MILANI – ESPIONAJE – El ex jefe del Ejército, acusado por Stiuso, Carrió, Daniel Santoro y una runfla de espías al servicio de Macri, fue sobreseído

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Desde un primer momento Pájaro Rojo estimó que no había pruebas contra el teniente general César Milani ni en lo que concierne a la desaparición del soldado conscripto Alberto Agapito Ledo en Tucumán cuando él era subteniente ni respecto a las detenciones, apremios y sevicias sufridos por los Olivera, padre e hijo, en La Rioja. Y que tampoco había prueba alguna cuando se lo acusó de haber montado una vasta red de espías… por parte de miembros de la vasta red de espías -ahora se ve con claridad- al servicio del Gran Hermano. Fue una sorpresa que tantos compañeros avezados no repararan en “detalles” como que so pretexto de los derechos humanos conculcados en la dictadura por quienes cometieron imprescriptibles delitos de lesa humanidad, quienes presionaron para que se lo encarcelara en aplicación de la trístemente célebre “doctrina Irurzun” fuera la tríada Clarín-La Nación-Infobae. Y que el acaso más activo de sus denunciantes fuera Carlos Tórtora (foto), vinculado primero al lopezrreguismo y la CNU; seguidamente a Massera (como el almirante, fue piduísta) y al vesánico coronel Ramón “Chicho” Camps.
Tórtora fue editor de “El Informador Público” y de otros medios ligados a los servicios de inteligencia; al tiempo que colaboraba con Juan Bautista “El Tata” Yofre, jefe de la sección Política de Ámbito Financiero, quien lo llevó a la SIDE cuando el presidente Menem lo nombro Secretario de Inteligencia. Siempre de la mano de Yofre, Tórtora trabajó luego por el efímero gobernador bonanerense Carlos Ruckauf, para Alberto Kohan y Carlos Corach, monjes negros de aquel gobierno. Tórtora, además de fascista, es un difamador serial. Así las cosas, me llamó la atención que tantos se mantuvieran firmes en su aversión a los militares sin permitirse la duda, habiendo tantos indicios de que Milani estaba siendo perseguido porque para la oligarquía argentina es inconcebible que un jefe del Ejército no se prosterne ante el establishment y se niegue a subordinarse a  la CIA y el Pentágono. Como si lo hace ostensiblemente otra perseguidora, Elisa Carrió, que alguna vez tendrá que rendir cuenta de sus actos.
El autor de esta nota, el rosarino Gustavo Feldman, fue abogado de Milani.

“Le digo al señor Milani

 

 

POR GUSTAVO FELDMAN / IDENTIDAD COLECTIVA

“Le digo al señor Milani: no me mate». La diputada nacional por la Coalición Cívica-ARI, Elisa Carrió, volvió a vincular la muerte del fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman, con una supuesta «operación de la nueva inteligencia en la Argentina, presidida por el jefe del Ejército, César Milani». Así comienza una nota publicada en el diario La Nación del 9 de febrero de 2015.

Los devaneos alucinógenos de Elisa Carrió, Paula Olivetto y la caterva de profesionales de la mentira que desde la política o los medios nutrieron el calamitoso gobierno de Cambiemos, contrastan con la pura y dura realidad.

El Juez Martínez de Giorgi acaba de sobreseer a Cesar Milani en la causa inventada por la denuncia en su momento por el Bolsonaro del NOA y por Daniel Santoro, al que seguramente el lector calificará mejor que yo.

El fallo es doblemente significativo, primero porque desnuda el proceder sistemático calumnioso y mentiroso de la “madre” de la patria y de algunos tintóreos buchones disfrazados de panelistas de televisión; los que en vez de tener a los “servicios” como fuente eran fuente de información de los “servicios”. Segundo porque también evidencia el accionar turbio que busca distraer la investigación de los que verdaderamente espiaban e intervenían mails y celulares en forma clandestina.

El primer archivo de esta causa lo dispuso Bonadio en 2016 el todavía fiscal federal Stornelli apeló. Entonces con el voto del acomodaticio Irurzun, la Sala II de la Cámara Federal porteña revocó el fallo. En el último día hábil del 2016 Bonadio volvió a resolver el archivo y esta vez el todavía fiscal federal no apeló.

Ahora se ha dictado el sobreseimiento, en la resolución, después del detalle de las 44 medidas de prueba producidas, puede leerse:

Trámite de las actuaciones

Corresponde aclarar que con fecha 3 de junio de 2016, este Tribunal –en ese entonces a cargo del Dr. Claudio Bonadio- resolvió disponer el archivo de las presentes actuaciones bajo el entendimiento de que no había sido posible corroborar la hipótesis denunciada y que no restaban medidas por cumplimentar.

En esa ocasión se sostuvo, que a la luz de los resultados infructuosos de las tareas encomendadas a la Policía Metropolitana, la inexistencia de datos de interés en otras causas archivadas y en trámite, y la negativa del denunciante a revelar los nombres de las personas que le habrían proporcionado la información que sustenta su denuncia; no se advertía que existan medidas pendientes de producción que pudieran encauzar la investigación.

Dicha resolución fue apelada por el representante del Ministerio Público Fiscal, quien consideró que la decisión resultaba prematura.

Milani con sus abogados Mariana Barbitta y José Manuel Ubeira en el juicio de La Rioja.

Así las cosas, tras analizar la cuestión traída a estudio, la Sala II de la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional Federal revocó el archivo dispuesto y sugirió como medida probatoria que nuevamente se citara para recibirle declaración testimonial al denunciante a fin de que aclarara quién resultaba ser su fuente. Además, sugirieron que se escuchara en idéntico sentido a Daniel Santoro, Gerardo Morales y Clara Waite, quienes podrían haber sido objeto de prácticas ilegales, así como también a Antonio Stiusso, quien habría manifestado públicamente sobre hechos vinculados a los investigados.

Frente a ello, fueron realizadas las medidas sugeridas por el Superior junto con otras medidas dispuestas de oficio por el Tribunal y, al no contar con nuevas diligencias de interés, con fecha 30 de diciembre de 2019, el entonces titular de esta sede, nuevamente resolvió el archivo de las presentes actuaciones.

Dicho decisorio no fue apelado por el Ministerio Público Fiscal y adquirió firmeza.

Elisa Carrió, Paula Olivetto, Gerardo Morales, Daniel Santoro, Jaime Stiusso… ¿quién falta? Drácula, Cruella de Ville y el Monstruo del Pantano.

No sería de extrañar que en algún momento de inspiración divina Lilita volviera a la carga contra Milani y lo involucre en el fusilamiento de Dorrego; denle tiempo…ténganle fe.

No voy a entrar en detalles de las otras causas en las que a Milani se lo involucró, proceso y detuvo por 17 meses siendo inocente (absuelto tanto en la causa del soldado Ledo como en la de la Rioja, en la que fue un verdadero rehén de la cobardía del Juez Federal Herrera Piedrabuena). Si diré que su detención junto a la de Milagros Sala inauguró una saga persecutoria al margen de la ley y con el solo sustento de la persecución política.

Tampoco es casual que se repita la nómina de acusadores, difamadores y botones disfrazados de periodistas que militaban la diatriba y la calumnia.

El rol de la Justicia Federal, sobre todo la de Comodoro Py, merece un análisis que excede a estas líneas pero que resulta indefectible, más que nada para que nunca más se use para perseguir adversarios o para que faciliten la catarsis de mitómanas y buchones.


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