la aparición entre bastidores de una serie de personajes vinculados a Israel.El papel de estos actores parece haber sido decisivo. A dilucidarlo se han dedicado el sagaz periodista francés Hicham Hamza, y el editor de Veteran’s Today, el norteamericano Kevin Barrett, autor del libro «No Somos Charlie Hebdo«.
La primera incongruencia o anomalía que detectó Hamza el día del crimen fue la presencia, junto a la miembros del Gobierno francés, de Meyer Habib, un fanático sionista, ferozmente antislámico, quien goza de la doble nacionalidad francesa e israelí, diputado de una formación minoritaria, la UDI (Unión de Demócratas Independientes) y amigo íntimo del primer ministro israelí, el carnicero de Gaza, Benjamin Netanyahu.
Habib estuvo el día del atentado, rodeado de guardaespaldas y del Prefecto de la Policía de París, caminando hacia la redacción de la revista a pocos metros del primer ministro, Manuel Valls. ¿Qué hacía un conocido extremista judío entre las autoridades del gobierno francés? Hamza Habib destacço que Habib no tenía relación conocida con el equipo de Charlie Hebdo, ni era diputado de la circunscripción donde se produjo el mortal ataque, ni tampoco compañero de partido del «socialista» Valls. Aún siendo diputado en la Asamblea Nacional, era totalmente ajeno a aquella comitiva gubernamental y en semejantes circunstancias no debería haber tenido la condición de “invitado”.
Meyer Habib cerca de la redacción de Charlie Hebdo. A la derecha, detras del premier Valls.
Horas después del atentado, Meyer Habib se atrevió a vincular la masacre con el voto de la Asamblea Nacional francesa en favor del reconocimiento del Estado palestino. Unos meses antes, Netanyahu, embarcado en el bombardeo genocida de Gaza ante la pasividad de las democracias occidentales, había advertido que si Francia no apoyaba a Israel, habría atentados terroristas en su territorio. Y en noviembre, sabiendo que la Asamblea Nacional preparaba una resolución favorable al reconocimiento del Estado Palestino, volvió a hacer declaraciones amenzadoras.
El papel de Habib en la matanza parece ir más allá del de un “acompañante” que apareció en la escena del crimen rodeado de la oficialidad francesa (un hecho de por sí insólito) como si de un alto cargo del gobierno se tratase. Tres días después, escribió en su página de Facebook que había estado en contacto permanente con el premier israelí “desde el inicio de los acontecimientos”. Seguidamente, Habib ejerció de intérprete del discurso de Netanyahu en la Sinagoga de la Victoria de París. Las sonrisas de algunos de los asistentes eran desconcertantes.
No es ilógico pensar que Habib estuvo en primera línea en calidad de agente israelí que fue a verificar el trabajo del Mossad, y a asegurarse que Valls siguiera las directrices de Tel Aviv. La larga mano del Estado terrorista de Israel, no es un secreto, está incrustada en los más altos puestos del gobierno francés, incluidos sus últimos presidentes, Sarkozy y Hollande.
Meyer Habib, de anteojos oscuros, detrás de Netaniahu en la Sinagoga de París.
La espía
Hicham Hamza y Kevin Barrett desenredaron hace unos meses una madeja fundamental. Jeannette Bougrab, una militante sionista islamófoba, parapetada bajo un engañoso laicismo radical, y supuesta amante del editor de la revista, Stephan Charbonnier (más conocido como Charb), quien fue asesinado junto al resto de sus compañeros el 7 de enero de 2015. Citando a Hamza, Barret sostiene que todo indica que Bougrab tenía un juego de llaves del departamento de Charb, que poco después de la masacre fue saqueado en momentos en que el investigador de la policía de Limoges asignado al caso, Helric Fredou se “suicidaba”. Fredou intentaba obtener información sobre Bougrab y su relación con Charb luego de entrevistar a, Zohra, la madre de la propia Bougrab” … que murió repentinamente hace poco más de seis meses, luego de ser contactada por Hamza y negarse a aclarar nada.
Barret se pregunta Barret: ¿Cuál es el misterio? ¿Qué evidencias fueron retiradas del departamento de Charb por Bougrab y sus cómplices? ¿Qué información pudo causar las muertes de Fredou y -posiblemente también- de la madre de Bougrab?
El análisis de Barrett, sobre los datos recopilados por Hamza, lo llevó a postular que «Charb, editor de la decadente revista Charlie Hebdo, que estaba en bancarrota, fue abordado hace varios años por Bougrab, una conocida agente de la red sionista de Sarkozy-Netanyahu. Bougrab le hizo a Charb una oferta que éste no pudo rechazar: ‘Tú atacas al Islam y a los musulmanes de manera extravagante, blasfema, pornográfica, y nosotros vamos a resolver tus problemas financieros’.
«Para crear una tapadera a esta relación, Bougrab y sus jefes inventaron la leyenda de una “relación íntima” entre Bougrab y Charb. Así podrían reunirse para realizar transferencias de dinero o, incluso, compartir una cuenta bancaria conjunta, sin levantar las sospechas.
Jeanette Bougrab
«De este modo, se utilizó una revista financieramente inviable para ejecutar una exitosa operación de falsa bandera… que condujo a la venta de cinco millones de ejemplares del número posterior a la masacre, que resarcieron largamente a Bougrab y sus mandantes del dinero que había canalizado hacia Charlie Hebdo en los últimos años.
Hamza y Barret pudieron establecer que Zohra Bougrab y su marido Lackdar habían sido interrogados por el comisario Helric Fredou poco antes de que este apareciera «suicidado» en la comisaría de Limoges. A la madrugada Fredou fue encontrado con una bala en su despacho donde se suponía estaba redactando un informe luego de hacer una llamada telefónica urgente para corroborar dichos de los Bougrab.
Barret postula que cuabndo murió Fredou estaba a punto de descubrir -si no lo había hecho ya- algo gordo que afectaba (o iba a afectar), probablemente, a los propios servicios secretos galos y, más allá de las fronteras de Francia, a partir de la ficticia relación amorosa Charb-Bougrab. Su inesperado e inexplicable “suicidio” absurdo a la luz de los hechos relatados por Hamza y de las propias declaraciones de su madre Chantal, parece indicar que su muerte fue un asesinato para evitar que publicitara su descubrimiento de que Jeannette Bougrab era una agente israelí.
Porque ¿cómo es posible que un investigador policial que estaba buscando afanosamente pistas para esclarecer el crimen se suicidara justo esa noche y se nos dijera luego que padecía depresión, lo que su médico personal desmintió? Si hubiera padecído depresión ¿cómo estaba en actividad y cómo lo habían puesto al frente de la pesquisa de semejante atentado? ¿Y justo se quita la vida cuando redactaba un informe comprometedor sobre el caso y había realizado una llamada urgente pocos minutos antes? ¿Es creíble que no hubiera absolutamente nadie en el despacho, o aledaños, de las oficinas policiales de Limoges, y que no se escuchase el disparo porque que «el despacho del comisario estaba muy insonorizado” (sic)? Es evidente que se trataba de una historia fraudulenta que hace agua por todas partes.
El ex agente de la National Security Agency (NSA) de los Estados Unidos Wayne Madsen es categórico: el comisario Fredou había descubierto pistas importantes sobre los ataques terroristas que lo enfrentaron con Bernard Cazeneuve, el ministro del Interior francés. Fredou sospechaba del ministro desde sus días como comisionado de la policía de Cherburgo, la ciudad de Cazeneuve, donde éste había sido alcalde. Desde ese momento, Fredou había descubierto, primero, la existencia de lazos de Cazeneuve con el Mossad, y, en segundo lugar, de la relación de Cazeneuve con Bougrab y su grupo. Según Madsen, el ministro Cazeneuve fue el responsable de que los resultados de la autopsia de se le negaran a su familia y de que se se secuestrara la computadora y el teléfono celular del comisario. Sugestivamente, la familia de Fredou no recibió condolencias oficiales y su funeral no tuvo los acostumbrados honores de Estado para un funcionario del alto rango.
Si algo pusieron en evidencia las investigaciones de Hamza y Barret es que Jeannette Bougrab era agente de una red de delincuentes al servicio del eje Sarkozy-Netanyahu y no era la «novia de Charb, sino que había sido el vehículo por el que se había canalizado dinero hacia la revista Charlie Hebdo- A A cambio del dinero para mantener viva su revista, Charb, acordó publicar una ola de ataques agresivos contra el Islam y que, para facilitar la transferencia del dinero, Bougrab y Charb fingieron tener una relación romántica.
Patrick Pelloux, también citado por Hamza-Barrett, un amigo cercano de Charb, es uno de muchos que sostienen que la sionista Bougrab miente al decir que era su novia. Pelloux dice que Bougrab obtuvo las llaves del departamento de Charb no de éste sino después de la matanza, y que limpió el departamento de pruebas que implicaban a los instigadores de la masacre.
Llegados a este punto no hace falta ser linces para ver que “alguien” ajeno a la revista conocía, de primerísima mano, el día y hora exactos en que se reunía la plana mayor del consejo editorial de Charlie Hebdo en su sede de París. Ese “alguien” suministró la información sobre la reunión a los planificadores y ejecutores del crimen, algo que no pudieron conocer, de ninguna manera, los chivos expiatorios musulmanes que fueron contratados para escenificar, posteriormente, el timo terrorista “islámico”, a los que ejecutaron (conforme al guión establecido) para borrar posibles pruebas incriminatorias.
Señora Calloni, le agradezco que haya reblogueado mi entrada, a pesar de su despectivo comentario «ripioso-farragoso» (sic). El fondo del asunto Hebdo es demasiado turbio (y tal vez farragoso, sí) como para haberlo sintetizado y dejarlo en cuatro argumentos triviales que no iban a aportar nada. No quedaba otra, incluso reiterar algún párrafo para dejar más diáfano el caso, aunque algunos interpreten que podía inducir más a la confusión
Puede consultar la veracidad (o no, según su criterio) en la web del investigador francés Hicham Hamza (http://www.panamza.com/charlies/). Igual aquí encuentra alguna aclaración.
Saludos
El comentario despectivo es de Juan Salinas, (a) Pájaro Rojo
Calkoni solo envio.
No me convence para nada la expicacion. Entiendo que llos mismos «hechos» podrian se cimbinados en otra explicacion.
Digamos que no es evidente la tesis. Se ve ño que se quiere ver en esos hechos.