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MÚSICA – LA LIJA, SANGRE MESTIZA. Todas las variantes de la canción popular. El cuarteto Cedrón y Arturo Jauretche.

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Por guasáp me llega una canción de un grupo que desconozco pero que inmediato aquilato y aprecio. No tengo tiempo de embeberme en su historia, pero una ojeada con el gugle me permite averiguar que La Liga, es un grupo que utiliza todos los ritmos y endechas populares, que tiene como uno de sus fundadores a Juan Cedrón  y que su cantante se llama Tomás y curte un estilo oriental, zitarrosesco podríamos decir, y lo hace muy bien. No tengo tiempo ahora de identificar a los músicos ni a las ángeles que cantan. Simplemente les dejo las dos canciones que me enviaron. La primera a tenor del castellano castizo (aunque sin eses sibilantes ni ceceos de los peninsulares) parece ser un texto antiguo y escrito por alguien antiguo que se utiliza, parece ser un texto antiguo, ya sea de un nacido en España o de un criollo viejo, de antes de la oleada inmigratoria, o lugares como algunos sitios del alto y del bajo Perú donde aún se utiliza un castellano propio del siglo XVII. Sin embargo, puede ser una añagaza artística y ser un texto hecho como quien dice hace unas horas. Alguien me desasnará.

Este tema me caló hondo porque a medida que pasan los años me doy dando cuenta de que no sólo que tendré que convivir con el sustrato ibérico hasta exhalar mi último suspiro, sino que además tendré que soportar los embates de esa fuerza primitiva hredada, la misma pasión fatal con que mis ancestros mataron a tantos americanos y mas recientemente se mataron entre sí.  En fin, que me la canción me gustó pero también me puso a prueba: tal es el grado de violencia incesante que esta pandilla de ceos-boas insaciables provoca en mi espíritu (alma o psiquis, que para Stefan Zweig eran lo mismo) que permitise emociones descontrolas puede dañar gravemente la salud del más pintado.

La otra canción, está dedicada a Milagro Sala, y no ahora, sino hace cinco años. Paradójicamente, la música no es un carnavalito, ni un huayno, sino una canción emblemática de la guerra civil español, seguramente basada en una canción precedente (a ver si algún lector/a nos desasna).

Entre una y otra, la letra de la primera.

Por último y de yapa para combatir el spleen dominical una versión conjunta de La Lija yel Cuarteto Cedrón de una musicalización del Tata de una famosa letra de Arturo Jauretche, (la flor de) No me olvides.

Volveremos otra vez.

 

Canción del Marqués o donde se verá cómo, en tiempos de la corona Borbona, un gentil hombre español abandonó a la su infanta española por casar en vez con la América, arrojándose en lo hondo de su sangre, y cómo éste guiara luego a una turba de mulatos, indios, zambos, negros y criollos a casa de las infantas donde vieron ellas sus castizas sangres aunadas a la americana simiente, violentadas en un principio más luego gustosas, así anunciando el proceso de deglución que en América llevóse luego a cabo a lo largo de los siglos, incorporando el viejo mundo a su esencia propia y dando a luz a una nacionalidad nueva y espíritu a esta tierra, doloroso crisol de la experiencia humana en el mundo, todo ello devanado en exquisito diálogo entre los personajes envueltos en la trama, y otras menudencias dignas de cuento.

INFANTAS: ¿Niña, qué fue de aquél Marqués de la corte de Jeréz que cedió su yerbatal áste indio ganapán contra la orden del Virrey?

ECOS AMERICANOS: Su solar ya lo tomaron los animales sin ley…

INFANTAS: Y el Marqués ya no es Marqués; ahora monta en guaraní y aúna infiel se acollaró, séizo amigo del montón y plantó en el cantegril una hija y un pregón que anunciaba con tambor.

AMÉRICA. Ponga América atención, adarga, lanza y facón, con el yelmo de Mambrino salga andando los caminos blancos, mas sin camisón, que la blancura que surja desta mezcla, desta achura, será de color marrón.

CORO ESPAÑOL. ¡Ay mi dulce Infanta calla, calla que del árbol la granada se cayó!

AMÉRICA. ¡Ea! La tierra está a la puerta y su sangre bien despierta…

INFANTAS La plebe nos asedia ¡Viva nuestro rey Borbón! AMÉRICA. ¡Muera vuestro rey traidor, y sus ministros y frailes y el Virrey que los parió!

INFANTA. ¡Ay, me quedé sin camisón…! AMÉRICA. Pues pa’́que la dore el sol…

INFANTA. ¡Me han clavado una espina…!

AMÉRICA. Su piel sangra y no lastima…

INFANTA. ¡Madre, monto en redomón…!

AMÉRICA. ¡Como el gaucho domador que en la pampa es señor!

AMÉRICA Y LAS INFANTAS, GUSTOSAS. Y aura sí que España rima con la América Latina, el Marqués con esta indiada, y el negrito que sembraba con la niña que sembró un parral de cinco ramas, negro chinche, criollo, zambo, uva india y mulatón.

CORO ESPAÑOL. Ahora, pues, mi madre, madre España, ya no vuelvo a ese lugar, que no soy yo.

No me olvides, no me olvides
no me olvides,
es la flor del que se fue.
No me olvides, no me olvides.
No me olvides,
volveremos otra vez.
Es el novio de la patria
de la patria que le espera.
Volverán los nomeolvides,
volverán en primavera.
¡No me olvides, no me olvides,
no me olvides!
Canta el pueblo de Perón.
No me olvides sobre el pecho,
no me olvides pegadito al corazón.
Volverán los nomeolvides
cada año a florecer.
Con la flor de nomeolvides
no olvidando esperaré.
No me olvides, no me olvides.
No me olvides.
Es la flor del que se fue.
Nomeolvides, nomeolvides,
Nomeolvides
¡¡Volveremos otra vez!!


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