MISTERIO. ¿Fue derribado en Afganistán el avión que llevaba al jefe de la CIA encargado de hostigar a Irán?

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A Michael D’Andrea, (as) El Príncipe Oscuro y El Ayatolá Mike, se le atribuye haber planificado el asesinato del general Soleimani y sus acompañantes. Desconozco si como publicó este diario Irán ayuda a los talibanes a combatir la ocupación estadounidense pero en principio me parece francamente improbable habida cuenta de la larga historia de asesinatos de chiítas tanto afganos como iraníes cometidos por pastunes talibanes que integran el Talibán y son takfiristas, esto es consideran a los chiíes algo mucho peor que ateos: apóstatas, impostores pervertidos y merecedores de la muerte. Más de lo mismo me parece la presunción del calificado autor d esta nota acerca de que “El Príncipe Oscuro” puede seguir vivo y los afganos e iraníes lo habrían dado por muerto como una advertencia. Todo suena a Homeland, esa seria apadrinada por la CIA que en su segunda temporada hizo aparecer aliados a Al Qaeda y los Guardias de la Revolución iraní, una aberración contra natura. Dicho todo esto, también es cierto que en Medio Oriente casi todo puede acontecer. JS

Habría planificado el asesinato del general Soleimani y sus acompañantes

¿Fue derribado el jefe del Centro de Misión de Irán de la CIA, el misterioso Michael D’Andrea?

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PHILIP GIRALDI* / AMERICAN HERALD TRIBUNE (Traducción Montserrat Mestre)

El lunes pasado, un avión de inteligencia y comunicaciones Bombardier E11A de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos fue derribado o se estrelló en una remota región montañosa de Afganistán. Casi de inmediato apareció en la televisión estatal iraní una información presuntamente emanada de los talibanes acerca de que entre los muertos estaba Michael D’Andrea, jefe de la fuerza especial para Irán de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), que se conoce con el nombre de “Centro de Misión de Irán”.

Las fuerzas estadounidenses se vieron obstaculizadas para llegar al lugar del accidente durante más de 24 horas por el clima, los disparos de los talibanes y lo escabroso del terreno, y la falta de cualquier comentario por parte de Washington dio pie a la sospecha. Dado el vacío de noticias, la versión iraní fue recogida en todo Medio Oriente, incluyendo fotos supuestamente del avión derribado y de cadáveres quemados. Los medios rusos se hicieron eco de la a historia e incluso la noticia fue replicada, aunque con cierto escepticismo en el Reino Unido por The Independent y el Daily Mail.

El Pentágono finalmente emitió un breve comunicado diciendo que la caída del avión parecía accidental, quizás debido al clima, y ​​más tarde aclaro que el piloto y el copiloto, ambos oficiales de la Fuerza Aérea, habían muerto. El comunicado no especificó si había alguien más a bordo del avión, que tenía capacidad para transportar tripulantes y pasajeros adicionales. La CIA se negó a hacer comentarios. Cuarenta y ocho horas después del accidente, el Pentágono emitió un segundo comunicado en el que confirmó que los dos tripulantes eran el teniente coronel Paul K. Voss, de 46 años, de Yigo, Guam; y el Capitán Ryan S. Phaneuf, de 30 años, de Hudson, New Hampshire.

Fotos de una serie norteamericana con las que la prensa iraní ilustró la noticia. No se conocen fotos del probable occiso, por lo que su sucesor podría seguir usando sus “nombres de guerra”. ·  .

Los principales medios de comunicación de EEUU repitieron la versión del gobierno sobre lo ocurrido, pero eso no detuvo una ola de especulaciones sobre un posible encubrimiento. Algunos razonaron que los iraníes, que están cooperando con los talibanes contra las fuerzas estadounidenses, parecían conocer los hechos de primera mano, lo que indica que podrían haber sabido lo que ocurrió en tiempo real, al estar al tanto de las acciones de la unidad armada talibán que puede haber derribado el avión usando un lanzador de misiles antiaéreo portátil de fabricación rusa.

Muchos de los que seguían la historia se inclinaban a creer la versión que circulaba en Irán y otros medios de comunicación porque Estados Unidos tiene un historial de mentir sobre casi todo, incluidos los detalles de “amenaza inminente” de su reciente asesinato del comandante general iraní Qassem Soleimani. Estados Unidos también mintió cuando afirmó que no había habido bajas entre las fuerzas estadounidenses después de que Irán atacó dos bases en Irak y muchos observadores se apresuraron a notar que Estados Unidos tiene como presidente ejecutivo a un hombre que llama a los periodistas el “enemigo del pueblo” y que constantemente afirma que existe una enorme cantidad de  “noticias falsas”.

Entonces podría ser otra mentira del Pentágono el no informar de un intento exitoso de matar a un alto funcionario de la CIA, lo que no sugiere que la versión iraní fuera necesariamente verdadera o precisa en todos los detalles. Irán tiene muchos motivos para crear esta confusión sobre Estados Unidos y lo que (Michael D´Andrea) estaba haciendo en Afganistán, sobre todo si lo que hacía era utilizar a Afganistán como plataforma para desestabilizar o incluso atacar a Irán, con quien Kabul no está en guerra.

La Casa Blanca y la Agencia no han confirmado ni negado que el Jefe del Centro de Misión de Irán de la CIA, Michael D ‘Andrea, haya muerto. Tampoco se sabe si ese es su verdadero nombre, ya que su identidad es secreta. El hecho de que haya surgido un nombre se debe a que los medios estadounidenses publicaron los informes sobre el caso. D´Andrea fue designado como jefe de las operaciones de la CIA contra Irán en junio de 2017 por el entonces director de la Agencia Mike Pompeo.The New York Times informó que ello implicaba una línea mucho más dura contra Irán por parte de la administración Trump.

Dentro de la Agencia, D’Andrea era conocido como “El Príncipe Oscuro” o “El Ayatolá Mike”, apodos que adquirió mientras dirigía la búsqueda de Osama bin Laden y los ataques con drones contra objetivos de al-Qaeda en Afganistán, Pakistán, Siria, Yemen e Irak. Fumador empedernido, convertido al Islam, no es un oficial convencional de la Agencia, de los que se sienten más cómodos trabajando desde un escritorio de la Embajada que desde un helicóptero. D’Andrea -adicto al trabajo, mantiene una cama plegable en su oficina- es, como resultado de su estilo abrasivo, muy difícil de tratar y para nada popular.

También se podría especular que el supuesto asesinato de D’Andrea fuera algo así como una verdad a medias, una advertencia. El oficial de la CIA aún podría estar vivo, y es posible que la historia de su muerte fuera una estratagema del gobierno iraní, una advertencia de que si el gobierno estadounidense puede matar a altos funcionarios iraníes, los altos funcionarios estadounidenses también pueden ser un objetivo.

Incluso si D’Andrea no estuviera en el avión, se podría llegar a la conclusión de que sus movimientos estaban siendo monitoreados. Las bases estadounidenses en el extranjero están llenas de empleados locales para mantenimiento, conductores, e incluso para vigilar el perímetro y otras medidas de seguridad básicas. Cualquiera de ellos podría estar informando sobre el movimiento de los estadounidenses importantes a los talibanes, y a otras partes interesadas. D’Andrea y otros altos funcionarios del gobierno de EEUU inevitablemente tendrán que pensar dos veces y aumentar sus medidas de seguridad la próxima vez que se aventuren. E incluso una Casa Blanca obstinada quizás comenzará a pensar que matar hombres como Qasem Soleimani no es una buena idea porque si continuamos haciéndolo a “ellos”, “ellos” se darán la vuelta y nos lo harán a nosotros.

* Philip M. Giraldi es un ex especialista en antiterrorismo de la CIA y ex oficial de inteligencia militar que sirvió 19 años en el extranjero: en Turquía, Italia, Alemania y España. Fue el Jefe de Base de la CIA para los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 y uno de los primeros estadounidenses en ingresar a Afganistán en diciembre de 2001.


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